Luis Velázquez
Veracruz.- Los candidatos al Senado de la República de hecho son ya, de MORENA, Ricardo Ahued Bardahuil. Del PRI, Juan Nicolás Callejas Arroyo. Y del PAN, Julen Rementería del Puerto.
Y en la llamada “Cuota de género”, del PRI, María del Carmen Pinete. Del PRD y PAN, Jazmín Copete. Y de MORENA, Rocío Nahle.
Los tres, con pecados veniales y mortales. Los tres, y como es la naturaleza humana, con fortalezas y debilidades.
El sexteto competirá en las urnas por el voto. Pero el millón de indígenas, y los dos millones de campesinos y los tres millones de obreros todavía siguen preguntándose el beneficio social que habrían recibido con el trabajo político de todos ellos.
De entrada, los 6 fueron elegidos por la vía democrática del “Dedazo”, cada uno con sus padrinos, cada cual con su tráfico de influencias, cada quien mostrando el puño y el músculo.
Simple y llanamente, una rebatinga por el poder.
Y más si se considera que de los 128 Senadores de la República (tres de ellos por Veracruz), sólo Pepe Yunes Zorrilla en su tiempo legislativo se volvió un gestor social cabildeando más de 4 mil millones de pesos federales para los presidentes municipales y productores organizados.
Y el resto, que legislando leyes para un país que las tiene de sobra y donde la constante es el desacato, y el peor de todos, la corrupción política.
CLAROSCUROS DE UNOS CANDIDATOS
Ricardo Ahued, el empresario metido a político, fue priista y logró la presidencia municipal de Xalapa y la curul local y federal.
Y cuando las puertas se le cerraron ante las elites rojas, entonces, “tiró la toalla” y se fue a MORENA, donde en automático lo ungieron candidato al Senado, y lo que buscaba en el tricolor.
En el carril político su fama es que en su tiempo político sus negocios han repuntado a niveles insospechados.
Ahora, claro, acariciará la posibilidad de llegar al Senado trepado en las valencianas de AMLO, pero mucho se duda usufructúe la autoridad moral que, digamos, tuviera recién ingresado a la política.
En el mismo tenor, Callejas Arroyo.
Su padre, QEPD, lo ungió por dedazo líder magisterial de la sección 32 del SNTE. Luego, igual que a su padre, 5 veces diputado local y federal por la vía del “Dedazo”, lo declararon diputado local, que era ahora, y que renunciara para buscar la Senaduría.
Su probable fuerza es el magisterio, otra herencia de su padre. Pero aun cuando en el pasado el SNTE significó el voto corporativo del tricolor, ahora, y de acuerdo con la tendencia, el 80 por ciento de los profes militan en otros partidos, sobre todo, MORENA, el PAN y PRD, desencantados del cacicazgo magisterial.
Quebrado el negocio familiar, Julen Rementería se metió a la política. Fue director de Comercio, presidente municipal jarocho, diputado local y coordinador de los Centros SCT en el Felipismo.
Luego, en la cancha pública trascendió que desde la alcaldía se asoció con el ex diputado federal y constructor, Rafael Acosta Croda, para hacer obra pública tanto en el Ayuntamiento como en la secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Incluso, sus cercanos siempre contaron que para evitar sospechas le dio cien millones de pesos de sus ganancias a guardar a Rafael Acosta y después tuvieron desaguisados, a tal grado que la alianza empresarial se habría roto.
Sabrá Mahoma si es cierto, como se afirma, que en el año 2016 se disciplinó al panista Miguel Ángel Yunes Linares en la búsqueda de la gubernatura a cambio de un cargo público en el gobierno de Veracruz si ganaba (la SIOP) y de la nominación al Senado.
MUJERES AL PODER SENATORIAL
María del Carmen Pinete apareció de la nada en el carril priista y cuando nadie la esperaba y arrasó con Anilú Ingram y Elizabeth Morales, con todo y sus padrinos poderosos, como son MAO y Lorena Martínez y Enrique Ochoa Reza.
En su tiempo como directora del IVEA y delegada federal del INEA, dependencias encargadas de alfabetizar a la población, levantó la bandera blanca gritando “a los cuatro vientos” que en Veracruz todos los habitantes sabían leer ni escribir, cuando, caray, de acuerdo con la estadística hay 600 mil personas de 14 años de edad en adelante analfabetas.
(Con todo y que el gobernador Yunes alardeara que Veracruz es puntero nacional en la lucha contra el gran pendiente de la educación pública).
Incluso, el profesor Guillermo Zúñiga Martínez, delegado federal del INEA, le cortó las alas y dijo que el dicho de la Pinete era falso.
En su tiempo de diputada federal trabó amistad con el secretario de Hacienda y Crédito Público del Zedillismo, Guillermo Ortiz Martínez, y quien, se afirma en el carril político, fue su tótem para abrir la puerta camino al Senado quizá como un regalo por los 57 años que está cumpliendo.
Jazmín Copete sigue fiel, igual que su gurú Arturo Hérviz, al PRD. El PRD que le ha dado la presidencia municipal de su pueblo, Santiago Tuxtla, y la diputación local. Y ahora, aliado con el PAN y el MC, la candidatura al Senado.
Pero su autoridad moral y política y social reside en lo siguiente: impuso a uno de sus hijos alcalde en la más alta dimensión del nepotismo, y que es heredar el poder a los retoños y lo que, claro, manifiesta el amor materno.
Rocío Nahle, de MORENA, es la estrella emergente. Carrera meteórica en menos de lo que canta un gallito, casi casi “rayito de esperanza”.
De diputada federal a futura secretaria de Energía de AMLO, si gana Los Pinos. Y luego enseguida, candidata al Senado, nomás para medir la preferencia tabasqueña en Veracruz.
Con Cuitláhuac García Jiménez tienen secuestrado a MORENA, y el resto del mundo jarocho girando a su alrededor.
Pero su biografía política incluye tres pecaditos mortales, como son la deserción de MORENA de los diputados locales, Sebastián Reyes, Eva Felícitas Cadena y Miriam Judith González Sheridan, con las dos últimas que terminara mal que porque les tiene celos dado su arraigo popular en el sur de Veracruz.
Tal cual, podrá calibrarse si los seis de cada 10 habitantes de Veracruz declarados en la miseria, la pobreza, la jodidez, el desempleo, el subempleo y los salarios de hambre tendrán esperanzas de que su vida cambie los próximos seis años en caso de que ellos lleguen al Senado.
En 1803, Alejandro de Humboldt llegó al país desembarcando en Veracruz y en el territorio jarocho pasó unas semanas y quedó sorprendido, atónito, con la terrible y espantosa desigualdad social y económica, la mismita dominante hoy.