Luis Velázquez
Veracruz.- AMLO en Los Pinos y Cuitláhuac García en la gubernatura de Veracruz tendrán, con la mayoría en los Congreso, un poder inmenso.
Nunca antes.
Y aun cuando los políticos empiezan el sexenio regalando flores y repartiendo espinas y cardos, dueños únicos y absolutos de las finanzas públicas, tendrán una prensa dependiente que por lo general vive del erario, de igual manera, digamos, que en el Porfiriato.
Y en los días que caminan la relación entre el poder y los medios está de nuevo en el carril político.
AMLO, por ejemplo, se cree y siente el nuevo Benito Juárez, el nuevo Francisco Ignacio Madero y el nuevo Lázaro Cárdenas.
Y mientras Porfirio Díaz “maiceaba” a los medios y a los intelectuales controlaba con plazas académicas y cargos diplomáticos, Benito Juárez incorporó a los periodistas más críticos (Ignacio Ramírez, Ignacio Manuel Altamirano, Francisco Zarco, Guillermo Prieto, etcétera) a su gabinete, aun cuando por aquí le picó y de fea forma la reelección, todos ellos, “ferozmente independientes”, le renunciaron.
Francisco I. Madero suspendió “la maiceada” a la prensa y todos se le fueron encima.
Entonces, el sobrino de Porfirio Díaz, Félix Díaz, jefe de la policía metropolitana, soñando con la sucesión presidencial, “maiceó” a los medios y los lanzó en contra de Madero.
Madero, ya se sabe, sólo permaneció 15 meses en el poder luego de una conspiración de Victoriano Huerta, el embajador de Estados Unidos y Félix Díaz.
Juárez, sin embargo, decía y aplicaba su frase bíblica de que “para los amigos justicia y gracia y para los otros justicia a secas”.
Tales serán los modelos de AMLO, y por añadidura, de Cuitláhuac, en su relación con los medios.
CUITLÁHUAC Y LA PRENSA
El góber electo de Veracruz, por ejemplo, ha profesado el respeto a los medios, y que por encima de todo constituye una obligación constitucional establecida en la Carta Magna.
Pero en contraparte, el desdén, quizá la indiferencia, en el transcurso de la precampaña y la campaña electoral por regla general “ni los peló”.
En todo caso, y si como ha dicho que trabajará con la prensa escrita, hablada y digital, declarado ya un republicano, entonces, aplicará la ley para, digamos, suscribir convenios de información y publicidad previa y rigurosa auditoría a cada medio.
Y una auditoría con una empresa confiable.
Así, y una vez comprobada la circulación y el rating de cada uno daría el siguiente paso sin caer, como Javier Duarte, en un gasto oneroso y excesivo que llegara a trece mil millones de pesos en menos de un sexenio, además de otorgar cargos públicos a una parte de los medios, además de financiar medios, además de construir hasta edificios a medios privilegiados.
Además, y de acuerdo con la ley, habría, digamos, de transparentes los convenios con los medios para dilucidar en el carril social las razones en cada caso y el monto, pues simple y llanamente se trata de dinero del pueblo, en ningún momento dinero del gobernante en turno.
GOBERNADORES Y MEDIOS
Los modelos de comunicación política en Veracruz han sido de la siguiente manera:
Miguel Ángel Yunes. “Ni un quinto para los medios” aun cuando ha tenido medios preferidos.
Javier Duarte. Trece mil millones de pesos para los medios, además de cargos públicos y canonjías extras.
Fidel Herrera Beltrán. Generoso con los medios al grado de financiar nuevos medios.
Miguel Alemán Velasco. Mantuvo el estatus de los medios y financió medios.
Patricio Chirinos Calero. Convenios con los medios sumisos.
Según Javier Duarte, en su sexenio existían quinientos medios con un aproximado de ocho mil reporteros, más los noticieros de radio y televisión.
Se ignora si la cantidad sea la misma o haya disminuido o aumentado.
Pero, bueno, el clásico dice que el político gobierna y la prensa informa, y por tanto, son caminos paralelos que nunca en la teoría han de cruzarse, aun cuando terminan empalmados para usarse y beneficiarse.
Incluso, y de acuerdo con la historia local, la generación política en el poder somete por hambre y por ambición desmedida a los medios.
Así, unos gobernadores se acercan y distancian de los medios operando el subsidio mensual como una negociación bajo aquella filosofía de José López Portillo de que “no te pago para que me pegues”.
CANONJÍAS A LA DOCILIDAD
Políticos y prensa aliados en matrimonio por conveniencia como afirmaba don Julio Scherer García, dan la espalda a la realidad social.
Y por añadidura, ninguna de las partes se ocupa del destino social del millón de indígenas y los dos millones de campesinos y los tres millones de obreros en Veracruz.
El político sueña con el incienso a su paso y los medios con el negocio fácil, además del convenio mensual, la maquila oficial en sus periódicos, la compañía constructora, el regalo de terrenos y edificios para el medio, RVOE para sus escuelas privadas, camionetas obsequiadas y escoltas hasta para la esposa y los hijos.
Además, claro, de apoyos crediticios con cargo al rubro fantasma de “Fondo Perdido” que sirven para financiar proyectitos personales sin despertar, ajá, ninguna sospecha.
Es el mundo sexenal con que se topará el gobernador electo y quien de manera reiterada se ha declarado un político republicano y un político honesto “a prueba de bomba”.