Luis Velázquez
28 de marzo de 2018
Hay en Veracruz 6 millones de habitantes pobres, jodidos y en la miseria.
Desempleados, subempleados y con salarios mezquinos, salarios de hambre.
Un millón de habitantes de Veracruz andan de migrantes en Estados Unidos.
Veracruz ocupa el primer lugar nacional en producción y exportación de trabajadoras sexuales al resto del país y que así llevan el itacate y la torta a la mesa de sus casas.
El 60 por ciento de la población, quizá, más, vive del changarro en la vía pública.
Seis de cada 10 habitantes están declarados por el CONEVAL en la pobreza extrema.
Medio millón de personas sólo hace dos comidas al día dada la precariedad que viven y padecen.
La ideóloga duartiana, Anilú Ingram Vallines, ex delegada federal de la Sedesol, dice que hay pobres porque “son muchos”.
El ideólogo duartiano, Marcelo Montiel Montiel, ex secretario de Desarrollo Social, dice que “los pobres son pobres porque quieren”, con todo y su riqueza calculada por sus amigos en dos mil millones de pesos.
Y en el otro lado del charco, el paraíso terrenal de Arturo Bermúdez Zurita, ex secretario de Seguridad Pública de Javier Duarte, preso en el penal de Pacho Viejo, conocido, entre otros, con el rancho “La cartuja”, ubicado en Naolinco, y dado a conocer el lunes 26 por el gobernador Yunes.
Ofenden, humillan y agravian a la población de Veracruz los bienes materiales de Bermúdez, con todo, incluso, que él mismo ha alardeado de que su fortuna se debe, primero, a que es un político muy ahorrativo, y segundo, a préstamos bancarios, y tercero, a sus extraordinarias cualidades y atributos empresariales.
En el sexenio de Miguel Alemán Velasco, 1998/2004, llegó a Veracruz con Sergio Maya, el sobrino de Alemán, nombrado poderoso subsecretario de Finanzas y Planeación.
Con Fidel Herrera Beltrán, laboró primero con Javier Duarte como subsecretario de Finanzas y luego brincó al C-4.
Duarte gobernador fue secretario de Seguridad Pública, donde manejaba más de veinte mil policías, jefe máximo de Tránsito del Estado donde operaba las 212 delegaciones de Tránsito y jefe máximo de Prevención y Readaptación Social a cargo de los 22 penales regionales.
El mundo insólito, insospechado, para hacer y deshacer.
Además, claro, y luego de los 19 jefes policiacos y policías presos en el penal de Pacho Viejo, acusados de desaparición forzada, y lo que constituye la punta del iceberg en las relaciones peligrosas entre el duartazgo y los barones de la droga.
EL PARAÍSO TERRENAL
El gobernador Miguel Ángel Yunes describió el rancho “La cartuja”, “propiedad presumiblemente de Bermúdez”, dijo.
“Cinco casas, tres edificios de uso general, una capilla, una plaza de toros.
Una cancha de futbol, una de bádminton y una de críquet.
Un lago artificial, caballerizas, áreas de entrenamiento de equinos, zoológico y un invernadero.
Una motocicleta marca Suzuki color blanca, placas G41MT.
Diez equinos, ocho llamas, cuatro caninos, dos gatos, 20 gansos y tres pavo reales.
Diez casquillos calibre 38 especial y un arma de fuego marca Colt, tipo escuadra, calibre 45, con un cargador abastecido.
Un arma de fuego marca Smith & Wesson, tipo escuadra, calibre 9 milímetros, con cargador abastecido, y un arma de fuego marca Colt, calibre 38, tipo revólver.
Bolsas de plástico conteniendo marihuana”.
Además, las propiedades en Houston, Texas, y en donde otros duartistas también compraron residencias.
Además, “el gobierno del cambio” contrató a un abogado en el estado de Texas, Estados Unidos, para seguir la pista de los bienes de Bermúdez con todo y demandas del orden civil.
Además, de un abogado en Europa para rastrear los bienes y las cuentas bancarias que “presumiblemente se encuentran ahí y en algunos otros lugares del mundo”.
18 AÑOS SEGUIDITOS DE PROSPERIDAD
Riqueza lícita o ilícita, resulta inverosímil el alto volumen de prosperidad alcanzado por Arturo Bermúdez en tan sólo dieciocho años de su vida.
Y en caso de que la yunicidad le compruebe, digamos, el origen ilícito de su riqueza, entonces, la punta del iceberg llevaría, como en otros casos, a la Ley de Responsabilidades de Funcionarios Públicos, donde consigna los delitos de negligencia y omisión de las autoridades responsables de la fiscalización, la rendición de cuentas, la transparencia y el buen gobierno en el duartazgo, a saber las siguientes:
Una. El ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior. Mauricio Audirac Murillo y Antonio Lorenzo Portilla Vázquez.
Dos. Los Contralores. Iván López Contreras, Mauricio Audirac Murillo y Ricardo García Guzmán.
Tres. Los secretarios de Finanzas y Planeación, Tomás Ruiz González, Fernando Charleston junior, Carlos Aguirre Morales, Mauricio Audirac Murillo y Antonio Gómez Pelegrín, pues el sexto, Salvador Manzur, sólo duró 28 días en el cargo.
Cuatro. El Congreso local (incluida la Comisión de Vigilancia). Héctor Yunes Landa y Juan Nicolás Callejas Arroyo, QEPD.
Cinco. Los secretarios Generales de Gobierno. Gerardo Buganza Salmerón y Érick Alejandro Lagos Hernández.
Seis. El Contralor de la secretaría de Seguridad Pública.
Siete. Los auditores internos y externos.
DÍAS DE CAMPO PARA LA POBLACIÓN
El secretario de Turismo, Leopoldo Domínguez, se está quedando atrás en la modernidad yunista.
Desde hace ratito debió lanzar el Museo de la Corrupción con los bienes embargados al duartazgo.
Y ahora, con “La cartuja”, de Naolinco, con más razón.
La ruta turística bien podría integrarse de la siguiente manera:
A: El Museo de la Corrupción en Tlacotalpan… en la casa que fue de Javier Duarte.
B: El rancho “El faunito” de Fortín, propiedad de Duarte.
C: El rancho “Las mesas” del Valle de Bravo con un hospital y una alberca única y exclusivamente para caballos.
D: El rancho “La cartuja”, “presumiblemente” de Arturo Bermúdez.
E: La lancha italiana de 9 millones de dólares que Duarte compró para navegar en el Golfo de México y desembarcar en el río Papaloapan, frente a Tlacotalpan.
El periplo turístico sería planeado como varios días de campo.
Incluso, ahora que los impuestos han sido rebajados a los transportistas, bien podrían facilitar los autobuses para el día de campo a tales destinos turísticos.
El eje rector sería de carácter sicosocial, considerando que si la población es pobre “porque son muchos” (Anilú) y “porque quieren” (Marcelo Montiel), entonces, el único consuelo es conocer, mirar y admirar los bienes de los pudientes, y más, mucho más, de los políticos acusados de pillos y ladrones.
Los niños y los novios serían felices paseando en los diez equinos y ocho llamas en “La cartuja”, y luego de la merienda, una tarde de toros en la plaza bermudista y en la noche una serenata a la orilla de su lago artificial.
Todos quedarían a dormir al aire libre para desayunar al día siguiente (desayunos escolares, desayunos con algunas de las 700 mil despensas) y regresar a casa.