Luis Velázquez
Veracruz.- Miguel Ángel Yunes Linares ha sorprendido a las elites políticas de Veracruz, y quizá, del país.
Fue ayer cuando anunciara que decidió declinar por completo a la facultad constitucional que la Carta Magna le otorga de presentar a la LXIV Legislatura propuestas para el nombramiento de magistrados del Tribunal Superior de Justicia y “dejar que lo haga… quien me sucederá como gobernador del Estado”.
Lo hace a tono, digamos, con la voluntad republicana y demócrata que en los días que corren se ha vuelto un estribillo en AMLO, el virtual presidente electo, y repetido hasta el cansancio por el góber electo, Cuitláhuac García Jiménez.
Soy republicano, soy demócrata, soy austero, soy honesto, dice la cantaleta de MORENA, describiendo así a los padres fundadores de Estados Unidos (John Adams, Benjamín Franklin, Tomás Jefferson, George Washington, James Maddison y Alexander Hamilton) y quienes inspirados en la revolución francesa llevaron a su dimensión estelar el espíritu republicano y demócrata según refiere el politólogo Carlos Ronzón Verónica.
Y republicano, para referirse a un político que respeta la ley.
Y demócrata, a un político que respeta y acata la voluntad del pueblo.
Por eso, ha sorprendido y de forma grata el gobernador Yunes, famoso en las grandes ligas porque nadie como él ha demostrado en la práctica que genes son genes y vísceras son vísceras.
Sabrá el chamán del pueblo si existirán otras razones de peso para una decisión propia de un Estadista, pues la silla embrujada de palacio suele enloquecer y hacer perder el piso al más pintado como describiera Eufemio Zapaa, el hermano de Emiliano Zapata, cuando entraron juntos con Pancho Villa a palacio nacional.
Pero, bueno, el Yunes azul fue contundente ayer cuando dijera que no haría nada que “lastime la imagen de un gobierno que se ha caracterizado por su limpieza y apego a la ley”.
Y por tanto, marcha atrás.
Queda así en el aire, mejor dicho, conjurada una de las razones de la discordia civil en el tiempo político que se vive.
Ya se sabrá, por ejemplo, si el próximo gobierno del estado sigue con su decisión de llevar a juicio político al Fiscal Jorge Wínckler y de continuar cabildeando en la futura secretaría de Gobernación, a cargo de Olga Sánchez Cordero, jubilada de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la caída de Marcos Even Torres Zamudio como Fiscal Anticorrupción elegido por la LXIV Legislatura en medio de un zipizape, propio de un reality-show televisivo.
LEGADO YUNISTA
Yunes Linares, un buen litigante, un abogado polémico, hábil y con experiencia, fogueado en las grandes ligas, dejó claro que su legado histórico será el de “un gobierno que restableció el Estado de Derecho en Veracruz y se apegó siempre a las normas jurídicas”.
Los Solecitos y los Colectivos, las ONG sobre feminicidios, los más de treinta políticos, jefes policiacos y policías aliados una parte con los malandros y Topacio y César del Ángel, entre otros, tendrán su experiencia con la yunicidad, pero cuando el Yunes azul refiere que de acuerdo con la Constitución que lo faculta está “en tiempo para hacerlo y podría tener la mayoría en la Comisión Permanente para lograr el nombramiento provisional” de los magistrados está dando un testimonio pleno de madurez política y cívica.
Así, el góber electo será quien proponga a la LXV Legislatura, donde habrá mayoría de diputados locales de MORENA (29 en total frente a los 17 del PAN y los tres del PRI y uno del PVEM), la lista de los doce magistrados del TSJ.
“Espero que sus decisiones (de Cuitláhuac García) no sea sectarias ni autoritarias y que al ejercer sus facultades tenga siempre presente los intereses superiores de Veracruz”.
Es tal el mensaje del gobernador que dejará el palacio imperial y faraónico dentro de tres meses y cachito al jefe del Poder Ejecutivo Estatal que ejercerá el poder, y el poder absoluto, en los próximos seis años.
Y, bueno, si hubo negociaciones previas, acuerdos superiores en el altiplano, prudencia y mesura política, actitud propia de un Estadista, grandeza moral, se trata de una decisión de alta escuela.
Y más, mucho más, por inesperada.
LA TENTACIÓN AUTORITARIA
La tentación del autoritarismo “para controlar a los otros poderes” es camino pantanoso para un político encumbrado.
Por ejemplo:
Cada vez que amanecía de malas porque había perdido en el palenque en las peleas de gallos y peleado, de ñapa, con su mulata sabrosa, Antonio López de Santa Ana disolvía el Congreso.
La primera decisión presidencial de Benito Juárez fue imponer en cargos públicos a sus tres yernos, además de reelegirse durante catorce años.
El primer acto de gobierno de Francisco Ignacio Madero fue indemnizar a sus familiares ricos por las haciendas expropiadas en la Revolución.
Lázaro Cárdenas “arrancó su gestión presidencial cesando a todos los diputados” impuestos por Plutarco Elías Calles.
En nombre de la república, Carlos Salinas destituyó a diecisiete gobernadores.
Por eso, enaltece a Yunes Linares su decisión democrática.
Y más porque, como él mismo dice, “la fuerza del Ejecutivo puede hacer que se rompan los equilibrios y el sistema de pesos y contrapesos”.
Y, bueno, de cara al sexenio que viene… ya se verá el estilo personal de ejercer el poder y gobernar, pero por lo pronto, el jefe del Poder Ejecutivo “omnímodo, que decidía sobre todo y sobre todos”, ha sido domeñado por Miguel Ángel Yunes, al grado, incluso, de dejar de hacer uso de sus facultades de veto cuando lo considere indispensable “para salvaguardar los intereses superiores de Veracruz”.
Y más, como en el caso, en que el panista resistió la tentación faraónica de nombrar magistrados, digamos, en base a sus “sentimientos de amistad o por cualquier género de afecto o desafecto”.
Bien decía Albert Camus de que hacia el final del día y de la noche, hacia el final de la vida, el ser humano trata de recuperar la dignidad perdida (si perdida pudo estar) en el camino.
En sus últimos años, José Vasconcelos, el secretario de Educación de Álvaro Obregón, ex rector de la UNAM, uno de los primeros candidatos presidenciales por la vía independiente, el maestro de América, abrazó de nuevo la religión cristiana a la que renunciara desde joven.
En el camino a Damasco, los hombres suelen reconvertirse.
TERSA TRANSICIÓN
La transición tersa de Yunes a Cuitláhuac está dada.
Los poderes “Legislativo y Judicial deliberan y resuelven en libertad, sin la intromisión del Ejecutivo, como antes (en el sexenio anterior) sucedía”.
La vía libre del Legislativo está garantizada para designar a los magistrados del TSJ.
“Los fuertes debates en el Congreso y los cuestionamientos al Ejecutivo” alcanzan, entonces, su máxima expresión.
La división, la autonomía y el equilibrio entre los Poderes está garantizada.
El paso a la concordia en vez de la discordia está dado.
“Concordia… que no es uniformidad de pensamientos sino convivencia de pensamientos distintos” (Enrique Krauze, Democracia en construcción).
Incluso, hasta podría vislumbrarse a un nuevo Yunes, en tanto, los diputados locales de MORENA, mezclados y entremezclados, quizá con porros, tomaron el Palacio Legislativo.
El Yunes azul, con la mano tendida. Y los legisladores, mostrando el puño y el músculo.