Veracruz.- Nunca un político ha odiado tanto a otro como Miguel Ángel Yunes Linares a Fidel Herrera. Pero tampoco un político ha guardado y multiplicado su rencor en contra, y por más de 20 años. Ni menos, mucho menos, un político ha logrado poner en el paredón judicial a su peor enemigo.
Tal es el caso. Diríase, incluso, que entre más odio del góber azul en contra del góber fogoso…, más se purifica su alma. Más limpia su conciencia. Más desahogadas sus neuronas. Más vivo su hígado.
La noche del jueves 19 de enero, hacia las 23:20 horas, el secretario de Salud de la Yunicidad, médico de cabecera de Yunes Linares, su director médico del ISSSTE en el Felipismo, ex diputado local, originario de Perote, consumó la venganza tantos años soñada y deseada.
40 minutos antes de la medianoche, sin agazaparse en las sombras, interpuso una denuncia penal en contra de Fidel Herrera, el cónsul de Enrique Peña Nieto en Barcelona, la madre patria de donde, oh paradoja, acaban de extraditar a uno de los llamados “Porkys” de Boca del Río, acusado de una (presunta) violación a una menor.
Pero además, la denuncia fue extensiva al hijo putativo de Fidel Herrera, Javier Duarte, el prófugo de la justicia desde hace 99 días.
Y la denuncia incluye un delito de lesa humanidad como es el caso de las medicinas clonados y de la gran estafa médica en contra de los niños con cáncer a quienes en vez de quimioterapia les daban agua destilada.
Peor tantito, la denuncia del doctor Irán Suárez involucra a los secretarios de Salud de ambos sexenios, es decir, Jon Rementería Sempé, Manuel Lila de Arce, Fernando Antigas Tinoco, Pablo Anaya Rivera, Juan Antonio Nemi Dib y Fernando Benítez Obeso.
Y, por si fuera poco, a los directores administrativos de cada uno de ellos.
Habría, entonces, de derivar que la venganza del Yunes azul 20 años después, valió la pena para incluirse con timbre de gloria en la historia de la revancha política nacional.
Sea cosa juzgada en el caso del góber fogoso…
Sea delito prescrito…
Sea verdad o mentira o media verdad o media mentira…
Sea que algún secretario de Salud del fogoso se “haya ido al monte”…, por lo pronto, el góber azul tiene más razones para repetir la frase bíblica que dijera cuando tomara posesión.
“Soy feliz” dijo.
Durante más de un par de décadas vivió para odiar. Nunca pudo, digamos, tener el látigo en las manos. Se la pasó en la denuncia mediática y en el discurso político despotricando con todo y en todo en contra de Fidel Herrera.
Ahora, sentado en la silla embrujada de palacio, dueño de la gubernatura imperial y faraónica, consume su venganza.
Y la venganza le ha de generar el placer más vertiginoso, más intenso, más pleno.
Un día, Manuel Espino, presidente del CEN del PAN, dijo a Vicente Fox Quesada que iba en picada en la encuesta por su obsesión del desafuero de Andrés Manuel López Obrador como jefe de Gobierno en el entonces Distrito Federal.
Y por añadidura, estaba poniendo en riesgo el triunfo de Felipe Calderón Hinojosa en las urnas como candidato presidencial.
Pero más, le dijo, arriesgaba su entrada limpia a la historia.
Entonces, Fox detuvo su caminata en un jardín de Los Pinos y dijo a Manuel Espino la siguiente frase bíblica espinosa.
“¡Me vale madre la historia! ¡Y mi único objetivo es evitar que “El peje” gane la candidatura presidencial!”.
Al Yunes azul también le ha valido madre la historia. Su venganza se ha consumado. De aquí para adelante, habrían de contarse los días y noches para que Fidel Herrera sea obligado, incluso, hasta por Los Pinos, a comparecer en la Fiscalía de Jorge Winckler sobre las medicinas clonadas.
¡Vaya vergüenza política! ¡Vaya descrédito! ¡Vaya ridiculez para el fogoso!
TREMENDO PAQUETE
Luego de que el góber azul arrodilló a Luis Ángel Bravo Contreras como Fiscal por 9 años, elegido ni más ni menos que por el Congreso de Juan Nicolás Callejas Arroyo, el sucesor, nombrado también por la Legislatura y para 9 años, Jorge Winckler, abogado de la Yunicidad boqueña, tiene encima tremendo paquete.
Entre otros, encarcelar a Arturo Bermúdez Zurita y Gabriel Deantes Ramos, ex secretarios de Seguridad Pública y Trabajo y Previsión Social.
Encarcelar a uno que otro de los seis ex secretarios de Finanzas y Planeación del duartazgo.
Llevar a juicio y encarcelar a los voceros de Javier Duarte, María Georgina Domínguez Colío y Alberto Silva Ramos.
Seguir armando la denuncia penal en contra de uno que otro duartista, entre ellos, y por ejemplo, a Érick Lagos Hernández, Adolfo Mota Hernández, Jorge Carvallo Delfín, Edgar Spinoso Carrera y Antonio Tarek Abdalá.
Refundir en Pacho Viejo a Leonel Bustos, ex director del Seguro Social, y seguir la pista a Mauricio Audirac Murillo y Tarek Abdalá, quienes, todo indica, están involucrados.
Etcétera.
Pero la llamada “joya de la corona” se llaman Javier Duarte por el asunto de las medicinas clonadas y el fraude médico a los niños con cáncer, delito del fuero común, pero más, mucho más, a Fidel Herrera Beltrán, quien en el año 2012 se soñaba candidato presidencial en vez de Enrique Peña Nieto.
Y ni modo que el Fiscal le falle a la Yunicidad.
Podría, digamos, volverse “ojo de hormiga” el caso de los más de seis mil desaparecidos.
Podría “hacerse pato” con los policías acusados de desaparición forzada.
Podría “dejar hacer y dejar pasar” a los carteles y cartelitos, anexos, conexos y similares.
Pero nunca, jamás, jamás, jamás, demostrar incompetencia con que Fidel Herrera Beltrán “le salió más vivo” y evadió, digamos, la acción de la justicia.
Si así fuera, de igual manera como el góber azul apretó tuercas para lanzar a Bravo Contreras de la Fiscalía, le aplicaría “el mismo rasero”.
Por eso ha de dejarse de sus ridiculeces tomando selfies al gobernador y aplicarse.
Winckler fue enviado a la Fiscalía para cumplir la venganza del Yunes azul en contra de Javier Duarte, pero más aún, de Fidel Herrera.
La cárcel para los otros es puro reality-show.