Luis Velázquez
Veracruz.- Apenas, apenitas, la goliza electoral del primer domingo de julio al PRI comienza a sentirse. Y padecerse.
Por ejemplo:
De los 500 diputados federales en el próximo Congreso federal, el tricolor sólo tendrá 43 en la Cámara de Diputados.
Y de los 128 senadores de la República únicamente catorce serán rojos.
El peor abismo en la historia del partido que se miraba invencible hasta que en el sexenio de Carlos Salinas perdiera la primera gubernatura en Baja California y entonces, los opositores supieron que el PRI era derrotable.
Peor aún:
La bancada tricolor en la Cámara de Senadores en su mayoría logró la curul por la vía pluri, es decir, de rebote.
Y peor todavía:
La bancada está integrada por dinosaurios priistas. Viejos, antiguos “cartuchos quemados”. Entre ellos, Miguel Ángel Osorio Chong, Beatriz Paredes, Carlos Aceves del Olmo, Manuel Añorve, Eruviel Ávila y Claudia Ruiz-Massieu.
Es decir, y como decía el poeta Jaime Torres Bodet, “las mismas caras, los mismos rostros y las mismas pláticas” y los mismos intereses.
Y más en esta hora cuando las elites rojas sueñan con renacer desde cambiando el nombre al partido, que es lo de menos, hasta purificando, ajá, a los cuadros.
“Seremos una oposición responsable” gritó el otro matusalem de la política priista, el yucateco Jorge Carlos Ramírez Marín, el único de los catorce senadores rojos que ganó la curul por el voto directo.
PEOR DESCALABRO DE LA HISTORIA
Ha sido, es, la peor derrota del PRI en toda su historia. Y todavía, Osorio Chong, senador electo por la vía pluri, impuesto ya como coordinador de la bancada en el Senado, lanzó su filosofía triunfante:
“Nuestra fracción legislativa habrá de velar por los intereses de México y de los mexicanos”.
Nunca, por ejemplo, lo hizo cuando gobernó Hidalgo ni tampoco cuando fue secretario de Gobernación, con todo y que su Barbie, la diputada federal electa por la vía pluri, Anilú Ingram, lo declaró el único estadista del país.
Presidente municipal, diputado federal, gobernador y secretario de Gobernación, más de veinte años en el poder, Osorio Chong dejó un país donde seis de cada 10 habitantes están en la miseria, la pobreza y la jodidez.
Y ahora cuando el hartazgo ciudadano contra la corrupción política en el PRI y desde el PRI se manifestó en contra el 1 de julio, dice que “trabajarán muy cerca con la sociedad y con lealtad a las instituciones”.
Palabrerío hueco. Discurso insustentable. Faramalla pura.
Durante doce años fueron lanzados de la presidencia de la república y con Enrique Peña Nieto regresaron a Los Pinos y en donde Osorio Chong fue poderoso, poderosísimo titular de la SEGOB, y de nuevo fueron arrojados del paraíso terrenal.
Pudo más, mucho más, la ineficiencia y la ineficacia en la tarea de gobernar y ejercer el poder.
Y como dice el politólogo Carlos Ronzón Verónica, MORENA en Los Pinos permanecerá, mínimo, unos doce años.
Y como el PRI quedó apaleado (con sólo 14 de 128 senadores y sólo 43 de 500 diputados federales), entonces está canijo que resuciten y aun cuando así fuera les costarán “las perlas de la virgen”.
ESCUÁLIDA REPRESENTACIÓN LEGISLATIVA
El tricolor quedó en una escuálida representación legislativa.
Casi casi como en los peores tiempos de la oposición cuando se hacían de diputados y senadores por la vía pluri.
Bastaría recordar: en Veracruz, el PRI lanzó a un par, digamos, de figuras estelares, como el profe Juan Nicolás Callejas Roldán, heredero de la sección 32 del SNTE, profesores que “se cortaban las venas” por “el equipo, equipo, equipo”, y aún fue derrotado en las urnas.
Y la otra figura, la también maestra Clara Luz Pinete, quien ni siquiera le pudo ver el polvo a la ingeniería Rocío Nahle, senadora electa y ratificada como secretaria de Energía con AMLO, el presidente de la república electo.
Y en el caso de las diputaciones federales y locales, ni una sola, ni una sola, ni una sola ganó el tricolor.
Y si en la LXV Legislatura de Veracruz habrá tres diputados locales (Juan Carlos Molina Palacios, Érika Ayala y Jorge Moreno Puga) será también por la vía pluri.
¡Vaya derrota que apenas están sintiéndose los estrategos, el peor Waterloo, el siniestro Día D!
LA CHIQUIBANCADA…
El columnista Julio Hernández, Astillero, define el nuevo estatus político del PRI. Le llama el mini PRI y denomina a la bancada senatorial de Osorio Chong “la chiquibancada”.
La ubica casi casi al nivel del PRD y el Partido Encuentro Social, es decir, a lo que también ha llamado los cascajos de los partidos políticos.
El futuro de ellos, les dice, será “deambular en el Senado durante seis años en que MORENA tendrá el control verdadero de la Cámara que desde siempre había sido orgulloso terreno imperial del priismo”.
Ellos menospreciaron y desdeñaron a AMLO en tiempo y forma. Se pitorrearon del tabasqueño hasta saciarse. Ahora, convertidos en unos espectros de la política. Ni modo, la corrupción pudo más y fueron descarrilados.
Les cayó el síndrome de David y Goliat y menospreciaron desde antes, mucho antes, a quienes miraban como enemigos pequeños y terminaron atrapados en su propia emboscada.