Luis Velázquez
Veracruz.- El jefe de la banda, Javier Duarte, está preso. También están presos en el penal de Pacho Viejo once duartistas. Y el gobernador azul ha anunciado, una vez más… para que nadie lo olvide, que hay otros señalados de corruptos. Entre ellos, diputados locales y federales.
El jueves 12 de octubre, Miguel Ángel Yunes Linares ofreció rueda de prensa para detallar la lista de los bienes y recursos expropiados a su antecesor. Y fue lacónico: no hay, dijo, ex funcionarios intocables.
Y por eso mismo, y aun cuando uno que otro priista se pregunta sobre la libertad de que todavía gozan algunos duartistas, por lo regular legisladores, el góber azul lo dijo de nuevo, no hay acuerdos, no hay pactos, hay pillos y ladrones.
Y todos, dijo, son investigados.
Es más, reveló que el ex secretario de Salud, Fernando Benítez Obeso, miembro de una dinastía social de Xalapa, también está bajo sospecha.
“Me he dedicado, dijo Yunes, a buscar culpables” del terrible y espantoso saqueo del erario y que significó el enriquecimiento ilícito para un montón de políticos.
“Y en cualquier momento, dijo, todos los colaboradores de Javier Duarte caerán”.
Así, que nadie coma ansías ni se desespere. Uno a uno han ido cayendo los once duartistas internados en Pacho Viejo y nadie dudaría que el góber, y quien al mismo tiempo es su propio Fiscal, tiene la mira en los siguientes diputados:
Uno. Tarek Abdalá, y en contra de quien ha solicitado un nuevo desafuero en el Congreso de la Unión.
Dos. Alberto Silva Ramos, quien se siente intocable y crecidito y soberbio.
Tres. Vicente Benítez, el diputado local autor de “Las famosas maletas voladoras” de Xalapa a Toluca con un cargamento de 25 millones de pesos, además de que fue el tesorero de la secretaría de Finanzas y Planeación y Oficial Mayor de la secretaría de Educación en que “hacía y deshacía a su antojo”, sin rendir cuentas a nadie, solapado por el Orfis de Lorenzo Antonio Portilla Vázquez.
Y cuatro. Juan Manuel del Castillo, el otro tesorero de Sefiplan, tiempo aquel cuando de plano ordenó inventar patrañas para exonerar al Instituto de Pensiones del pago mensual de los pensionados.
“Todos… caerán” dijo el Yunes azul, y como el señor es el gobernador y tiene el látigo por las manos y el puño firme, y toda vez que el fuero nunca es para siempre, ninguna duda hay que procederá.
Incluso, los quisquillosos dirán que solo está encarcelando a los duartistas para levantar la expectativa electoral del año entrante, en que se disputará la gubernatura de 6 años, y su hijo, el primogénito, será candidato.
Podría ser. Pero pesa más, mucho más en la conciencia social el saqueo de Duarte y los duartistas, tan llenos de voracidad irracional, fuera de control, donde cada uno disputaba el liderazgo, con tanta locura que a veces, con unas copitas encima, hacían girar un mundo y de pronto lo detenían con el índice mirando el nombre de la ciudad donde deseaban invertir.
Y todos, claro, en la borrachera del poder, se carcajeaban.
EL DESTINO LOS ALCANZÓ…
Los duartistas están conscientes de que el destino los alcanzó y de espantosa manera.
En el sexenio anterior, fueron “de todo y sin medida”.
Coleccionistas de mansiones y departamentos, y lotes y terrenos, y de ranchos y ganado y caballos, y de lanchas, helicópteros y aviones, y de cuentas bancarias en el otro extremo del mundo, y de una vida principesca, donde el avión oficial era tomado para comer en Cancún y cenar en Acapulco y/o para viajar a la Ciudad de México a darse manicure y pedicure.
Se excedieron. Y “se pusieron de pechito” a Yunes Linares, pues nunca pensaron que teniendo Miguel Ángel el aparato gubernamental en contra, y al 90 por ciento de los medios en contra, la alianza del PAN y PRD lanzaría del palacio a la familia priista.
Ahora, enfrentan el infierno.
Todo, pues, en su momento, los diputados locales y federales irán cayendo, además de uno que otro funcionario del gabinete legal y ampliado.
Y en cada caso, dice el góber azul, “se tiene que profundizar con base a la ley, actuando adecuadamente para impedir que vayan a huir de la acción de la justicia”.
Al momento, once duartistas, más Javier Duarte, han caído. Y de aquí al mes de noviembre del año entrante todavía hay tiempo suficiente.
Por eso, cuando algunos priistas se quejan de que unos están presos, y otros, más, mucho más cercanos a Duarte como Érick Lagos, Jorge Carvallo, Adolfo Mota, Édgar Spinoso, Juan Manuel del Castillo y Vicente Benítez siguen libres, que nadie coma ansias, porque “todos… caerán”.
A cada uno llegará su tiempo. Por un lado, la cárcel. Y por el otro, “devolver el dinero robado”.
Y de hecho y derecho, algunos han devuelto parte del dinero saqueado. El helicóptero Robinson 66 y el avión Learjet 45XR, por ejemplo, propiedad que era de Édgar Spinoso Carrera, y que habría comprado (millonario él que se decía por herencia) con recursos oficiales y el producto de sus negocios lícitos e ilícitos a la sombra del poder.
Pero al mismo tiempo, falta la solicitud de desafuero para enfrentar el proceso penal que tiene en la Fiscalía.
Ningún otro gobernador en funciones, como el de Veracruz, ha encarcelado a tantos en tan poco tiempo. Y los que faltan.
Los duartistas abusaron. Se excedieron. Soberbios y frívolos, se creyeron intocables para el resto de su vida.
Ahora, unos están presos. Otros, son prófugos de la justicia. Otros más, indiciados con el expediente abierto. Y otros más, en solicitud de desafuero como diputados. Y otros, incluidos en las cien denuncias penales en la Fiscalía.