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Expediente 2018: Box político en Xalapa; lucha por el poder

El Piñero

Luis Velázquez

Veracruz.- En un lado del ring, el presidente municipal de Xalapa, , y el coordinador estatal de MORENA, futuro coordinador de delegaciones federales, Manuel Huerta Ladrón de Guevara.

En el otro lado, el señor senador de la república, ex priista de todos los tiempos, Ricardo Ahued Bardahuil.

En el centro, el réferi, el abastecimiento de agua en la capital, cuando antes estuvo el pendiente de la basura.

Entonces, Ahued trepó al ring en contra del alcalde, a quien señalo de incapacidad para abordar el manejo de la basura.

El edil de MORENA, académico en la Universidad Veracruzana, reviró diciendo que se trata de un “fuego amigo y fuego rete amoroso”, quizá en nombre de la república amorosa.

Entonces, Manuel Huerta se puso los guantes y dijo que Ahued ha de informarse del asunto, pero antes, mucho antes, le recordó que MORENA lo rescató del descrédito como es el PRI.

No es militante de MORENA, dijo.

Ahued volvió a ponérselos guantes y dijo que no es alcahuete ni tapadera de nadie y “que si les ardía que se pusieran pomadita de la campaña pues Xalapa está llena de baches y porquerías” (Notiver).

“Yo no le hago a la pirotecnia” insistió el senador. “Yo hablo de frente”.

Ahued Bardahuil se ha vuelto, todo indica, un ángel de la pureza.

Incluso, quizá el trío está a tono con la filosofía política de AMLO, el presidente electo, en el sentido de que le gusta la polémica, le encanta polemizar, porque “así se entera más gente y más gente participa” en la tarea de gobernar.

Pero…

 

HISTORIA DE UNOS TAPADORES…

 

Ahued Bardahuil alardea de que nunca ha sido tapadera de nadie, aun cuando en su vida pública varios políticos priistas, entre otros, lo han tapado.

Por ejemplo:

En el Fidelato y el Duartazgo fue presidente municipal de Xalapa y diputado local y federal, en los tres casos nominado por el PRI.

Y en los tres casos fue financiado con recursos públicos por el par de gobernadores priistas, y nunca, jamás, jamás, jamás, Fidel Herrera Beltrán ni Javier Duarte revelaron los hechos como parte, digamos, del sistema político tricolor.

Incluso, en el Fidelato, el negocio de Ricardo Ahued, Casa Ahued, alcanzó el estrellato porque se convirtió en la casa de abastecimiento de un montón de programas sociales oficiales.

Tan es así que, iniciando como alcalde de Xalapa, la Casa Ahued alcanzó un desarrollo inusitado sin precedente llegando a seis filiales tanto en Veracruz como en Puebla.

En aquel entonces, uno de los operadores electorales, político y social de Ahued fue Reynaldo Escobar Pérez, ex de todo, menos de gobernador, y quien por encargo de Fidel Herrera se encargó de todo, absolutamente de todo, de tal manera que hacia el final del día y de la noche, Ahued quedó como un ingrato.

Y, no obstante, todos lo taparon.

Encaramado en la rueda de la fortuna en el más alto nivel, Ahued soñó con la candidatura al Senado y hasta con la gubernatura y la posibilidad le fue negada.

Y de pronto, zas, renunció al PRI y en MORENA le abrieron las puertas, necesitados quizá de gente con alguna biografía política.

La mitad del mundo y la otra mitad se ha preguntado las razones por las cuales MORENA lo aceptó en sus filas y luego enseguida, así nomás, sin jugar, vaya, a “La tómbola” fue encumbrado.

Ahora, ni hablar, ahí hasta los estragos.

 

LUCHA POR EL PODER

 

La lucha por el poder político apenas, apenitas está comenzando.

Ricardo Ahued ya se está soñando candidato de MORENA a la gubernatura en el año 2024 y busca ganar espacios, pues sólo en Xalapa lo conocen y si gana la senaduría se debe al gran efecto AMLO, trepados todos que estuvieron, incluido Cuitláhuac García, en “las valencianas” tabasqueñas.

Pero en la percepción ciudadana las cosas están claras y nítidas.

Alrededor de AMLO hay puros e impuros.

En Veracruz, los obradoristas puros son, entre otros, Manuel Huerta Ladrón de Guevara y Amado Cruz Malpica, sus colaboradores desde cuando fue Jefe de Gobierno en la Ciudad de México.

La profesora Gloria Sánchez, senadora suplente, desde el tiempo del ingeniero Heberto Castillo en el Partido Mexicano de los Trabajadores.

Cuitláhuac García Jiménez, herencia política genética de su padre.

Y la zacatecana Rocío Nahle, senadora de la república y secretaria de Energía.

Y en la lista de los impuros está Ricardo Ahued, el arribista tricolor en la cancha de MORENA que ahora se siente purificado luego de su pasado priista.

Todos ellos ya sabían el pasado de Ahued y si como publicara en su libro María Scherer Ibarra, “todos llevamos en el ADN sangre priista”, entonces, Ahued Bardahuil lo tendrá multiplicado al más elevado decibel.

Ahued, igual que el senador Julen Rementería del Puerto, se metió a la política para fortalecer los negocios.

 

LA POLÍTICA SEGÚN EL COLOR DEL CRISTAL CON QUE SE MIRA…

 

Una cosita es la polémica.

Otro, el pleito de vecindad.

Otra, la mesura y la prudencia.

Otra, la solidaridad pensando en el bienestar social.

Otra, los negocios.

Otra, utilizar la administración pública como políticos automáticos pensando en el cargo público siguiente.

Y otra, la lealtad a un partido político y al grupo en el poder, considerando que de entrada “la política sucia se lava en casa”.

Otra, el enemigo común en el palacio de enfrente.

Otra, inmolarse en la vía pública “cortándose las venas” en nombre de la población.

Y otra, mil años luz de distancia, la vocación de Estadista de un político.

 

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