Luis Velázquez
Veracruz.- La alerta en la cancha yunista está prendida. El botón nuclear lanza signos equívocos. El candidato del PAN, PRD y MC a la gubernatura está atorado. Desde hace unas 6, 7, semanas, en el mismo nivel. Con riesgo de un descarrilaje.
Y más porque el candidato de MORENA al trono imperial y faraónico de Veracruz, trepado en las valencianas de AMLO, sigue como puntero.
Y más, porque el candidato del PRI y PVEM continúa creciendo. Arrancó, perfiló la encuesta oficial, con 9 puntos. Y va para arriba.
Según la versión, “El Cui” (así se apoda) tenía semanas anteriores 33 puntos. “El chiquis”, 29. Y Pepe, 27.
Por eso, se afirma, el gobernador Yunes está ocupado. En la más grande ofensiva y contraofensiva de su vida.
Y es que la elección del primero de julio será un plebiscito. Gana el hijo, gana el padre. Pierde el hijo, pierde el padre.
Más aún: en la cancha política del altiplano se afirma que el candidato del PRI es el Plan B del Yunes azul.
Todo con un solo objetivo: lo peor para la dinastía Kennedy del Golfo de México, igual que para el Peñismo, será que “El cui” gane la gubernatura, pues se irá con todo, absolutamente todo, en contra de Miguel Ángel Yunes Linares.
Yunes, incluso, sería el Javier Duarte de Cuitláhuac García Jiménez.
VIENTOS EN CONTRA DEL “CUI”
“El cui” tiene graves problemas en su propia cancha.
Una: Su carácter que linda ya en el mesianismo. Sobrado de sí mismo. Diputado federal de pronto, en automático candidato a gobernador. Derrotado, otra vez AMLO lo dedeó para la segunda contienda.
Dos: Dados los vientos favorables, insólitos, que respira, se ha vuelto grosero. Engreído. Petulante.
Por ejemplo, suele llegar atrasado, atrasadísimo a las citas y nunca, jamás, una disculpa. El, un político digno de que el mundo lo espere.
Tres: Limitado. Por eso, cuando AMLO anduvo en precampaña electoral en Veracruz en un par de ocasiones y durante 14 días, nunca le prestó el micrófono.
Más aún: su discurso se concreta a repetir como loro, y un loro decrépito, el discurso de AMLO. Y con ocurrencias. “El bodoque” le ha dado por llamar al candidato del PAN, expresando así su gran capacidad para las ideas y el registro de la realidad, el análisis.
Cuatro: Radical. Cien por ciento radical. De botepronto, por ejemplo, suele llamar “Traidores a la patria” (el mismo rollo de AMLO) a los diputados federales que aprobaron la reforma eléctrica.
Y si alguno de ellos le pide un desayuno, insiste que nunca tendrá tiempo para desayunar con “un traidor”.
Cinco: Según las versiones, Rocío Nahle García y Amado Cruz Malpica lo mastican, pero no lo tragan. Se ha vuelto insoportable.
En todo caso, bien puede registrarse un voto diferido: la población jarocha votar por AMLO, pero por otro candidato a gobernador.
TALÓN DE AQUILES DE YUNES
El Yunes azul tampoco se las trae bien consigo.
Semanas anteriores, quiso perfilarse como el único político opositor capaz de enfrentar a AMLO. “Soy la norma de tu zapato”, le dijo. Y se fue a su yugular.
Una y otra vez lo retó a un debate. Nunca se dio.
Pero en Los Pinos le creyeron. Y le habrían soltado el dinero público para obra de infraestructura fuera de serie a cambio, claro, de que siguiera bombardeando a “El peje”, pero más aún, descarrilarlo. “Tengo su expediente negro”, repitió.
Su amigo Miguel Ángel Osorio Chong, entonces secretario de Gobernación, le creyó. Y le abrió la puerta en “Los Pinos”. Y le creyeron. Finalmente, había entregado el expediente negro y sórdido y siniestro de Javier Duarte.
Pero semanas después, nada de nada. AMLO se le metió dos veces en la cancha jarocha durante 14 días y el tabasqueño, hijo de padre nacido en Veracruz, se mantuvo de puntero en la tendencia presidencial.
Y por añadidura, su “Cui”.
De nada, entonces, sirvió la virulencia yunista.
Y es que el Peñismo también lo sabe, con todo y la república amorosa y su Constitución Moral de AMLO.
“El peje”, en Los Pinos, será el primer presidente de la república que encarcele a su antecesor, en el caso, Enrique Peña Nieto.
Simple y llanamente, lo necesitará tras las rejas para convalidar su lucha radical en contra de la corrupción.
EL MEJOR CANDIDATO
Además, está claro: la incertidumbre, la zozobra y la inseguridad y la impunidad siguen creciendo.
Incluso, y en la desesperación, los yunistas parecen “chivos en cristalería”.
Fue el caso, por ejemplo, de la académica de la Universidad Veracruzana, Rosío Córdova, esposa del presidente municipal de Xalapa, militante de MORENA, con el caso de los desaparecidos en la UV, y a la que policías le entregaron citatorio cuando daba rueda de prensa.
Fue el caso de la Ribera jarocha cuando levantaron al exconductor de Telever, Rogerio Pano, dicen ahora que por su alianza con “Brozo” para el programa noticioso en Internet y que se mostró furibundo en contra del gobernador cuando el caso del relojito de 6 millones de pesos y que en realidad, se afirma, sólo costó 200 mil en “El mercado de la pulga”.
El caso es que la inseguridad es el peor mal de la caja de Pandora en la campaña del candidato del PAN, PRD y MC a la gubernatura.
Con todo, el gobernador sigue haciendo su chamba en Veracruz y el altiplano. Medalla “Adolfo Ruiz Cortines” a los secretarios de la Defensa Nacional y Marina, en gratitud a su trabajo para pacificar el territorio jarocho. Cada semana, reunión cumbre sobre la seguridad. Anuncio de obra carretera.
Pero por alguna razón, a su candidato le está costando crecer.
Falta mucho tiempo. Una vida, dos vidas, tres vidas, de aquí al primero de julio.
Y del cuarteto de nominados a la gubernatura, ninguna duda hay de que Pepe Yunes es el mejor. Honrado “a prueba de bomba”. Honesto, a morir.
Ningún escándalo en su biografía política.
Decente, cien por ciento decente.
Con más años en la vida pública y con más cargos, y sin mancharse.
Crítico que fue en su momento de Javier Duarte, y a quien se le enfrentó.
Distante que se marcara de Fidel Herrera Beltrán.
Pepe sigue creciendo. “El Chiquis” está atorado. Y “El Cui”, sin méritos ni cualidades, trepado en las valencianas de AMLO.