Luis Velázquez
Veracruz.- AMLO ha apechugado “una papa caliente”. Temas ríspidos, cóctel explosivo. El aborto. El matrimonio gay. La adopción gay. Y la droga.
Y según la futura secretaria de Gobernación, ministra jubilada de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, académica pensionada de la UNAM, Olga Sánchez Cordero, ella cabildea el asunto.
Asunto espinoso, duro, difícil, con vientos huracanados, dice el politólogo Carlos Ronzón Verónica.
Pero además, cuando AMLO fue jefe de Gobierno en la Ciudad de México y los activistas plantearon el aborto siempre eludió hablando de una consulta popular y que nunca cumplió, pues, entonces, y como sucederá en el próximo sexenio federal, las elites eclesiásticas mostraron el puño y el músculo.
Incluso, y como estaba cocinado en Guerrero con el gobernador Ángel Aguirre Rivero, hubo marcha atrás cuando los jefes de la iglesia católica y apostólica advirtieron que si el aborto era aprobado, entonces, ni hablar, excomulgarían al gobernador.
Y el góber precioso del PRI echó marcha atrás.
Por eso, AMLO en el Distrito Federal siempre cabeceó el tema. Y ninguna duda de que lo seguirá cabeceando antes de despertar la furia de los cardenales, arzobispos, obispos, sacerdotes, presbíteros y monjas, además de los evangélicos, del país.
IGLESIA PODEROSA
Por lo pronto, en diecinueve estados federativos, entre ellos, Veracruz, y Veracruz con la yunicidad, el aborto se mantiene y todos los gobernadores se doblegaron a las presiones de la iglesia para que siga penalizado, con el aviso a médicos, enfermeras, curanderas, padres de familia y mujeres embarazadas de una condena legal que lleva a la cárcel.
Y si en la Edad Media la iglesia era todopoderosa, ahora, ninguna duda hay.
En Veracruz, por ejemplo, Miguel Ángel Yunes Linares, Javier Duarte y Fidel Herrera Beltrán, prefirieron estar en paz con los ministros de Dios antes, mucho antes que con los activistas.
Más, mucho más fácil será que la droga sea validada en el país, y por añadidura, en la tierra jarocha, antes, mucho antes que aprobar el matrimonio gay, la adopción gay y el aborto.
Es “una papa caliente” y en automático por aquí reiniciaran los tambores de guerra, los grupos conservadores se levantarían.
Y de nuevo, la discordia civil y la discordia civil en el tiempo de la república amorosa donde, festina AMLO, el amor y la paz predominarán.
POLÍTICOS ARRODILLADOS
Cierto, “una golondrina difícilmente anuncia el verano”, pero en el tiempo de Miguel Ángel Yunes Márquez como presidente municipal de Boca del Río, una que otra pareja gay contrajo nupcias en el Registro Civil.
Y en el tiempo del priista Ramón Poo Gil incorporó al gabinete ampliado a uno que otro gay en cargos públicos.
En el sexenio de Javier Duarte, varias parejas gays casaron en la Ciudad de México y regresaron a Veracruz para seguir viviendo en la plenitud.
Más aún: en el sexenio anterior, una pareja gay burócrata en el Instituto de Pensiones también contrajo nupcias en la Ciudad de México.
Ha de recordarse que cuando hace casi quinientos años, el sifilítico Hernán Cortés (era muy bueno para la enagua) desembarcó en las playas de Chalchihuecan agarró camino a Cempoala para entrevistarse con el cacique gordo, quien era homosexual y tenía cincuenta efebos a sus órdenes y a su servicio exclusivo.
Nadie dudaría de que Huitzilopochtli, el rey de los sacrificios humanos de los aztecas, era gay, mínimo, bisexual.
Y por eso mismo, tampoco puede olvidarse que la iglesia está llena de curitas pedófilos, tantos, que generaron el manotazo del Papa Francisco, el primer Sumo Pontífice de América Latina, y en Chile exigió la renuncia a ocho obispos y arzobispos quienes son investigados por encubrir a los sacerdotes calenturientos.
Sin excluir, claro, la historia del curita Marcial Maciel con sus “Legendarios de Cristo”.
Y, sin embargo, la iglesia sigue oponiéndose al aborto y al matrimonio gay y tiene arrodillados a los políticos del PRI, del PAN, del PRD y de MORENA, anexos, conexos y similares.
AMLO ES CRISTIANO
Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto nunca dieron el paso siguiente para legalizar la droga, el aborto y el matrimonio y la adopción gay.
Ya se verá con AMLO, pero mucho se duda a partir de su rechazo cuando fuera Jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
La iglesia manda. AMLO es cristiano. Y provocar a la iglesia significa la tercera guerra mundial.
En tanto, legalizar la droga mucho dependerá de Estados Unidos.
Y más, cuando de por medio hay con Donald Trump excesivos temas ríspidos, entre ellos, la revisión del Tratado de Libre Comercio, el muro en la frontera norte, la legalización de los migrantes sin papeles en el país vecino, el paso de los ilegales de América Central (Honduras, Guatemala y Salvador) por México, el combate efectivo, con resultados, a los carteles y cartelitos y el profundo, inalterable respeto a los derechos humanos.
En fin, esperemos el tiempo de AMLO en la presidencia de la república para ver si es cierto que “agarrará al toro por los cuernos”.
Por lo pronto, el presidente de Argentina, Mauricio Macri, busca una salida decorosa al rechazo del aborto en el Congreso federal, con sus legisladores, ajá, “como traje a la medida”.