Luis Velázquez
Veracruz.- Quizá al lector pudieran, digamos, interesar las siguientes diez viñetas del poder político. Retratan episodios estelares en el bienio azul. Algunos capítulos de los últimos ocho meses y medio. Y si como dice el proverbio popular, “para muestra basta un botón”, entonces, serían como los famosos “diez días que estremecieron al mundo” (John Reed), mejor dicho, a Veracruz. Y los cimbraron, porque retratan la filosofía de un hombre. El gobernador en turno.
Topacio, a la cárcel. Topacio es lideresa de una colonia precarista en Xalapa. Un día, en el mes de diciembre, se fue a la calle con sus huestes. Primero, bloqueó una avenida. Luego, se plantó en la secretaría de Educación. Exigía, según ella, plazas pendientes ofrecidas por Javier Duarte. En todo caso, afirmaba, una promesa institucional.
Así, y en nombre del bloqueo de las vías de comunicación, delito consignado en la ley, casi casi a nivel de un motín, motín a bordo, terminó en el penal de Pacho Viejo, y en donde, y para escarmiento, durmió unos días. Luego, fue liberada. Pero alcanzó la libertad, segura de una realidad: otra manifestación y será refundida en la cárcel. El garrote, la macana y los palos forman la santa trilogía del bienio.
Fue el primer aviso de un nuevo estilo de ejercer el poder y gobernar. Y más cuando como ahora, dicen que las puertas del palacio están abiertas para todos.
El diputado derrocado. El perredista Sergio Rodríguez, ex líder del CDE del PRD, ex presidente municipal de Ciudad Mendoza, exfidelista y exduartista, llamado “El demócrata” por la yunicidad, salió, de pronto, muy salsa.
Entonces, y en nombre, digamos, de la democracia, pero más aún, de la libertad, reveló que la llamada “Operación licuadora” que en el duartazgo significaba desviar recursos públicos, tanto federales como estatales, sin ton ni son, también existe en el gobierno azul. Incluso, el investigador Rafael Arias le llama “Operación Osterizer”.
Presidente de la Comisión de Hacienda en la LXIV Legislatura, Sergio Rodríguez amaneció un día con una sorpresa democrática: los diputados lo tumbaron. Dejó de ser el titular en Hacienda, pues en Hacienda pasan todas las cuentas públicas, tanto del gobierno del estado como municipales.
Y ni modo, que le cortan la lengua… como Victoriano Huerta a Belisario Domínguez. Quedó, entonces, sin fusil y sin cartuchos. Por bocón y por hablar de más. En el reino de Blanca Nieves y los siete enanos, sólo Blanca Nieves brilla. Y ay de quien se vuelva insumiso.
PROHIBIDO PENSAR DIFERENTE
El médico de MORENA. El doctor Roberto Ramos Alor llevaba ocho meses azules como director del Hospital General, Valentín Gómez Farías, en Coatzacoalcos. Militante del PRD, fallido candidato a un puesto de elección popular, apadrinado por el secretario General de Gobierno, Rogelio Franco Castán, un día acompañó a la diputada federal, Rocío Nahle García, la mujer de más confianza en Veracruz de AMLO, y los truenos le cayeron encima.
Hubo, se afirma, negociaciones entre los grupos políticos del PAN y PRD. Pero la guillotina le cayó encima y fue renunciado. Todo, por expresar su libertad y desfogar su conciencia política y social. Prohibido, entonces, pensar diferente. Si eres panista, en la raya te morirás. Si eres perredista, hasta la muerte. Pero si eres, como en el caso, perredista a la sombra de Franco Castán, y te manifiestas por “El peje”, ni modo, “en el pecado llevarás la penitencia”.
El expanista bronco. Alejandro Cosío Hernández fue panista. Tiempo cuando llegara al Congreso local como diputado. “El búfalo” le llamaban, más que por el cuerpo fornido, por broncudo. Subió a la tribuna ene número de veces para defender ideas e ideales.
Convertido en empresario exitoso, se lanzó contra el secretario de Salud, Arturo Irán Suárez Villa, para más señas, médico de cabecera del góber azul. Y le dijo, por ejemplo, que estaba otorgando concesiones sin licitación pública de por medio. Gritó en los medios una y otra y otra vez.
De pronto, zas, el silencio. Según versiones, se arregló. Se ignora si le pagaron la deuda duartista. Se ignora si le dieron juego para licitaciones. Se ignora, pues, el arreglo. Pero de pronto, callado.
“Callado, dice el proverbio, te ves más bonito”.
¿Lo plancharon? ¿Lo cooptaron? ¡Sabrá Dios!
“ESTE PUÑO SÍ SE VE”
Indígenas apagados. El presidente municipal de Soledad Atzompa, perredista bragado, caminó con los indígenas de la montaña negra de Zongolica en repetidas ocasiones en el duartazgo, clamando y reclamando obra pública pendiente. En Fortín, Javier Duarte siempre le puso un cerco policiaco. Más de cien policías de Arturo Bermúdez. Incluso, hubo juntas cumbres, hasta con el ex góber tuitero, ofreciendo “las perlas de la virgen” y que nunca le cumplieron.
