Luis Velázquez
Veracruz.- El poder se le está yendo al gobernador Yunes.
Pero todavía puede disfrutar este placer tres meses y siete días más.
Quince minutos antes de terminar el sexenio, un colaborador dijo a Felipe Calderón Hinojosa:
“¡Se acabó!”.
Y Calderón le preguntó cuántos minutos le quedaban.
“Quince”, le dijo.
Entonces, pidió el montón de solicitudes de concesiones para casinos en el país y firmó todos.
No obstante la derrota del 1de julio, Miguel Ángel Yunes Linares ha vuelto a sonreír. Mejor dicho, sonríe. Ya se recuperó. Por algo lleva más de 45 años en el poder.
Incluso, está ya jugando en la cancha nacional. La del CEN del PAN, unas carteras, el nuevo objetivo.
Pero en Veracruz todavía hay tiempo para muchas cosas más.
Por ejemplo:
Si Enrique Peña Nieto ya inició la entrega-recepción con AMLO, aquí se ha tardado.
Claro, ninguna ley obliga al Yunes azul a que sea ya, pero para qué esperar más tiempo si lo que será… será.
Además está su legado histórico.
Y más si se mira hacia el pasado inmediato.
Javier Duarte, preso en el Reclusorio Oriente de la Ciudad de México.
Fidel Herrera Beltrán, en el retiro, luego de su desafortunado domingo sangriento del día de las urnas en la Ciudad de México.
Miguel Alemán Velasco, en el limbo, ni fu ni fa.
Patricio Chirinos, 6 años en el autismo, pero alrededor de Carlos Salinas, su amigo, el presidente.
Dante Delgado, con su partido político luego de su estadía en el penal de Pacho Viejo.
Fernando Gutiérrez Barrios usó la gubernatura como cirquero político para brincar a la secretaría de Gobernación.
Agustín Acosta Lagunes con su fracaso de Veracruz, granero y yunque de la nación.
Rafael Hernández Ochoa, el hedonista.
Rafael Murillo Vidal, el dormilón.
Hora, entonces, de poner en la cancha el legado histórico de Yunes.
UN HOMBRE ANTE LA HISTORIA
Nunca es demasiado tarde ni demasiado temprano para orientar y reorientar la vida.
La encuesta dirá, por ejemplo, si el Yunes azul ha sido un buen gobernador, regular o pésimo.
Pero en todo caso, se trata de un político ante la historia.
Y ante sí mismo.
Las elites panitas, claro, lo adoran.
Las hizo entrar a palacio y lanzar al PRI, su antiguo partido, luego de una hegemonía de más de 80 años.
Entre las tribus azules repartió canonjías y privilegios.
Pero ha de sopesarse el beneficio social a la población.
¿Qué obra pública? Es la obligación de cualquier gobernante.
¿Qué más de treinta duartistas encarcelados? Era su deber luego de tantas presuntas pillerías y trastujijes.
¿Qué recuperó dinero público robado de las arcas? Era parte de.
Su legado, pues, está en la balanza.
FUE CANIJA LA DERROTA
Luego del 1 de julio habrá envejecido por dentro. La derrota fue canija.
Pero, bueno, también Graco Ramírez, el gobernador de Morelos, salió derrotado.
Y Rafael Moreno Valle, el ex de Puebla, por ‘un pleito’.
Así, y ante todo, está su trabajo de toda una vida.
Y en su vida, como la de cualquier político, la gubernatura (y, claro, la presidencia de la república) es lo máximo.
Y ni modo de terminar el sexenio como Javier Duarte, César Duarte, Roberto Borge Angulo, Andrés Granier, Guillermo Padrés o Mario Villanueva.
YUNES, EL SEDUCTOR
El gobernador Yunes es un político fogueado en el campo de batalla.
En 1997, presidente del CDE del PRI, perdió 107 presidencias municipales en otro domingo sangriento. Y sobrevivió.
Y cuando renunciara al tricolor le fue mucho mejor, pues alcanzó los más altos cargos públicos federales de su vida.
El 1 de julio de 2018, el año que corre, ya es historia en su vida.
Pero ¿y su legado?
Ha sido, es, un seductor.
Sedujo a Rafael Hernández Ochoa, Humberto Lugo Gil, Carlos Salinas, Vicente Fox, Felipe Calderón Hinojosa y Elba Esther Gordillo, entre otros, figuras políticas nacionales.
Pero en el balance falta determinar la percepción de los 8 millones de habitantes de Veracruz de su bienio azul.