Luis Velázquez
Veracruz.-07 de julio de 2017-Más de veinte años después de tanto rencor y odio, y luego de siete meses y siete días, el góber azul está rodeando a Fidel Herrera Beltrán camino, digamos, al penal de Pacho Viejo.
Incluso, Miguel Ángel Yunes Linares ya tiene en la cárcel a uno que otro fidelista, con todo y que de igual manera tienen sello duartista.
Por ejemplo:
Mauricio Audirac, el hombre del fogoso en el ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior.
Francisco Valencia, el vaso comunicante del fogoso en el PRD, además de que Érick Lagos Hernández era otro mensajero.
Arturo Bermúdez Zurita, el operador del fogoso en el C-4, el gran centro de espionaje.
María Georgina Domínguez, la vocera de la esposa del fogoso en el DIF y quien luego se arrepintiera.
Y César del Ángel, el mítico líder fundador de los 400 Pueblos que tanto escarnio hiciera de Yunes Linares en la campaña electoral por la gubernatura en el año 2010 ante Javier Duarte.
Ellos, sin embargo, son una especie de prueba piloto más para Yunes, de igual manera como a estas alturas se miraría la cárcel a la que sometió a Dante Delgado Rannauro, Porfirio Serrano Amador y Gerardo Poo Ulibarri.
Y si el primero de diciembre, 2016, cuando tomara posesión, el Yunes azul dijo que era feliz, más, mucho más feliz, la felicidad plena, total y absoluta la alcanzará cuando tenga a Fidel Herrera en Pacho Viejo.
Y por lo pronto, le sigue rozando los talones y de fea forma.
Primero, con la captura del “H” en Tabasco, el narcojefe de la plaza de Coatzacoalcos acusado, entre otras cositas, del asesinato de los cuatro niños (de 3, 4, 5 y 6 años) más el crimen de sus padres.
Y es que el peine ha aparecido. “El H” tiene negocios con uno que otro empresario sureño, uno de ellos de apellido Chagra.
Y los Chagra de Coatzacoalcos están ligados por varios ejes rectores con Fidel Herrera, incluso, hasta por la vía afectiva, sentimental y emocional y que fue público y notorio, “comidilla del día” en el pueblo, “pueblo chico, ya se sabe, infierno grande”.
El segundo calambre del Yunes azul se acaba de consumar con la captura del empresario César Augusto Morando Turrent, dueño del restaurante “El florentino”, siempre se afirmó, en sociedad con Fidel Herrera y/o con uno de sus hijos.
Tan es así que un hijo de Morando Turrent fue funcionario de Javier Duarte y otro candidato a regidor en el Ayuntamiento de Boca del Río el pasado 4 de junio cuando el vicealmirante de 72 años, ya jubilado, soñaba con la alcaldía.
Pero además, Morando construyó la famosa y polémica Torre Pediátrica, con tan cuádruple mala suerte que, primero, Fidel y Duarte le dejaron millonaria deuda; segundo, un nortecito tumbó parte del edificio; tercero, buscó a Yunes para ver si le pagaban, y cuarto, la respuesta azul fue la cárcel de Pacho Viejo.
Fiel a sí mismo, el góber azul sólo tiene una razón para vivir, como es mirar al fogoso atrás de las rejas penitenciarias, y en un descuido, si lo detuvieran, esposado de pies y manos, con la fotografía correspondiente rodando por el mundo vía Periscope y Facebook Live que tanto le fascinan.
Ese día, Yunes Linares habrá alcanzado la felicidad absoluta, con todo y que el teórico del corazón asegura que la felicidad son apenas, apenitas un montón de ratitos felices que se guardan para luego, en noches de nostalgias, recordar, pues recordar, decía Howard Hughes jr., mirando sus videos sexuales, es vivir.
PREMIO NÓBEL DE LA VENGANZA…
Nunca un hombre (Yunes) ha odiado tanto a otro (Fidel).
Los biógrafos aseguran que eran amigos extraordinarios, fuera de lo común, pero las desavenencias iniciaron y se multiplicaron cuando uno “le bajó” al otro a tres mujeres: la primera, la sobrina de un ex gobernador; la segunda, una modelo del Mundial, y la tercera, una búlgara… y que significa la ruptura perpetua.
Entonces, se atravesaron las pasiones desaforadas de la política en la disputa por el cariño, el afecto y la confianza de Patricio Chirinos Calero, secretario del Medio Ambiente con Carlos Salinas, camino a la candidatura a gobernador.
Y después, la vida, solita, tan canija que es, se encargó del resto, a tal grado que cuando Chirinos asumiera el poder faraónico e imperial en Veracruz, Fidel apestó tanto, tanto, tanto (vía Yunes) que cuando su madre muriera en Nopaltepec, y como el fogoso andaba a salto de mata llegó al puerto jarocho en el último vuelo de la noche, viajó al pueblo para el velorio (sólo acompañado de su hermano putativo, Gustavo Sousa Escamilla) y antes del amanecer regresó a la Ciudad de México.
Ángel Leodegario Gutiérrez decía que con mucho odio… el alma envejece y se pudre.
Pero en el caso, todo indica, es al revés, a tono quizá con aquel proverbio árabe de que la vida de un hombre se calibra de acuerdo con el número de enemigos que deja a la hora de la muerte.
El único objetivo, entonces, de la gubernatura de Yunes Linares es encarcelar a Fidel Herrera.
Y si como él mismo ya lleva tres ex gobernadores presos en su currículo (Dante Delgado, Javier Duarte y Flavino Ríos) sueña con el Premio Nobel de la Venganza y que se llama Fidel Herrera Beltrán.