Luis Velázquez
Veracruz.- El senador Pepe Yunes Zorrilla es el político más honesto de Veracruz. Una vida íntegra sin mancha. Con una autoridad moral fuera de serie, inverosímil, por ejemplo, en un país que ocupa uno de los primeros lugares de corrupción en el mundo.
Nunca ha sido acusado de deshonestidad en los cargos púbicos ni tampoco de tráfico de influencias ni de “ordeñar la vaca” ni de recibir fondos públicos para, digamos, una campaña electoral o con objetivo patrimonialista.
Por eso, cuando el viernes 10 de febrero “lanzó su espada en prenda” con un análisis frío y sereno, mesurado y reposado, como es él mismo, sobre los primeros 73 días del gobierno azul, su voz, cierto, interpretó el sentido social y popular, pero al mismo tiempo, ha de servir para enmendar la plana, porque la única agraviada es la población.
El senador centró el objetivo, y por ahora, en los siguientes puntos:
Uno: las expectativas económicas están incumplidas.
Dos: la inseguridad sigue igual o peor, pues en la jornada cívica se garantizó la pacificación de Veracruz, y nada, al momento, además de que se la pasan justificándose con frasecitas bíblicas como “tengan paciencia, estamos llegando” y “no tengo una varita mágica”.
Tres: lo peor de la inseguridad “es el dolor de la gente que lo padece y no sólo a quien lamentablemente lo experimenta, sino el dolor de toda la sociedad”.
Cuatro: con los fuegos cruzados, secuestrados, desaparecidos, asesinados y fosas clandestinas que continúan, “el hecho se ha convertido en un botín político para descalificar a unos y posicionar a otros”.
Y cinco: “se necesita un llamado para que todos cerremos filas y encontremos soluciones porque es lo menos que Veracruz merece”.
El senador es el único priista que al momento ha levantado la voz. Y lo hace como una obligación ciudadana, sin ánimo de polemizar. Bastaría referir que analiza las cosas luego de casi dos meses y medio de iniciada la Yunicidad.
Y más si se considera… que en 40 días, Fernando Gutiérrez Barrios ya había pacificado el territorio jarocho, luego de la polvorienta y turbulenta herencia de Agustín Acosta Lagunes con su “Sonora Matancera”.
Y si de igual manera se recuerda que desde el primer día, Fernando López Arias lanzó una implacable campaña de despistolización, derritiendo todas las armas incautadas en los hornos de TAMSA y que eran insuficientes.
YUNES “HACE LO QUE ANTES CRITICABA”
El más grave pendiente enmarcado por el senador es la inseguridad, con todo y que el góber azul justifique que se trata de una simple percepción ciudadana, cuando, caray, siempre fue el argumento insulso de Javier Duarte.
La hemeroteca de un solo día, el mismo viernes 10 en que Pepe Yunes habló, la prensa escrita publicó la siguiente radiografía:
Fosas clandestinas descubiertas en Ixtaczoquitlán. El cadáver de un joven de 25 años tirado en la carretera Medellín-Tlalixcoyan. Un hombre asesinado en Poza Rica a balazos.
Varios vehículos asegurados a chupaductos en Sayula de Alemán y Tatahuicapan. Dos hombres asesinados en Isla por un sicario desde una motocicleta. Un cadáver amordazado, y con tiro de gracia, en Tuxpan, tirado en el cementerio del ejido La Calzada.
Álamo, Tuxpan y Papantla, los municipios que encabezan el tsunami delictivo en el estado de Veracruz.
El alcalde de Totutla, Leonardo Ruiz Coronado, despojado de 220 mil pesos al salir de Banorte, de la avenida Bolívar, en el puerto jarocho.
Entre otros hechos, y ni modo de justificar la inseguridad diciendo que se trata de una percepción ciudadana.
Por eso el senador dice el góber auzl “ha caído en recurrentes contradicciones, además de que está haciendo lo que antes criticaba” (Notiver, sábado 12 de febrero, 2017).
PESADILLA INACABABLE
El legislador, presidente de la Comisión de Hacienda en el Congreso de la Unión, también abordó el tema de la deuda pública.
Dice, por ejemplo, que antes, en el duartazgo, del que siempre Pepe Yunes marcó una raya, el Yunes azul criticaba la reestructuración de la deuda y que, claro, llegó en un sexenio a 25 créditos aprobados por las Legislaturas a modo del prófugo.
Ahora, en los casi dos meses y medio, una vez más se ha recurrido al crédito bancario, “cuando yo esperaba mejores resultados, medidas que permitieran superar el déficit del gasto que se tiene”, por ejemplo.
Además, claro, de aquel mar de confusiones creado por la tentativa, amenaza quizá, de la descoordinación fiscal de Veracruz.
De acuerdo con el senador, “no se puede seguir echando la culpa al pasado cuando tú ya estás actuando como encargado de la administración, pues la responsabilidad es del gobernante en turno, y no del anterior”.
Más allá de cuestiones partidistas y referencias electoreras, la voz prudente y mesurada del senador ha de considerarse, pues de por medio están ocho millones de habitantes.
Y es que la población sigue atrapada en una pesadilla de “sangre, lágrimas y el infierno tan temido”.
Y más, cuando seis de cada diez habitantes están en la miseria y la pobreza, además del millón de jarochos migrantes en un Estados Unidos en el peor momento de su historia.