Entonces, organizó la primera marcha a Xalapa este año. Ahora, los dejaron llegar. Y cuando estaban aposentados ante el palacio de gobierno, la mano empuñada por delante. Cero mitines. Cero protestas. Cero indignación crónica. Todos, callados, enmudecidos, disciplinados. “Este puño (puño azul) sí se ve” dirían en el 68. También hoy en el 2017 en Veracruz.
Desde entonces, replegados.
Las guardias comunitarias de Las Choapas. En el sur de Veracruz, la esposa de un ganadero fue secuestrada. Y todos se organizaron para rastrear y rescatar a la señora. Incluso, hasta la diputada Eva Cadena participó, porque el plagio le llegaba.
La sociedad civil, digamos, levantó ámpula. Por ejemplo, se apertrechó en la vía pública. En la carretera.
Y ni modo, como tal es un delito, de ahí se agarró “el gobierno del cambio”. Y desde el palacio enviaron el mensaje. Liberan la carretera o la cárcel les espera.
La poli fue a Las Choapas. Abanderó la causa. La señora fue liberada. Y las guardias comunitarias… desaparecidas. Debut y despedida. Borrón y cuenta nueva. Cuidadito y se creen los hijos del doctor José Manuel Mireles en Veracruz.
“SÓLO MIS CHICHARRONES TRUENAN”
Los 400 Pueblos. Viejos conocidos, César del Ángel, fundador y tlatoni del Movimiento de los 400 Pueblos, se fue contra el candidato del PAN y PRD a gobernador y acompañantes, el CEN del PAN, en el Palacio Legislativo de Xalapa.
Hubo trifulca. Era el tiempo duartista. Pero apenas el góber azul entró a palacio resucitó el caso. Y César del Ángel terminó en el penal de Pacho Viejo, donde en el Chirinismo (1992/1980) fue huésped predilecto.
Ahora, los días oscilan entre el reclusorio y en el hospital, más viejo que nunca, más enfermo. Pero el toque de queda fue efectivo. Desde entonces, ya nadie más, mujeres y hombres, se medio encueran en Xalapa. Mano firme dirán los azules. Mano represiva exclamarán los disidentes.
Muy salsita el Fiscal. Luis Ángel Bravo Contreras fue elegido Fiscal para nueve años por la LXIII Legislatura. Así lo ordenó Javier Duarte, jefe máximo. Pero apenas llegó el ángel azul al palacio, sus días estaban contados. Lo sabían en la LXIV Legislatura, donde el PRI, ni modo, perdió fuerza política.
Todos dicen que Bravo Contreras fue arrodillado. Su renuncia “flojito y coopelando” a cambio de su libertad. Otros dicen que entregó el rancho “El faunito”, de Fortín, que Duarte le regalara. Otros más dicen que entre Luis Ángel y Jorge Wínckler hay valores entendidos a través del maestro de ambos, Marcos Evens Torres Zamudio, nombrado Visitador General de la Fiscalía.
La realidad es una sola: el jefe… manda. En el mercado popular venden la tabla del jefe: el jefe es el jefe máximo… estando aún en “pelota”.
Las mototaxis. La diputada Marijose Gamboa Torales creyó en la libertad y la democracia y presentó iniciativa de ley para lanzar mototaxis en las regiones indígenas y campesinas, un viejo transporte tan viejo como la historia de la humanidad.
En el viaje legislativo, el pulpo camionero se opuso. Cabildeó a través de otro diputado y el asunto llegó a la mesa del gobernador.
Y la iniciativa fue congelada. En nombre, digamos, de un Veracruz con aguas aquietadas en vez de agrietadas.
Orgías panista en el Congreso. La diputada panista, Cinthya Lobato Calderón, fue lacónica: el coordinador de la bancada azul, He Man Sergio Hernández Hernández, el antiguo carga-maletas del presidente del CDE, Pepe Mancha (aquel que destapara al góber azul como precandidato presidencial), fue denunciado de que con cargo al erario organiza “borracheras, con droga y mujeres” y que terminan en orgías memorables.
Cinthya Lobato actuó a nombre, digamos, de la honestidad, las buenas conciencias y la transparencia.
Y de pronto, zas, el silencio. Nunca, por ejemplo, la denuncia penal. Jamás el asunto tuvo desenlace público. En todo caso, se entiende, “la ropa sucia se lava en casa”. A uno y otro, quizá, les llegó el manotazo. Por ejemplo, que con su reality-show estaban dañando el proyecto político familiar. Muchos años, entonces, esperarían a todos en el poder. El arca de Noé alcanza. El zíper ha funcionado.
Así se gobierna Veracruz. Lo dijo Ronald Reagan: están conmigo o están contra mí.
Tal filosofía política podría llamarse “la democracia dirigida” y/o “sólo mis chicharrones truenan”.