Luis Velázquez
Veracruz.- Cuitláhuac García Jiménez, el hombre de AMLO en Veracruz, ha sufrido un revés. Incluso, le habría pegado en el corazón. Su amigo, el diputado local, Zenyanzen Roberto Escobar García, fue derrotado en la contienda interna de MORENA para diputado federal por el distrito de Córdoba. Quedó descarrilado. Fuera. Luego de que a tono con el tabasqueño, imprimió una hojita volante, hojita parroquial, periodiquito tipo “Regeneración”, con el informe de sus actividades legislativas, ajá.
Lo derrotó el doctor Juan Martínez Flores, quien fue candidato de MORENA a la presidencia municipal de Córdoba, y a su vez lo derrotara la panista Leticia López Landero, la misma alcaldesa que en los dos meses y medio de ejercer el poder se ha convertido en la represora número del periodismo, como el caso de “El Mundo”, donde llegó a la locura de prohibir a los voceadores vender ejemplares aplicando su propia ley de comercio.
En un principio, el expanista Hugo Fernández Bernal, también exalcalde del pueblo, iba, se afirmaba, como candidato externo de MORENA.
Pero en el camino hubo fuego enemigo y quizá fuego amigo y declinó.
Entonces, Zenyanzen, confiado en la amistad “a prueba de bomba” con Cuitláhuac García Jiménez, el candidato de “El peje” a gobernador por segunda ocasión, creyó que los vientos le favorecían.
Lo desplomaron.
Revés a “Cui”, que así se hace llamar en el tiempo de los monstruos de Guillermo del Toro.
Ni modo, Zenyanzen bien puede seguir acariciando la secretaría de Educación en que lo tiene perfilado Cuitláhuac…, si gana, claro, el trono imperial y faraónico del palacio de gobierno de Xalapa.
EL POLÍTICO DE DOS CARAS O MÁS
Zenyanzen llegó a la LXIV Legislatura por la vía pluri que MORENA le regalara, luego de armar escándalos magisteriales en Córdoba y Xalapa, pues como profesor de escuela primaria milita en la oposición al SNTE, anexos y conexos.
En el congreso tiene las comisiones de los derechos de los niños, de procuración de justicia y de seguridad social.
Nadie conoce, por ejemplo, su trabajo social por las 800 mil personas de 60 años de edad e en adelante de norte a sur y de este a oeste de Veracruz, y más, porque la mayoría carecen de pensión y quienes la usufructúan es de apenas, apenitas, unos tres mil pesos.
Y lo peor, la mayoría de ancianos están sin seguridad social, casos, por ejemplo, los seniles de la montaña negra de Zongolica.
En contraparte, la fama pública en el carril político es que suele tocar las puertas del secretario General de Gobierno, el perredista Rogelio Franco Castán, y del gobernador Yunes, y del secretario de Educación, el priista Enrique Pérez Rodríguez, cabildeando, digamos, apoyos extraordinarios para las escuelas de su distrito.
Y cuando ya se las han dado y él habría entregado, en automático suele rafaguear a través de la cancha mediática a la yunicidad, intentando así mostrar su libertad, su independencia y su autonomía como buen morenista, peleador callejero que fue (o es) de los profesores disidentes.
PELEANDO CON FANTASMAS
Profesor callejero, maestro en pie de lucha social, semanas anteriores debió enfrentar un ataque fatídico en las redes sociales (que por desgracia nadie puede identificar pues navegan en el mundo cibernético de la opacidad) donde lo acusaban de ligas con el narcotráfico.
Y aun cuando desde el anonimato suelen destrozarse honras, como también desde los periódicos impresos creyendo, como dice el secretario de Seguridad Pública, que a los políticos los pueden “matar a periodicazos como a las moscas”, Zenyanzen “agarró el toro por los cuernos” y reviró a quienes voces anónimas lo señalaban.
Mala estrategia.
A: Los profes y los alumnos y la población electoral que lo conoce en Córdoba y/o en el distrito ya saben de sus alcances.
B: Aclarar cositas a las personas anónimas que “tiran la piedra y esconden la mano” significa volverse loco luchando contra fantasmas.
C: Mientras la autoridad ningún citatorio le haga llegar bajo sospecha de…, significa pérdida de tiempo.
Zenyanzen, el ideólogo político de Cuitláhuac García, lo pensó y sintió de otra forma y trepó al ring de los fantasmas.
“El peor gendarme de un hombre es su conciencia” decía el ex gobernador Fernando López Arias, 1962/1968, y ex Procurador de Justicia de la Nación con el presidente Adolfo López Mateos.
ALCALDESA DE OCURRENCIAS
El candidato de MORENA a diputado federal y que ganara en la encuesta, más allá, y por fortuna, del famoso proceso democrático de “La tó
mbola”, el doctor Juan Martínez Flores empezó su nueva vida pública electoral disparando a la alcaldesa cordobesa, Leticia López Landero.
Es una presidenta municipal, dijo, de ocurrencias, con todo y que, por ejemplo, lanzar a su hijita de candidata a diputada local por el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, más que disparates, expresa la voluntad monárquica de la señora.
Y, bueno, a partir de las ocurrencias, dice el abanderado de AMLO por la curul federal, “Córdoba está todo sumido en el desastre”.
La población electoral, asegura el médico, ha reprobado por completo a López Landero.
Uno, inseguridad. Dos, violencia acrecentada. Tres, paralizada la iniciativa privada. Cuatro, indignada la población.
Simple y llanamente, “un municipio de cabeza”.
Y es ahí, profetiza, donde MORENA se levantará, con más, mucho más ímpetu que si el profe Zenyanzen Roberto Escobar fuera el candidato.
Revés para Cuitláhuac.
Ni modo, a veces resulta difícil tener todo en la vida.
Pero, bueno, el futuro del diputado local de Cuitláhuac está asegurado.
La secretaría de Educación le espera, y en un descuido y con mucha suerte, hasta la secretaría General de Gobierno.