Luis Velázquez
19 de enero de 2018
A Pepe Yunes Zorrilla le encantan las canciones de Guty Cárdenas. Las empezó a cantar en la adolescencia. Quizá antes. En el rancho “San Julián”, la propiedad familiar.
Pero también quizá le gustan las películas de Diego Luna, el actor y director que en sociedad con su “cuaderno de doble raya”, Gael García Bernal, tienen la compañía fílmica, “Cananea”.
Diego Luna, por ejemplo, dice que “ha quedado clarísima la poca confianza que la ciudadanía tiene en los gobernantes y los políticos.
“Y hoy, los escándalos de corrupción son grotescos y de dimensiones que no me imaginaba.
Incluso, me parece un momento bien difícil para cualquier político y para quienes están ahí por las razones correctas”.
Por eso quizá el inminente candidato del PRI y PVEM a la gubernatura de Veracruz dijo en Boca del Río, el corazón y feudo de los Yunes azules, que en el partido tricolor hay “miles de voluntades de gente buena…, que no roba… y que trabaja… y que aporta… y que participa para engrandecer a Veracruz”.
Y es que desde la yunicidad se ha creado y creado la fama pública de que en el duartazgo, con Javier Duarte, Karime Macías y muchos duartistas, exprimieron la vaca sexenal hasta dejarla seca, totalmente seca, porque tal generación política “se puso de pechito”.
Y ahora, ni modo, la política y la vida son así de canijas, deslindarse y sacudirse la leyenda negra está en chino.
Y más, porque está claro, ni todos los priistas son como Javier Duarte ni todos los panistas como Guillermo Padrés, ex gobernador de Sonora, preso por las mismas razones que Duarte, ni todos los perredistas son como el hermano menor de Leonel Godoy.
ESTRAGOS Y DESTROZOS
La política es el oficio, la actividad, la profesión, más desacredita en la vida pública, al nivel, digamos, de la policía, y se ubican en el sótano de la desconfianza ciudadana según Latinobarómetro.
Y, bueno, de acuerdo con el relato bíblico, siempre pagan “justos por pecadores”, aun cuando en el caso de Javier Duarte el lastre fue tan grande, incalculable, fatídico que luego de provocar la derrota tricolor de la gubernatura, la mayoría en la LXIV Legislatura y la mayoría de presidencias municipales, todavía sigue causando estragos y destrozos.
Por ejemplo, la versión de que en el imaginario electoral MORENA va en primer lugar de la tendencia, el PAN en segundo y el PRI en tercero.
Porfirio Muñoz Ledo, ex de todo, se lo dijo a Carlos Puig en Milenio:
Será muy difícil, aseguró, que el PRI remonte al primer lugar. Podría, acaso, remontar el PAN.
REPARTO DE MIELES
Nada está escrito. Y las encuestas, como las profecías, suelen fallar.
Y como no todos los priistas son como Javier Duarte, entonces, en Veracruz hay posibilidades.
Zeferino Tejeda Uscanga, secretario de Acción Electoral con el presidente Américo Zúñiga en el CDE del PRI, lo vislumbra de la siguiente manera:
“Con unidad, unidad ‘a prueba de bomba’, el tricolor ganará la gubernatura”.
Por eso, Pepe Yunes Zorrilla expresó en Boca del Río su estado de ánimo, su visión de la vida política, su objetivo:
“¡No sé defraudar! ¡No les voy a fallar!”.
Y en Boca, el feudo de la dinastía Kennedy del Golfo de México, dijo que camina el estado jarocho tocando a las puertas del “priismo que ha sido marginado y maltratado”… por Javier Duarte, Karime Macías y los duartistas.
Y entre ellos, un rosario de nombres de políticos que se volvieron cómplices, aliadas y socios de Duarte:
A: El ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior, con Lorenzo Antonio Portilla Vázquez, todo lo calló aun cuando ahora, para salvarse, todo denuncia.
B: La Comisión de Vigilancia del Congreso local, que nunca en su tiempo, en la anterior legislatura, miró el estercolero, sin que al momento, ningún diputado de la LXIV Legislatura haya interpuesto denuncia penal por cómplices en contra de ellos.
C: Los Contralores del duartismo, Iván López, Ricardo García Guzmán y Mauricio Audirac Murillo, el único preso en el penal de Pacho Viejo, quizá, acaso, por su paso en la secretaría de Finanzas y Planeación.
D: Y la mayoría de titulares de SEFIPLAN, con Antonio Gómez Pelegrín el último, y de quien se afirma decidió ampararse antes de dormir en Pacho Viejo y le negaron el amparo.
Todos, además de varios diputados federales (Érick Lagos, Alejandro Carvallo y Adolfo Mota, guardias pretorianos de Duarte) también fueron omisos y participaron en el reparto de las mieles.
PRIISMO MARGINADO Y MALTRATADO
Ninguno de ellos forma parte del “priismo marginado y maltratado” del que habla Pepe Yunes.
Ese priismo, y por desgracia, ha sido “marginado y maltratado” desde tiempo histórico, cada seis años en la gubernatura, cada cuatro años en las presidencias municipales, cada tres años en el Congreso local y en las diputaciones federales.
Por todos lados, ene número de veces los priistas se duelen de haber entregado su vida a la causa partidista y cuando las elites rojas se encumbraron la mayoría fue menospreciada.
Y en el caso de la militancia, aquella que se friega el lomo en la operación electoral y acarreando gente a mítines, y pintando bardas y pegando propaganda y recibiendo a cambio una pinche despensita mísera y miserable y una gorrita y una cachuchita, la misma que hace ganar en las urnas, siempre desdeñada por todos, sin excepción.
Y lo peor, en todos los partidos, pues ninguno se salva como tampoco se salva los políticos, jefes tribales, elites de elites, las únicas beneficiadas.
Y con frecuencia, basta con que aparezca una Barbie sensual y sexual para que la militancia que forma parte del “priismo marginado y maltratado”, excluido y vejado, humillado y ofendido y lastimado, sea desdeñada.
De todas esas actitudes, la militancia y familiares y sus amigos “estamos hasta la madre”.
“¡No les voy a fallar! ¡No sé defraudar!” ha dicho Pepe Yunes Zorrilla.
¡Tened fe! ¡Tened esperanza!
Y por favor, ¡qué sirvan igual para todos!