Luis Velázquez
Veracruz.- Señoras y señores, en nombre de la patria, y dada mi vida inmaculada al servicio del PRI durante los últimos 40 años les dijo santificada y purificada: En la lista tricolor a diputados locales pluris “hubo un manoseo descarado, corriente y feo”.
Y como yo, Zaida Lladó, nunca, jamás, jamás, jamás, me he prestado a juegos sucios…
Y tampoco me presto a trastupijes y patrañas…
Y como soy la priista más honesta en todo el Golfo de México…
Y como mi priista favorito es el mártir tricolor, Luis Donaldo Colosio Murrieta…
Advierto a la mitad del mundo y a la otra mitad:
‘Todo está listo para hundir a Pepe Yunes Zorrilla como candidato a gobernador’.
Y como la mayoría de los candidatos pluris tienen ‘una pésima reputación’…
Y ningún voto aportarán a Pepe Yunes para ganar…
Y como atrás de tales candidaturas hay fidelistas, duartistas y hectoristas…
Y como la lista fue integrada en base a pagos políticos”…, entonces, yo Zaida Lladó, renuncio a la presidencia de la Fundación ‘Don Aldo Colosio’, “porque es momento de decir ¡Basta!”.
Así habló, ni más ni menos, y con el bastón en la mano, camino al Gólgota, camino a Damasco, camino al Mar Rojo, Zaida Alicia Lladó.
Y su palabra estremeció y cimbró las entrañas de las elites priistas de Veracruz.
Y al día siguiente, zas, el milagro celestial.
La compañera priista, Sheyla Jara (¿Alguien la conoce?) fue tumbada del caballo a mitad del río, río desbordado y huracanado, y quien iba en el lugar número 14 de la lista pluri al Congreso local, y en su lugar entró Zaida.
¡Ah, pero se trata de una falacia torpe, barata y ramplona!
¡VERACRUZ, CREO EN TI!
Y falacia, por una sencillísima razón:
El PRI lanzó a veinte militantes en la lista pluri.
Y si bien les va, y más allá de la derrota del tricolor en las urnas el primero de julio, entrarían unos 7 candidatos, digamos, Juan Carlos Molina, Erika Ayala, Jorge Moreno, Diana Aguilar, Víctor Manuel García, María Beatriz Sosol y Ricardo Diz, y el resto, trece, crucificados, nacidos para perder.
Entonces, y de ser así, vaya consuelo y “tomadura de pelo” a Zaida Alicia Lladó.
¿Tan inocente es que aceptó el lugar número 14 en la lista, abajo, muy abajo, de su excelencia magisterial, gran líder popular en la Cuenca del Papaloapan, dama de compañía, Elena Zamorano?
Abajo, muy abajo, por ejemplo, de Erika Ayala Ríos, la lideresa sindical del COBAEV y de la CNOP y quien, con todo respeto, pero tiene menos, mucho menos años de militancia que la Lladó.
“Yo nunca, precisó, pedí que me anotaran en la lista número 14 de las pluris. Es una burla. Y yo no voy a permitir eso”.
¡Veracruz, creo en ti! ¡Te amo! ¡Hágase la luz!
Inocencio Yáñez Vivencio, el ideólogo priista que fuera presidente de la Fundación Colosio, antecesor de la Lladó, lo dijo así:
“El PRI ve la tempestad y no se hinca. El partido no puede seguir secuestrado. La sociedad nos ha reprobado”.
Ha reprobado, claro, la corrupción política, el saqueo, el desvío de recursos, las empresas fantasmas, la soberbia y la frivolidad y la desaparición forzada.
Y nadie, absolutamente nadie, se arrodilla ante el huracán político electoral.
En la última elección de presidentes municipales perdió, ni más ni menos, 173 alcaldías, nunca, antes, jamás, en su historia.
Lo dijo Porfirio Muñoz Ledo:
“Yo veo la desaparición del PRI”.
¡Te queremos, Zaida, te queremos!
¡BASTA, BASTA, BASTA, YA!
Zaida Alicia Lladó: Tu voz es un trueno. Síntesis de la sabiduría popular. Teoría y práctica política para crear y recrear el nuevo Estado mexicano y el paraíso terrenal para los desharrapados y los desheredados de la fortuna sexenal.
Igual que los estudiantes del 68, tú eres la historia. Y los otros (Beatriz Paredes, José Antonio Rico, Américo Zúñiga, Héctor Yunes Landa, Javier Duarte, Fidel Herrera Beltrán, y hasta Pepe Yunes
Zorrilla, a quien incluiste en tu lista negra), “unos manoseadores”, candidatos naturales a una historieta del estercolero partidista.
Tú encarnas a la Santa, Santísima Revolución. Pero en ningún momento a la revolución con armas y cañones, con muertos y fusilados, con intrigas y complots, matanzas tipo Huitzilac, sino a la revolución ciudadana.
¡Basta, basta, basta ya!
ZAIDA, ¡ERES MI REINIS!
Tú lo dijiste, Zaida. Y aun cuando quizá otros lo señalaron antes, tú pusiste los hechos en el tinglado. Héctor Yunes se está quedando con todo. Curules locales y federales y delegaciones federales. Incluso, hasta se adueñó de los boletitos de entrada al WTC para vitorear a Meade.
Y lo peor entre lo peor: Javier Duarte está preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México y en el penal de Pacho Viejo hay más de 33 duartistas, y Fidel Herrera convalece de un ataque cerebral, y sin embargo, ellos siguen ganando la batalla.
¡Ay, PRIMOR!
Pasó ya la época de los caudillos, pero Lladó es la nueva caudilla. Pasó ya el tiempo de los ídolos, pero Lladó es el nuevo ícono, el símbolo eterno y perpetuo de la rebeldía y la sublevación.
Paradoja histórica: en todos los partidos políticos hay efervescencia en cada proceso electoral. Siempre los inconformes. Antes, en la edad de piedra, se decía que cuando en el PRI había rebelión es porque confirmaba la existencia de un PRI vivo.
Ajá.
Con todo sólo falta, Zaida, que las elites te satanicen y te hagan sentir como los jesuitas tipo Edad Media a sor Juana Inés de la Cruz escribiendo su famoso poema “Yo, la peor”.
¡No te dejes, Zaida! ¡Prohibido callarse! ¡Es la hora de la lucha!
Y si crees o sientes que flaqueas, acuérdate del 68 en la Universidad de Nanterre: “Entre más hago la revolución más ganas tengo de hacer el amor”.
¡Basta de manoseo!
¡Basta de duartistas, fidelistas y hectorizados en el trono imperial y faraónico!
¡La militancia te ama!
¡Tú eres su nueva reinis!