Luis Velázquez
Veracruz.- El estado de los derechos humanos puede calibrarse de la siguiente manera:
Uno. De los 21 mil fragmentos de restos óseos y 282 cráneos en Colinas de Santa Fe, la fosa clandestina más grande del continente, apenas, apenitas, apenititas, quince personas identificadas y doce entregadas a sus familiares.
Dos. De los 248 cuerpos hallados en las fosas clandestinas de Arbolillo, municipio de Alvarado, sólo ocho identificados.
Y de los ocho identificados únicamente cinco entregados a familiares.
Tres. De los 37 cadáveres localizados en otra fosa clandestina de Alvarado, El Almendro, sólo uno reconocido.
Cuatro. De los siete cuerpos hallados en Playa La Cava, sólo cuatro entregados a familiares.
Cinco. De los cadáveres, restos óseos y cráneos en el resto de las fosas clandestinas de norte a sur y de este a oeste de Veracruz sólo el 70 por ciento de los cuerpos identificados.
Así lo refiere el corresponsal de Proceso, Noé Zavaleta, en el número 2194 de este mes, en un reportaje intitulado “Al igual que Duarte, Yunes dejará una funesta herencia”.
Al momento, un montón de jefes policiacos y policías en el sexenio de Javier Duarte, acusados de desaparición forzada, encarcelados en el penal de Pacho Viejo.
Preso también el ex secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita.
Y preso el ex Fiscal, Luis Ángel Bravo Contreras, “por entorpecer la investigación de dieciséis desapariciones forzadas”.
Desde luego, ha de reconocerse que el Fiscal Jorge Wínckler, llamado el Fiscal carnal de los Yunes, el abogado de los Yunes, premiado con la Fiscalía por 9 años, se fijó como obsesiva obsesión atrapar al mayor número de duartistas.
Pero al mismo tiempo, le valió por completo el estado de los derechos humanos para hacer justicia, pues nunca fue en el bienio azul una prioridad.
Justicia para los familiares de tantos desaparecidos que, contra viento y marea, abandonados, desdeñados y menospreciados por el Estado siguen buscando a los suyos.
Una realidad sórdida y siniestra.
Lo dijo el fiscal Eduardo Coronel junior con una frase bíblica que ha trascendido más allá de la temporalidad.
“¿Cuál prisa si los desaparecidos desaparecidos están?”.
Y tal, claro, fue la filosofía social y política, moral y ética de la yunicidad.
Con todo y que en el mes de diciembre del año 2016 el Congreso local entregara la medalla “Adolfo Ruiz Cortines” a los Colectivos en un acto demagógico y populista, ramplón y barato.
El país, Veracruz, necesitan de acciones concretas y específicas, en ningún momento apapachos y risitas y fotografías posadas y boletines triunfalistas.
DESDÉN DE FISCALES
Resulta inverosímil el estado de los derechos humanos en Veracruz.
Y más, porque los Colectivos han seguido la huella de las fosas clandestinas por sí solos, sin la ayuda del Estado.
Incluso, con todo y su desdén.
Ellas, solitas, por ejemplo, el Solecito de la señora Lucía Díaz Genao, hallaron las fosas clandestinas “Colinas de Santa Fe”, la más grande, se ha dicho, de América Latina.
Ellas, solitas, han llegado al Km. 13.5 buscando cadáveres y en donde calculan hay unos quinientos.
Ellas, solitas, han ubicado otras fosas clandestinas.
Y no obstante, la Fiscalía ha contestado con el menosprecio como está probado y comprobado con la estadística de la muerte publicada por Noé Zavaleta en el semanario proceso 2194, páginas 40 y 41.
El mínimo de cadáveres identificado por Jorge Wínckler con sus auxiliares, anexos, conexos y similares.
Es más, el Solecito logró que una ONG especializada en búsqueda de cuerpos de Guatemala llegara a Veracruz con el mismo objetivo.
La Universidad Notre Dame de Estados Unidos ya reconoció el trabajo de todas ellas.
El FBI de Estados Unidos también llegó a Colinas Santa Fe y al Km. 13.5, con el mismo objetivo.
Y en Veracruz, con Wínckler, el desdén, sin olvidar, claro, el sexenio de Javier Duarte con sus Fiscales, Felipe Amadeo Flores Espinoza y Luis Ángel Bravo Contreras.
Flores Espinoza, con su otra frase célebre igual que Eduardo Coronel junior.
“Yo no me meto en Cardel… porque es territorio Zeta”, como le dijo a Díaz Genao cuando le informó que la camioneta de su hijo, el “DJ Patas”, secuestrado en su propio departamento, la habían ubicado en el pueblo.
Y la frase petulante de Bravo Contreras cuando tomara posesión de la Fiscalía luego de Flores Espinoza:
“En mi oficina encontré cucarachas y ratas que me dejó Felipe Amadeo. Ya podrán imaginarse el estado de los expedientes”.
Y la frase más engreída de Bravo Contreras cuando dijera a los familiares de los desaparecidos:
“Apenas tomé posesión…los malandros huyeron de Veracruz a esconderse en las cuevas de las montañas de otros estados del país”.
Los políticos, pitorreándose del dolor y el sufrimiento de tantos padres de familia, de tantas familias, con hijos, padres, tíos y mujeres desaparecidas y con niños asesinados.
Ahora, el gobernador electo ha anunciado, ajá, que en dos años pacificará Veracruz.
Y de paso, ha abrazado en público a varias madres con hijos desaparecidos y ofrecido el paraíso terrenal ahora cuando durante los próximos 6 años gobierne y ejerza el poder político, social, económico, educativo, de salud, de seguridad y de procuración de justicia.
Pero, bueno, Javier Duarte se burló de todos los crímenes y desaparecidos.
Miguel Ángel Yunes Linares los cabeceó.
Ya se verá el próximo sexenio, pues, como dice el viejito del pueblo, “prometerá nadie empobrece”, aunque luego, como a Enrique Peña Nieto, se les ocurra pedir perdón…