Luis Velázquez
Veracruz.- Ricardo Ahued Bardahuil es directo. Mejor dicho, juega en dos, tres canchas. En una, dejó de ser priista y es morenista. En otra, cacarea que a él no le gusta la política. Y en la otra le disgusta tanto la política que ya fue presidente municipal y diputado local y federal y ahora busca la Senaduría de la República.
Tres formas, entonces, de “curarse en salud”. Como quien dice, pasarse de inteligente y de vivo.
En el comercio, con su “Casa Ahued” le fue muy bien en el Fidelato y el Duartazgo. Entonces, y de acuerdo con las versiones, el gobierno del estado convirtió su negocio en la casa Chedraui de la yunicidad, o la tienda Soriana del Peñismo y el duartazgo.
Y es que en la llamada Decena Perdida que va de los años 2004 a 2016, su Casa Ahued fue insuficiente para abastecer tantas compras para programas sociales.
Incluso, considerado “El Rey del Peltre”, un día fue tendido en el carril priista como la gran esperanza para ganar el Ayuntamiento de Xalapa y todo le financiaron.
También le financiaron, se entiende, con recursos públicos, la campaña para diputado federal. Y la de diputado local.
Y, bueno, como la víbora de la política ya le picó, entonces, cuando el PRI le negó la candidatura a la Senaduría, simple y llanamente se quitó el delantal y se fue a MORENA que luego luego se la garantizaron.
He ahí, pues, la república amorosa a tono con la gran Constitución Moral de las elites políticas con las que AMLO quiere ganar Los Pinos y la gubernatura de Veracruz y las curules locales y federales.
Ricardo Ahued, el nuevo Mesías de Veracruz.
AHUED CON PEPE YUNES
A los suyos ha contado historias inverosímiles.
Por ejemplo, les ha dicho que Miguel Ángel Yunes Linares le ofreció una secretaría en el gabinete legal en el año 2016 y puso como argumento inapelable que carece de un título académico y, por añadidura, sería vetado.
Y marcó su raya de la yunicidad.
Pero como en MORENA, el gran proceso democrático de “La Tómbola”, anexos, conexos y similares todo lo permite, bastó su deserción del PRI para ser cobijado.
Y, sin embargo, ha dicho una y otra vez a sus cuates que el mejor candidato a gobernador de seis años es el priista Pepe Yunes Zorrrilla, porque simple y llanamente es el más honesto, quizá el único honesto que ha caminado durante veinte años en la administración pública con el plumaje totalmente limpio.
Pero…
Pero…, dice que el problema de Pepe Yunes es el PRI, pues el PRI quedó en la lona noqueado por Javier Duarte y luego de tres derrotas consecutivas (la gubernatura y la mayoría en el Congreso local en el año 2016 y 173 presidencias municipales en el año 2017), entonces, ninguna posibilidad hay.
“LA POLÍTICA NO ME GUSTA”
En más confianza con los suyos, Ricardo Ahued suele contar el resentimiento que carga en las neuronas, el corazón y el hígado en contra de Javier Duarte, ahora, visto como una piñata a la que todos le pegan.
Por ejemplo, según Ahued, Duarte le hizo terrorismo fiscal a partir de que entre ambos se filtrara la duda.
La duda, entre otras razones, cuando en el año 2016 Ahued soñaba con la candidatura priista a gobernador y quizá, acaso, Duarte se la habría ofrecido aquella noche en una cena en su mansión con sus compañeros ex diputados federales.
El caso es que salieron mal.
Tan mal que Ahued suele decir ahora que Duarte todo lo quería arreglar con el billete por delante.
Y fue cuando, camino a Damasco, tuvo la revelación de que Duarte andaba mal.
“La política no me gusta, por eso mejor me regreso a mi oficina” en la Casa Ahued, dice.
“La Casa Ahued” ahora se llama Senaduría de la República que disputa con el panista Julen Rementería del Puerto (su ex socio, Rafael Acosta Croda, con quien salió peleado por el billete, es ahora tricolor) y el priista Juan Nicolás Callejas Roldán, El Callejitas, aquel a quien una prima lo acusó de pedirle “las nalgas” (así lo dijo) a cambio de una plaza magisterial.
OBSCENAMENTE CÍNICOS
Las elites priistas se lanzaron con todo en contra de Ricardo Ahued para evitar se bajara del barco y trepara al barco de AMLO.
Pero, bueno, la vida pública es así de sórdida y oscura. Un ejemplo lo documenta a plenitud:
En Quintana Roo hay una política. Se llama Marybel Villegas. Y su reinado fue alrededor de Roberto Borge Angulo, el exgobernador preso acusado de desvío de recursos, lavado de dinero y delincuencia organizada, igual que Javier Duarte.
Fue candidata del PRI, PVEM y PANAL a diputada local.
Luego, candidata del PRD a la presidencia municipal.
Después, candidata a diputada federal del PAN.
Luego, secretaria de Trabajo y Previsión Social y secretaria de Desarrollo Social con el priista Roberto Borge.
Y ahora es candidata de AMLO al Senado de la República.
Así, dice el politólogo Carlos Ronzón Verónica, tan obscenamente cínica Marybel Villegas en Quintana Roo como Ricardo Ahued Bardahuil en Veracruz.
¡Ah!, pero son los nuevos mesías.
Vida y gloria eterna a Ricardo Ahued.
¡Hosanna, hosanna!