Luis Velázquez
Veracruz.- La toma de protesta de Marcos Even como Fiscal Anticorrupción recuerda el final de la película “La ley de Heroles” con Damián Alcázar, Isela Vega y Pedro Armendáriz junior.
Damián, quien interpreta a un presidente municipal de un pueblo olvidado, mata al aspirante presidencial opositor y se vuelve un héroe ante el candidato ganador a Los Pinos, quien lo unge diputado federal.
Y cuando Damián protesta en la tribuna parlamentaria dice lo siguiente:
“Acepto que llego aquí con las manos manchadas de sangre. Pero la sangre que mancha mis manos es porque asesiné a un enemigo de la revolución”.
Y al mejor estilo del triunfalismo priista de otros años, los diputados federales se ponen de pie y lo aclaman.
El martes 24, Marcos Even, el famoso profesor de Luis Ángel Bravo Contreras y Jorge Wínckler, rindió protesta como Fiscal Anticorrupción, cuya primera tarea será dictaminar sobre la Cuenta Pública del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, y por eso el Fiscal carnal.
Y el maestro que enseña(ba) Leyes ascendió al poder violentando la ley, pues la Constitución Política de Veracruz, artículo 67, establece que ha de tener la mayoría de votos y de los 50, solo 27 de los 48 asistentes le dieron el visto bueno.
Entonces, se armó un zipizape de unas 5, 6, 7 horas, donde los señores legisladores, mujeres y hombres, se dijeron de todo. Se insultaron y agraviaron y hasta se gritaron pirujos.
Incluso, un trío de diputados locales (una mujer y dos hombres) se declararon sus guardias pretorianos y como sus Niños Héroes, sus Pípilas, sus Narcisos Mendozas, lo flanquearon para garantizar su seguridad a la salida del Palacio Legislativo, ajá.
Todo, porque el maestro ya extravió su vocación magisterial y ahora está engolosinado con el poder.
Y más, cuando uno de sus alumnos, el Fiscal Wínckler, le garantizó que con el visto bueno del primogénito del gobernador Yunes sería el primer Fiscal Anticorrupción en la historia de Veracruz.
De nada, pues, valieron los insultos y las ofensas y las humillaciones. Y los escupitajos. Y los jaloneos al fino traje de Even.
El objetivo fue uno solo. El poder.
Pero también, claro, la tranquilidad, digamos, hacia el futuro inmediato para los Yunes azules una vez terminado el periodo constitucional.
Al día siguiente, el gobernador electo compareció en el programa televisivo de Carlos Loret de Mola y dejó claro el mensaje:
Uno. El nombramiento de Marcos Even será impugnado en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Dos. En la LXV Legislatura, donde MORENA tendrá mayoría de diputados locales, el Fiscal Jorge Wínckler será llevado a juicio político.
Y tres. El gobernador Yunes será investigado con lupa alrededor del manejo sospechoso de recursos públicos, entre otras cositas, dijo Cuitláhuac García, la compra de despensas sobrevaluadas.
HISTORIA DE LA INFAMIA
El zipizape en el Congreso recordó los años veinte en el Congreso de la Nación cuando los asuntos públicos se resolvían a balazos, madrizas, golpeteos y hasta asesinatos.
Incluso, los crímenes se iban al monte como, por ejemplo, la matanza de Huitzilac.
El México bárbaro y sangriento de Plutarco Elías Calles y Álvaro Obregón.
El grito bíblico de Luis XIV cuando a los 19 años dijera que “Yo soy la ley”.
El ajuste de cuentas a partir de tirotizas y emboscadas.
La historia de la infamia, pues, donde los poderosos luchan contra sus iguales y/o contra los débiles y hacia el final del día y de la noche unos a otros se matan.
Reality-shows que en nada benefician a la justicia, a los pobres y a los jodidos y a un eficiente sistema de seguridad.
La disputa sórdida y siniestra por el poder por el poder mismo, sin mayor trascendencia social.
La ley del garrote y la macana, el autoritarismo, el tiempo de Trucutú, el hombre es el lobo del hombre.
La vara aquella de Moisés que dividió el Mar Rojo para el paso de los judíos encarnada en la vara del gobernador Yunes y sus diputados locales y el movimiento MORENA de AMLO.
Un zafarrancho procaz y vulgar para adueñarse del poder.
“Estoy complacido” exclamó Miguel Ángel Yunes Linares cuando Marcos Even había juramentado como su Fiscal Carnal.
“Podéis ir en paz el zipizape ha terminado y ganamos”.
ZIPIZAPE DENIGRANTE
Con todo, el gobernador Yunes terminó haciendo lo mismito que evidenciaba a Javier Duarte.
Por ejemplo, descarriló a Luis Ángel Bravo Contreras de sus nueve años como Fiscal para imponer luego enseguida a un Fiscal a su modo, hechura y semejanza, Jorge Wínckler.
Ahora, impuso su ley y Marcos Even es su Fiscal, aun cuando el gobernador electo ya anunció la impugnación.
El caso será llevado a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en un tiempo cuando tendrán mayoría en el Congreso local y en el Congreso federal y AMLO será presidente de la república.
Además, claro, del juicio político a Wínckler, centrado en su procuración de justicia y en el atropello a los derechos humanos.
El reality-show fue denigrante para la vida pública de Veracruz.
El mismito cuando en el Duartazgo los 400 Pueblos agarraron a tomatazos y botellazos de agua a los dirigentes panistas y a su candidato a gobernador, Yunes Linares, cuando salían del Palacio Legislativo.
Los jefes políticos imponiéndose a partir de la reyerta.
Y si en “La ley de Herodes”, las diferencias se arreglaban a balazos y con el asesinato del adversario cuando menos ahora, el martes 24 en el Congreso local, habría de celebrarse que como en el reporte policiaco light, ninguna víctima, ningún muerto, cero sangre escurriendo en el carril político.