Luis Velázquez
22 de febrero de 2018
El gobernador Yunes trae fuerza telúrica azul. Quedó manifiesto con la candidatura pluri al Senado. Su elegida va en tercer lugar, luego de Josefina Vázquez Mota, dos veces derrotada en las urnas, y Miguel Ángel Mancera, derrotado en la contienda interna por la presidencia de la república. Experiencia mata carita. Cierto. Pero también, genes y vísceras. Yo, dijo, tengo el expediente negro de AMLO. Yo, insistió, soy el único que enfrenta y confronta a “El peje”. El tabasqueño, inamovible, mantiene 14 puntos lejos de Ricardo Anaya.
Dichosa, Indira Rosales. Perdió la candidatura uni al Senado. Se la ganaron Julen Rementería, SIOP, y Jazmín Copete, diputada local. Sus otras adversarias, las priistas Anilú Ingram y Elizabeth Morales también quedaron fuera.
Pero hacia el final del día y de la noche y del reparto de las mieles, salió ganando. En la tercera escala de la Senaduría pluri está contra ultra súper amarrada. Y sin hacer campaña. Y sin gastar un solo centavo. Y sin exponerse a una virtual derrota.
Ganona.
Ella es posición de Miguel Ángel Yunes Márquez, el candidato del PAN, PRD y MC a la gubernatura. Lloró el día que anunció la renuncia a la SEDESOL. Nunca lloró por incumplir su utopía de que sería feliz cuando todos los pobres recibieran una despensa mensual de 140 pesos.
SENADURÍA DE SEIS AÑOS
En el aquelarre azul, amarillo y naranja (“Movimiento naranja”, ajá), el gobernador Yunes ganó. Incluso, bien pudo él mismo quedarse con la candidatura senatorial. En todo caso, la gubernatura terminará en nueve meses y cacho. Y la senaduría son seis años.
Y más, si Ricardo Anaya diera la sorpresa en las urnas y derrotara al inamovible AMLO.
Y más, porque en el Senado se reencontraría con su amigo del tiempo de la profe Elba Esther Gordillo, Rafael Moreno Valle, el ex gobernador de Puebla, que también va en buena posición en la pluri.
Y más porque seguiría la huella de Fernando Gutiérrez Barrios, quien luego del trono imperial y faraónico de Xalapa fue senador.
Es más, cerraría el círculo de otros antecesores que del Senado pasaron a la gubernatura. Entre ellos, Fidel Herrera Beltrán, su ex amigo; Miguel Alemán Velasco, Rafael Murillo Vidal y Fernando López Arias.
Pero luego de sopesar ventajas y desventajas, pros y contras, prefirió, digamos, sacrificarse.
Quizá habría sentido que una gubernatura, aunque sea de dos años, nunca, jamás, se cambia por una Senaduría.
Y, bueno, si “El Hombre Araña” de Coatzacoalcos como llaman en las redes sociales a Ricardo Anaya entra a Los Pinos, quien quita y Miguel Ángel Yunes Linares esté a su lado en el gabinete legal.
Por ejemplo, secretario de Seguridad Nacional y/o Procurador General de Justicia de la Nación, como fue López Arias con el presidente Adolfo López Mateos, tiempo en que enviaran al penal de Lecumberri a Demetrio Vallejo y a los líderes de los médicos del IMSS.
LOS SIETE APÓSTOLES DE YUNES
Durante días, el gobernador Yunes sopesó posibilidades sobre el candidato pluri al Senado.
Nadie dudaría que habría mirado una y otra vez a sus siete apóstoles, los amigos que desde antes del diluvio universal están a su lado, juntos, soñando. Algunos, incluso, desde el salón de clases en la facultad de Leyes en que fueron compañeros de pupitre.
Enrique Pérez Rodríguez…pero el tuxtleco ya está posicionado en la secretaría de Educación. Y más, y como él mismo dice, operando la plaza para el primogénito.
Leopoldo Domínguez Armengual es feliz planeando el turismo de jícama, horchata, picadas y gordas, y camarena, metido en su fuerte, el asunto notarial.
Mario Marín vive en el paraíso en el IPAX como gran jefe policiaco, a tono con su identidad desde que una noche lo descubriera en la playa de Chachalacas.
El doctor Arturo Irán Suárez Villa, su médico de cabecera, cumplido su legítimo sueño en la secretaría de Salud.
Manuel Muñoz Gánem, tiempo de la mesura, como jefe de la Oficina del Gobernador.
Jaime Téllez Marié, el otro policía yunista.
Y Edel Álvarez Peña, realizado en la presidencia del Tribunal Superior de Justicia.
Además, hay un par de factores que son decisivos tanto en la vida como en la política. Uno, el tiempo, y el otro, la salud.
Y sin que suene catastrófico, pero el tiempo les ganó a varios de ellos, en tanto Yunes Linares piensa vivir 110 años.
VIENTOS HURACANADOS… EN EL AMOR
Fue entonces cuando el nombre de Indira Rosales brincó en la posibilidad. Y si la política, decía aquel, es de circunstancias, entonces, todos los vientos a favor.
Es joven. Y joven, en un país donde si en efecto la tendencia es a una población envejecida, el 60 por ciento de la población anda entre los treinta años.
Es gente químicamente pura del primogénito. Ha sido leal y más si se considera que nada encabrita al Yunes azul más que la traición, consciente y seguro de que los únicos que en la vida traicionan son los amigos, pues los enemigos enemigos son.
Además, claro, de que la traición forma parte consustancial de la política, sin que lo anterior signifique que ser político es ser traidor.
Indira en el Senado tendrá seis años para soñar con el paso siguiente. Digamos, la gubernatura en el año 2024. Y más si su amigo “El Chiquis” queda con la silla embrujada del palacio.
Él, jefe del Poder Ejecutivo Estatal. Ella, en el Senado, que desde el siglo pasado es la antesala para la gubernatura en el país.
El presidente Adolfo Ruiz Cortines, quien también fue gobernador, siempre preguntaba si el político que le recomendaban para un cargo público tenía suerte.
Indira la tiene, todo indica, y de sobra. De secretaria en el Ayuntamiento de Boca del Río a secretaria de Desarrollo Social a Senadora, aunque igual que a Jennifer Aniston con su tercer divorcio, en el amor los vientos sean huracanados.