Luis Velázquez
Veracruz.- El discurso del odio y con odio, rencor creciente y multiplicando, se está dando de nuevo, ahora en la transición del Yunes azul al Cuitláhuac moreno. El objetivo es, dice Raymundo Riva Palacio, “aniquilar política y moralmente al adversario”.
Y en tanto las partes se destrozan, otra vez se aleja la posibilidad de enaltecer la calidad de vida del millón de indígenas, de los dos millones de campesinos y los tres millones de obreros de Veracruz, atrapados y sin salida, y desde tiempo histórico, en la pobreza, la miseria y la jodidez.
Lo único que importa es el ajuste de cuentas entre las elites políticas. Y de ñapa, arrastran a la sociedad, a la que dividen.
Bastaría referir que, en el café, en la mesa de cantina, en la reunión familiar, en la plática amical, los cuates terminan peleando y conflictuados, unos del lado de Miguel Ángel Yunes Linares, y otros, del lado de Cuitláhuac García Jiménez, anexos, conexos y similares.
Quizá el más encendido de todos es el futuro secretario General de Gobierno, el ingeniero agrónomo de 57 años de edad, Éric Patrocinio Cisneros Burgos, el político formado en Baja California Sur, aparecido en la cancha jarocha este año, encumbrado, convertido en el número dos de palacio que será los próximos seis años.
El último rafagueo fue a propósito de cuando Yunes dijo de Cuitláhuac que es más fácil bailar salsa que gobernar Veracruz.
Entonces, Patrocinio, como el Niño Pípila, el Narciso Mendoza, de Cuitláhuac, llamó al Yunes azul “el saqueador de ISSSTE, simulador de demócrata”, fracasado con su proyecto político del nepotismo.
Después, vino el asesinato de Valeria Cruz Medel, la hija de la diputada federal, Carmen Medel, y otra vez el bombardeo, el botón nuclear, “la descalificación maniquea” como le llama Riva Palacio, los buenos contra los malos en la cancha.
Y una vez más, “calentando a la sociedad”, divididos todos “en tirios y troyanos”.
Ha de preguntarse, entonces, si en tal consiste el arte de gobernar y de ejercer el poder y de hacer política y que en la antigua Grecia se concebía como el trabajo público para generar el bienestar social de la mayoría.
TREPADOS EN EL RING POLÍTICO
El asesinato de Valeria, la estudiante de la facultad de Medicina en Ciudad Mendoza, sirvió para un nuevo tiroteo, girando alrededor de la confrontación y el rencor y que, bueno, tarde o temprano, puede llevar a un conflicto de clases sociales y políticas y económicas.
Por eso, debiera recordarse que más allá de los intereses tribales de las elites políticas hasta el interés supremo, como dice AMLO, de los pobres “y de los pobres entre los pobres” y que, si bien una característica de las campañas electorales es el lodo y la cloaca, desde hace ratito, más de 4 meses, la jornada cívica por la gubernatura quedó atrás.
Y, no obstante, las partes siguen trepadas en el ring, aniquilándose.
Y es que, además, con el bombardeo de Yunes Linares en contra de Javier Duarte, anexos, conexos y similares, ya tuvimos bastante.
Y con el tiroteo de Patricio Chirinos Calero en contra de Dante Delgado Rannauro y de Agustín Acosta Lagunes contra algunos funcionarios de Rafael Hernández Ochoa, ya fue suficiente.
Pero, ni hablar, los Morenos creen que así se construye la Cuarta Transformación del País, y la nueva Constitución Moral, y la república amorosa, y siguen intercambiando rispidez con Yunes, quien toda la vida ha sido un peleador callejero de la política, un boxeador inflexible, un fajador de cantina, y la vida, oh sorpresas, así le ha funcionado, y ni modo cambie.
Lo prudente es, por ejemplo, si los morenos fueran políticos con vocación de Estadistas, entonces con mesura y reposo callarían, investigarían los errores y deficiencias de la yunicidad, y en su momento, una vez cuando tomen posesión, procederían de acuerdo con la ley y la justicia.
Por el contrario, también están quedando como unos rijosos de la política.
EL BIENESTAR SOCIAL DE POR MEDIO
Tal pudo advertirse con el crimen de Valeria.
Y más cuando el gobernador Yunes se apresuró el mismo día a decir que el presunto homicida había sido asesinado en un ajuste de cuentas del cartel al que pertenecía por haber confundido a la víctima.
Entonces, el góber electo “tiró su espada en prenda”, dudando por completo de la tesis y poniendo su duda en la cancha.
Y ni tardo ni perezoso, Éric Patrocinio también se puso los guantes y trepó al ring del discurso político y mediático, de las palabras y de las letras.
Un periódico intituló así el hecho, digamos, noticioso:
“Increpa Cisneros a Yunes. Cuestionó su actuación como gobernador”.
Y, bueno, mucho se duda que los indígenas, los campesinos y los obreros dignifiquen su calidad de vida con este bombardeo implacable entre las cúpulas políticas de Veracruz, la generación panista que ya se va y la generación morenista que pronto, en unos días, llegará al poder sexenal.
TRAGADERO DE HOMBRES LA POLÍTICA
El arte de la política, reducido al madrazo limpio entre las partes.
La polarización llegando a las redes sociales encendidas, incendiadas y calentadas al máximo, alimentando el rencor y la desunión.
Tony Blair, el ex primer ministro de Gran Bretaña, lo dijo así en el Encuentro Empresarial 2018 de la COPARMEX:
“La mejor forma de crear un cambio social es la unidad, pero no la lucha de una parte contra otra”.
Y, bueno, se explica que la diputada federal, Carmen Medel Palma, la madre de Valeria, haya exclamado su sentir en dos palabras:
“Maldito Yunes”.
Pero de ahí a seguir incendiando el ánimo social, caray, encarna lo que también dijo Tony Blair, en el sentido de que “el problema de los populistas, sean de izquierda o derecha, es que quieren dividir a la gente”.
Nada enfurece más al Yunes azul que lo ignoren. Pero los Morenos andan en otra dimensión y reproducen al Andrés Manuel López Obrador del siglo pasado cuando encendido, rijoso, caminaba con los indígenas y campesinos de la Chontalpa a la Ciudad de México exigiendo indemnizaciones a Petróleos Mexicanos.
La política, decía Juan Maldonado Pereda, Q.E.P.D., “es un tragadero de hombres” y los ciudadanos, ni modo, atropellados en sus derechos humanos de vivir en paz en una sociedad libre, pero unidos, para enaltecer su calidad de vida.
La política, como el destripadero de la voluntad humana.