Luis Velázquez/Parte Segunda
Veracruz.- La distancia tan grande entre el día de la elección de gobernador (primero de julio) y la toma de posesión (primero de diciembre) puso nervioso a Cuitláhuac García. Entonces, desesperado y ansioso, quizá más nervioso que mesurado y prudente, acuñó frase bíblica:
“Se me cuecen las habas… por gobernar”.
Las habas, sin embargo, nunca se le cocieron. Góber electo ha ocupado el espacio para apretar el botón nuclear. El ansia juvenil le ganó. Habla y habla, anuncia, amenaza, envía mensajes catatónicos, ordena a los suyos (Éric Patrocinio Cisneros, el más aplicado) que acalambren a Miguel Ángel Yunes Linares y a los suyos, el más defenestrado, el Fiscal Jorge Wínckler con el juicio político.
Así, ha venido ejerciendo el poder. Da gusto a su cuerpo, claro, bailando salsa, con comelitonas debajo de los árboles, pero también, viaja y busca aniquilar a su antecesor. Destila venganza, y como discípulo de Donald Trump, tuitea de manera volcánica. Tiene prisa de sentarse en la silla embrujada del palacio de Xalapa y que en su tiempo, Eufemio Zapata, el hermano de Emiliano, consideró una silla embrujada porque a todos, sin excepción, marea y enloquece.
Y si camina sin sentarse en la silla, entonces, su ansiedad porque las habas se le cocían, ya podrá el ciudadano vislumbrar su filosofía política y su actitud los próximos seis años.
El Príncipe.
En unas horas, de aquí al sábado al primer minuto, el futuro será presente.
Y para entonces, el fuego volcánico en contra de la yunicidad será “a tiro por viaje”.
El ajuste de cuentas lo mueve. AMLO se lo demanda y espera, incluso, sin dar línea. Por más y más que el tabasqueño hable de amnistía política.
La democracia confundida con el autoritarismo.
CELOSO CON QUIENES LE HACEN SOMBRA
El hijo putativo de AMLO en Veracruz (el golden boy de AMLO también llaman a Cuitláhuac García) tiene un objetivo: celoso con quienes les hacen sombra, el poder público servirá para descarrilar el nombre y el crédito del Yunes azul.
Y más, cuando así ha ocurrido todos los tiempos en cada alternancia, sucesión o transición del poder.
Yunes contra Javier Duarte. Duarte contra Fidel Herrera Beltrán. Patricio Chirinos Calero contra Dante Delgado Rannauro y Fernando Gutiérrez Barrios. Agustín Acosta Lagunes contra Rafael Hernández Ochoa, los casos más indicativos y simbólicos.
Y ni modo que Cuitláhuac sea menos. Allá AMLO que predique su república amorosa.
Yunes, entonces, será reducido a un mal gobierno, como de hecho y derecho ya está el alud político, social y mediático.
Y más, porque la izquierda se demoró mucho tiempo para llegar al palacio de gobierno de Xalapa.
Por ejemplo, la búsqueda de la gubernatura con candidatos de izquierda, entre ellos, Heberto Castillo, la profe Gloria Sánchez y Ignacio Rey Morales Lechuga. Incluso, Arturo Hérviz, por el PRD, y quien luego de su derrota en las urnas fue el primero que luego luego, emocionado, levantó la mano al priista Miguel Alemán Velasco.
Después, la izquierda con Rogelio Franco Castán entró en el descrédito y el PRD se volvió rojo fidelista y rojo duartiano y azul yunista hace dos años.
Pero llegó MORENA y en la segunda candidatura con Cuitláhuac García ganó en las urnas y si el PAN lanzó al PRI del palacio en el año 2016, ahora MORENA el primero de julio lanzó al PAN.
Dispersa la izquierda antes, y lo peor, desacreditada, con MORENA se restituyó su tejido social, suficiente para que trepado en las valencianas de AMLO, Cuitláhuac ganara.
Y ganara, de tal modo que se han adueñado de todo en Veracruz.
Cuitláhuac es absorbente. El junior de la colonia Macuiltépetl, brincando al primer plano político y social. El dador y hacedor de todo con un frente común llamado Resistencia Pacífica para entronizarse.
POLÍTICO BOTEPRONTO
Ingeniero, acostumbrado a las matemáticas, se entiende, es un hombre (un político) cerebral, frío, calculador.
Y aun cuando se asegura que su cuna fue el activismo político, con raíz y formación familiar, también se ha revelado como parte del retrato en el poder como un político botepronto.
El caso del descarrilamiento de Amado Cruz Malpica como diputado coordinador de la Junta de Coordinación Política.
El caso de la caída del biólogo Pablo Robles Barajas como secretario del Medio Ambiente.
El caso del rafagueo constante, “a tiro por viaje” contra Miguel Ángel Yunes Linares y el Fiscal Jorge Wínckler, tenga o no tenga razón, pues se ha delatado como un hombre de ansias y con ansias.
Presionado por grupos y tribus políticas de MORENA, la fama pública de que cedió espacios políticos, y claves, a la senadora Rocío Nahle (las secretaría General de Gobierno, Salud y Turismo, por ejemplo).
La tardanza para nombrar a los titulares de Finanzas y Planeación, Educación y Seguridad Pública, pues hacia el interior de MORENA los ajustes y reajustes están mostrando el puño y el músculo, aun cuando el politólogo Carlos Ronzón Verónica dice que esperan el dedazo de AMLO.
La generosidad y la prudencia y la mesura política del coordinador estatal de MORENA, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, aclarando ante los medios que nunca, jamás, como súper delegado federal opacará a Cuitláhuac, pues será un coadyuvante.
El error de primaria nombrando a 6 mujeres en cargos públicos menores el domingo 25 de noviembre, cuando algunas de ellas son ex diputadas y cuando, además, 6 de cada diez personas son mujeres y lo que fortalece la equidad de género.
Con todo, incluso, que nunca, jamás, es el cargo el que hace a la mujer o al hombre, sino al revés.
Así, tales acciones expresan la forma de ser, de actuar y de reaccionar del góber electo, opacado, digamos, por Cuauhtémoc Blanco, de Morelos, donde la presidenta del CEN de MORENA quería la mitad del gabinete estatal, y de Enrique Alfaro, de Jalisco, evidenciando la Gendarmería Nacional y a los súper delegados federales, asestando ambos un manotazo.
Lo peor, Enrique Alfaro llamando a formar una oposición a López Obrador.