Luis Velázquez
Veracruz.- Hubo un tiempo cuando el presidente Adolfo Ruiz Cortines llamaba a los panistas de Manuel Gómez Morín “los místicos del poder”, porque únicamente soñaban con una conciencia social.
Incluso, aquel tiempo de utopías de la democracia llegaron a Veracruz, con el filósofo azul de todos los tiempos, César Leal Angulo, y también cuando el místico religioso del poder, Bernardo Margarito Téllez, incluso, cuando Alejandro “El Pipo” Vázquez Cuevas fuera presidente, con todo y el golpe de Estado a su padrino, maestro y mecenas, Leal Angulo.
Entonces, y por ejemplo, ya se estaban dando en el país las candidaturas pluris a los Congresos locales y al Congreso de la Unión.
Pluris porque significaba premiar a los candidatos probados y comprobados, con biografía social, con arrastre popular, y con autoridad moral, ética, social y política.
Y no obstante, en aquel tiempo (tiempo de César Leal, Bernardo Téllez y “El Pipo”), la candidatura pluri en el PAN significaba un proceso político y religioso, porque incluía una metodología partidista excepcional, como si se tratara de una pelea estelar en el ring.
AZAROSO CAMINO AL GÓLGOTA
Por ejemplo:
A: Los aspirantes a una candidatura pluri estaban obligados, a partir de la publicación de la convocatoria, a caminar de casa en casa de militantes panistas en el municipio para convencer al mayor número posible.
B: Después, debían caminar de casa en casa panista en el distrito que deseaban representar.
C: Luego, si les iba bien en el camino a Damasco, mejor dicho, en el camino al Gólgota, se sometían al Consejo Estatal del PAN, integrado muchas, muchísimas veces, por más de cien, doscientos elementos.
Y cada uno significaba caminar sobre espinas y cardos como los gladiadores en el circo romano.
D: Y si la libraban, entonces se sometían al veredicto de los integrantes del Congreso Nacional del PAN.
E: Y si aprobaban cada uno de los pasos, entonces, iban al escrutinio del consejo nacional.
F: Luego, la luz se hacía y eran ungidos candidatos pluris.
Era aquel tiempo democrático. Tiempo de libertades. Tiempo de limpieza y pureza civil. Tiempo de integridad. “Místicos del poder” les llamaban, ajá.
DESCARRILA UTOPÍA AZUL
Un día, luego de “El pipo”, llegaron las alianzas políticas. Los pactos entre unas y otras elites y entre unos y otros partidos.
Y la utopía democrática del CEN descarriló por completo.
La práctica política del PRI que tanto los tenía enfurecido y que era, además, consigna de campaña, se había adueñado, como la humedad, de la conciencia azul.
La excepción, claro, fue Ernesto Ruffo Appel en Baja California, el primer gobernador panista del país, tiempo cuando Luis Donaldo Colosio Murrieta era presidente del CEN del PRI y Manuel Ramos Gurrión el delegado nacional.
Tiempo cuando don Luis H. Álvarez fuera a huelga de hambre en Chihuahua.
Tiempo cuando el doctor Salvador Nava se lanzara a una caminata como ex candidato a gobernador y que tumbara al priista Fausto Zapata como gobernador electo.
Pero en el resto del país, entre ellos, Veracruz, y más, mucho más, en el PAN, el ideal democrático quedó por los suelos con las candidaturas pluris.
“Nosotros los de entonces, decía Pablo Neruda, ya no somos los mismos”.
UNA ESPOSITA SE ATRAVESÓ
José de Jesús Mancha aterrizó como presidente del CDE del PRI, luego de su paso como diputada local y como síndico en el Ayuntamiento de Tuxpan, donde su esposa lo salvara de un complot sexual a partir de la denuncia de una señora.
Ahora, trepado en el poder, primero, impuso a su antiguo carga-maletas, He Man Sergio Hernández Hernández como diputado local y como coordinador de la bancada panista en el Congreso, donde según los envidiosos convirtió las arcas en “la caja chica” de Pepe Mancha.
Después, declaró que Miguel Ángel Yunes Márquez era “la única carta fuerte” para la candidatura a gobernador, tal cual anda en campaña.
Entonces, impuso a He Man de candidato a la reelección como diputado local.
¡Ah!, pero aquel concepto democrático de las pluris sufrió la más canija transformación, porque impuso a su esposita de candidata a diputada local.
Sin trayectoria política ni social.
Sin experiencia.
Sin méritos panistas, el único quizá porque siempre anda de “su dama de compañía”, luego de sus viajes por el mundo presumidos en el facebook.
“El dedazo” priista en su dimensión estelar, y más, porque nunca los priistas se atrevieron a tanto, cuando más, a imponer a los hijos a cargos de elección popular y/o de confianza.
Y lo peor, el silencio del gobernador Yunes.
Y de las elites panistas, entre ellas, Julen Rementería con su candidatura al Senado y su hijo Bingen para la reelección.
Y Juan Antonio Unanue, para la reelección.
Y Leticia López Landero, imponiendo a su hijita para diputada local.
Y Joaquín Guzmán Avilés, titular de la SEDARPA, imponiendo a un hermano de presidente municipal de Tantoyuca, y al otro hermano, ex alcalde, para diputado, y a la hermana senadora, para diputada federal pluri.
La ambición sin límites, fuera de control, y la codicia política para ocupar cargos públicos, como si ellos fueran los mesías y sus esposas e hijos, los dueños del poder por derecho de sangre y por ósmosis.