Luis Velázquez
04 de junio de 2018
Dicen que lo más importante en la vida es sorprender a los demás. Incluso, unos teóricos aseguran que el objetivo superior del periodismo es sorprender al lector en cada nuevo amanecer. Una cosita, por ejemplo, es informar. Y otra analizar, cuestionar, evidenciar con argumentos. Otra, cien años luz de distancia, sorprender.
Muchos meses después de tanto estercolero exhibido en el tendedero público continúan sorprendiendo las (presuntas) pillerías de Javier Duarte.
Duarte aplicó la leyenda de los estudiantes del 68 en París cuando en las paredes de la Universidad de Nanterre clamaron “la imaginación al poder”.
Cierto, el político preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México aplicó “toda la imaginación” truculenta a la administración pública que confundió con una hacienda porfirista.
Por ejemplo, el portal “Animal Político” laureado en España, también sorprende al lector. Es el único medio nacional que en el ejercicio de un gran periodismo de investigación ha rastreado las pistas del saqueo a la hacienda pública de Veracruz con un insólito rigor informativo.
Sus reporteros Valeria Durán, Dulce González, Arturo Ángel y Raúl Olmos son excepcionales. Honran, dignifican y enaltecen el periodismo. Como en el mejor tiempo del Watergate en Estados Unidos con Bob Woodward y Carl Bernstein.
Unos detectives del periodismo.
TRASTUPIJES CON LOS MEDIOS
Muchas más agua sucia insólita ha puesto sobre Duarte “Animal Político” en el tinglado. Entre otras lo siguiente:
Duarte y compañía también crearon y recrearon empresas fantasmas para “ordeñar la vaca” con el presupuesto de comunicación social.
Y si el gobernador Yunes y su vocero, Elías Assad Danini, revelaron que Duarte gastó trece mil millones de pesos en medios, mucho se duda ahora que los 13 mil millones hayan parado en la prensa escrita, hablada y digital.
También tuvieron el bolsillo particular como destino.
“Animal Político” publicó parte del entramado. Y lo hizo, entre otras opciones, vía Acceso a la Información.
A: La secretaría de Finanzas y Planeación reportó en su momento durante un año del sexenio anterior contratos por 351 millones 549 mil pesos en pagos a medios.
Pero resulta que de las seis empresas reportadas con los pagos, cinco fueron reportadas como fantasmas por el SAT, Sistema de Administración Tributaria.
B: La empresa Comercializadora Monmar, SAdeCV, también recibió contratos por 67 millones 327 mil pesos y el concepto de contratación fue “para medios”.
Pero el SAT también dictaminó que dicha empresa era fantasma.
C: La empresa Public Zarey recibió más de 9 millones de pesos para medios.
Y el SAT la reportó como fantasma.
D: La empresa Merca Carrey S.A. de C.V. recibió 68 millones de pesos para medios.
Y también era inexistente.
E: La empresa Desarrolladores Mercalim, S.A. de C.V., suscribió con el duartismo contratos por 39 millones 535 mil pesos.
Y de igual manera, era fantasma según el SAT.
F: La empresa “Logística Comercial Comerlogi, S.A. de C.V., recibió tres millones de pesos… para medios.
Y era fantasma. (Animal Político publicado en Notiver, 2 de junio, 2018)
Más ruin todavía:
Algunas de tales empresas fueron domiciliadas en lugares insólitos: Uno, inexistentes. Dos, una casita de madera en un terreno baldío… que nunca existió. Tres, una tiendita en una colonia y en una calle llamada “Heroísmo”, en la colonia Hidalgo del puerto jarocho.
SE JALAN LA COBIJA
Por eso, y entre otras cositas, la primera vocera del duartismo, María Georgina Domínguez Colio, está internada en el penal de Pacho Viejo.
Y aun cuando ella “se ha lavado las manos” y “tirado la pelota” al diputado federal, Alberto Silva Ramos, entre ambos han terminado “jalándose la cobija”.
El único que, por el momento, está sin ninguna sospecha ni mancha es Juan Octavio Pavón, quien fue promovido de director de TV Más a la dirección de Comunicación Social y de hecho y derecho fue un ausente.
Desde luego, a primera vista se entendería que la creación de las empresas fantasmas para arañar con todo el presupuesto de Comunicación Social podría, digamos, haber rebasado al par de ex voceros y los enjuagues ocurrieron más arriba.
Pero, bueno, el proceso penal continúa su marcha.
“Animal Político” sigue enalteciendo el mejor periodismo y sus lectores estamos sorprendidos y atónitos con el resultado de su gran trabajo.
INSÓLITO, 400 EMPRESAS FANTASMAS
El nuevo reportaje de Animal Político sobre el caso Duarte y compañía es como bajar al infierno. En cada paso, merodea el misterio. Misterio, sin embargo, que es sinónimo de atraco y saqueo.
Por ejemplo, el caso del socialité, contador público y restaurantero, Víctor Manuel López Gachuz, el personaje favorito de Duarte y que armara una red de cuatrocientas (400) empresas fantasmas con el único objetivo de desviar recursos públicos.
Incluso, y entre las 400 empresas fantasmas, una de ellas, Asismex, para financiar al PRI en la elección presidencial del año 2012, es decir, la de Enrique Peña Nieto.
Se insiste, pues hemos de detenernos en la peor sorpresa del mundo:
El contador público y hombre de la más absoluta confianza de Javier Duarte, Víctor Manuel López, está señalado de crear 400 empresas fantasmas.
Cua/tro/cientas.
Es decir, la mente, la imaginación, la experiencia, las mañas y la habilidad, pero más, mucho más aún, la perversidad, de un contador, y un gobernador, aliados, para el mal.
En términos de serenidad y prudencia significaría que durante 400 días de su sexenio Duarte apuró a su contador para crear, digamos, “y a ojo de buen cubero”, una compañía fantasma por día, aun cuando, claro, con unos buenos guiskazos y compañía femenina a un lado, pudo crear unas diez por día, incluyendo el nombre, los socios entre personas reales y fantasmas y las direcciones entre reales y ficcionales, etcétera.
Mentes truculentas operando al más alto y peligroso decibel, conscientes y seguros, acaso, de que tenían un ángel de la guarda, un príncipe padrino, y de que el destino nunca, jamás, los alcanzaría.
Por eso los abusos y excesos en que incurrieron.
Nunca pensaron que Miguel Ángel Yunes Linares los derrotaría en las urnas teniendo Javier Duarte y los suyos todo el aparato gubernamental y los recursos oficiales para ganar de todas todas.