Luis Velázquez
Veracruz.- Hay, parece existir en las cúpulas priistas, un desaliento fuera de control. El derrotismo permea entre ellos. Y nada más terrible en la vida, y en la política, que sentirse derrotad antes de entrar a la batalla.
El ciudadano platica con las elites y todas, la mayoría digamos, están creídas que ya perdieron la gubernatura de 6 años y la presidencia de la república y las diputaciones locales y federales y las senadurías.
Y aun cuando, nadie lo duda, el tricolor está atrapado en el peor momento de debilidad política, social y electoral, un minuto antes de morir ha de pelearse con todo, pues la vida siempre es sorprendente.
Y más, cuando de por medio hay estrategia, destino, rumbo, caminos claros.
Y más, como en el caso, cuando hay precandidato a la silla embrujada de palacio como Pepe Yunes Zorrilla, a quien nunca, nadie, jamás, jamás, jamás, ha acusado de pillo y ladrón.
Tampoco de traficar con empresas fantasmas.
Ni menos de ordeñar la vaca.
Ni tampoco, como otros, envuelto en escándalos.
Y cuando, además, es un político decente, cien por ciento decente.
Y de resultados, como los más de cinco mil millones de pesos cabildeados como senador de la república (gestión social) para los Ayuntamientos y los productores organizados.
Sólo que en el caso, todo indica, el priismo opera una política de comunicación errónea y van por el camino equivocado, sin que el inminente candidato haga química y clip con la población.
La estrategia para comunicar sus virtudes y cualidades… lo está incomunicando.
EL PRI, “LARGO PERIODO DE DECLIVE”
Desde el duartazgo, mínimo, el PRI, perdió el contacto con la realidad y con la población.
El viejo partido político fue un instrumento más de los intereses personales de los llamados “Niños fieles”.
Y en la rebatinga del poder todos, sin excepción, se trenzaron en las cruentas luchas internas, incluso, hasta para imponer a sus barbies.
Cayeron, como dijo Justin Trudeau en su biografía, “en un largo periodo de desconexión y declive”.
En menos de un año, de tener todo el poder del mundo y una sólida mayoría de norte a sur y de este a oeste perdieron todo.
Perdieron la gubernatura.
Perdieron la mayoría en el Congreso local.
Perdieron la mayoría de presidencias municipales.
En la caída libre perderían hasta la candidatura a Rey Feo del carnaval jarocho.
Y lo peor, la candidatura a la “Flor más bella del ejido”.
En política, dice el viejito del pueblo, un año es una eternidad.
Y si en el año anterior el tricolor en Veracruz se estremeció de igual manera como en el año dos mil cuando perdiera Los Pinos, ahora pelean, entre otros cargos públicos, la gubernatura.
Y hay un buen candidato, es más, el mejor de los cuatros (Mirian Judith González Sheridan, Cuitláhuac García Jiménez, Miguel Ángel Yunes Márquez y Pepe Yunes Zorrilla), con más experiencia, un político íntegro y honrado, y sin embargo, con una estrategia comunicativa equivocada.
UN PRECIO DEMASIADO ALTO
Por culpa de Javier Duarte, el PRI ha pagado un precio demasiado alto.
Pero en la caída libre, los grandes operadores políticos, los políticos más expertos, fogueados en el campo de batalla, la militancia aguerrida y leal y fiel que ha existido, los políticos con atributos “a prueba de bomba” como Pepe, se están diluyendo.
Simple y llanamente, las cualidades del candidato las conocen en su casa y en un grupo reducido de fans.
Y si por ejemplo, Pepe Yunes es un político honesto, caray, ha de exaltarse en un país, y en un Veracruz, con tanta corrupción política.
Y lo peor, un país que ocupa los primeros lugares mundiales de corrupción.
Y más, cuando en el otro carril hay políticos y familias bajo sospecha.
¡AH PA´AMIGUITOS!
Tan mal andan en la estrategia propagandística, por ejemplo, que en los días de precampaña electoral han publicado fotos de Pepe Yunes al lado de Corintia Cruz Oregón, la Barbie que fue de Javier Duarte.
Y al lado de Manuel Rosendo Pelayo, el ex presidente municipal de San Andrés Tuxtla, denunciado ene número de veces de malos manejos en el Ayuntamiento por el ex priista y ex diputado local, Gustavo Pérez Garay, el hijo de una ex alcaldesa, ex diputada y ex priista.
Y si las elites priistas creen y están seguras que tal cual hacen un ultra contra súper favor electoral a Pepe Yunes, caray, con tales amigos, ningún enemigo necesita el precandidato rojo.
LA BRÚJULA SE PERDIÓ…
De acuerdo con el politólogo Carlos Ronzón Verónica, en campaña electoral el político ha de tener un eje discursivo como vaso comunicante.
Por ejemplo:
Miguel Ángel Yunes Márquez… camina con su “Municipio exitoso” y la tesis de que si su padre, el gobernador, estabilizó Veracruz luego del duartazgo, a él corresponderá el despegue.
Cuitláhuac García Jiménez, sin discurso, cierto, sigue apostando a que Andrés Manuel López Obrador irá en la boleta.
Y Pepe Yunes camina, dice, sin un hilo conductor, con ideas, programas, proyectos, concretos y específicos alrededor de un punto neurálgico.
Y es que un discurso definido permite entrar en el corazón ciudadano, permear, cuajar e impactar.
Y si un candidato anda en campaña sin una brújula, entonces, el rumbo se extravía y pierde, y lo peor, el posicionamiento se diluye en el alma electoral y migra a otras latitudes.
Falta, claro, mucho, demasiado, excesivo tiempo para el primero de julio, y al mismo tiempo, el tiempo encima.
Ya se verán los días y noches en la puerta electoral…
