Luis Velázquez
13 de enero de 2018
Alta y delgada, altiva y gallarda es su figura. Ha ganado tres elecciones en las urnas. Político nerd, también es músico. Debutó tocando la batería con Fito Páez, igual, digamos, que Bill Clinton, el presidente de Estados Unidos que tocaba el saxofón.
Pero “El Chiquis” (así bautizó Notiver a Miguel Ángel Yunes Márquez, y el sobrenombre “pegó”) gana a Clinton, pues también dirige una Orquesta Sinfónica.
Y de ñapa, vestido como un playboy. Un millenials.
Igual que su padre, el gobernador Yunes, gran parte del día se la pasa escuchando música clásica. El padre, dicen, la escucha más tiempo.
Pero el hijo ha trascendido más en su vocación musical. Y así, y por ejemplo, y como los niños pobres de las colonias populares viven en él, el hijo lanzó un programa insólito bajo el siguiente lema. “Voy a poner un violín en las manos de cada niño”, se dijo un día.
Entonces, en Boca del Río, donde en dos ocasiones ha sido presidente municipal, apareció la Orquesta Sinfónica Infantil.
Y a partir de la fecha, todos los días los niños pobres estudian música tres horas.
En tanto, y para cerrar la pinza, el precandidato del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano (lo que significó un hitazo político electoral), también incorporó a las madres de los niños al programa social, y las madres y las abuelitas también formaron un coro, el coro que siempre acompaña a los niños en sus conciertos.
“Los niños, las madres solteras y las mujeres víctimas de la violencia le pegan mucho” dice una de sus fans.
POLÍTICO INTENSO, PERO PACIENTE
Todos los días (ahora, cada vez que puede), Miguel Ángel Yunes Márquez, MIYUMA, corre de diez a quince kilómetros. Es su ejercicio. Su disciplina. También practica deportes acuáticos. Y el fútbol.
Y mientras el padre suele leer un libro por semana, el hijo dos o tres al mes. El penúltimo que leía era una biografía de los Kennedy de Estados Unidos. Y el último, una biografía de Gandhi, el apóstol del pacifismo.
En su vida pública, menos en su círculo cotidiano, jamás grita. Es, claro, firme.
Por ejemplo, en la reunión mensual que solía tener con su equipo de confianza en el Ayuntamiento decía a todos:
“Ustedes son mis amigos. Pero si un ciudadano se queja con razón en contra de ustedes, se van”.
Pero más aún:
Escuchaba el informe de cada uno. Tomaba datos. Pedía una copia de la lista de beneficiados y de los programas sociales en cada área poblacional. Y luego, él mismo checaba si era cierto.
Bastaría referir que estando cerca de la gente hasta la comadrita de la esquina, la señora que vende picadas y gordas, tiene su teléfono celular.
Y le hablan. Y las escucha. Y procede. Y actúa.
Por eso, algunos dirán que es más intenso y enjundioso que el padre. Y aun cuando de entrada se le percibe como un político serio, muy serio, es, por el contrario, muy noble dice su fans.
Además, como pocos, paciente, quizá porque la biografía de Gandhi es uno de sus libros de cabecera.
REDUCIDO CÍRCULO DE AMIGOS
Su círculo de amigos es reducido. O al menos, poco se conocen.
Por ejemplo, unos son los mismos cuates que tuviera en su tiempo como coordinador del programa “Oportunidades” de la SEDESOL federal, cuando despachaban en una oficinita más chiquita que un cuarto INFONAVIT, y en donde todos cabían, y al mismo tiempo, era una oficina grandota porque todos soñaban mucho.
Entre ellos, Gabriel Garzón, Rafael Cuenca junior, Manuel Zamora, Pepe Medina y Juan Manuel Unanue.
Uno, ex Contralor. Otro, ex regidor. Otro, director del DIF. Otro, diputado local.
Pero por lo general, sus amigos/amigos han desempeñado (hasta ahora) cargos menores.
Y entre sus amigas están Indira Rosales San Román, secretaria de Desarrollo Social.
Alma Lamadrid, quien fue su tesorera municipal, y ahora es síndica con su hermano Fernando, el alcalde jarocho.
Y Marijose Gamboa Torales, diputada local.
Como caso excepcional está que “además de seguir enamorado de su esposa”, la escucha. La oye. Y orienta y reorienta su vida privada y pública.
Ha de escribirse que aun cuando en la cancha opositora le llaman “El príncipe”, resulta que “El príncipe” tiene en su equipo a hombres y mujeres hijos de “la cultura del esfuerzo”, ninguna, digamos, “niño rico o fresa”, todos hijos de familias de clase media.
UN VASO COMUNICANTE
Igual que Ricardo Anaya, pre-candidato del PAN, PRD y MC a la presidencia de la república, entre ambos hay un vaso comunicante.
Ambos, por ejemplo, políticos.
Ambos, por ejemplo, pre-candidatos a la silla embrujada del palacio.
Ambos, con vocación musical que tocan instrumentos.
Y hasta donde se sabe si se sabe bien, ambos, se respetan y admiran.
Y desde tiempo atrás…
UN PUEBLO FELIZ
Es amigo de sus amigos. Y “se muere en la cancha por ellos”.
En aquel tiempo del duartazgo, cuando Marijose Gamboa estuvo privada de su libertad en el penal de Tuxpan, Yunes Márquez viajaba con frecuencia para estar con ella.
Y siempre con un bajo, bajísimo nivel. Solo.
Luego, hablaba a los padres y hermanos de Marijose y les avisaba de su estado de salud y de los pendientes.
Incluso, hasta los visitaba en su casa.
Y ni se diga estaba siempre en los vaivenes cotidianos.
“Es muy humano” dice la diputada.
Es el pre/candidato a la gubernatura de 43 años de edad que sueña con hacer de Veracruz un pueblo feliz.