Luis Velázquez
Veracruz.- Cada año, la estatuilla de la Virgencita de Guadalupe es cargada a cuestas de los feligreses en la fiesta decembrina, su día.
Cada año, en Semana Santa, los feligreses pasean cargada en el hombre la estatuita de la Virgen María en la llamada Procesión del Silencio.
Hasta el papa Paulo VI, los Sumos Pontífices eran cargados en hombres y paseados en Roma hasta que llegaron los Papas Juanes y retiraron, digamos, la tradición fervorosa.
Cleopatra era paseada en hombros en las calles de Egipto, aun cuando nunca pudo cumplir el sueño faraónico en Roma con el emperador.
Los faraones eran paseados en las calles y avenidas de la vieja Roma en los hombros de los guardias pretorianos, grandotes, fuertes, robustos.
El gobernador de Puebla, Maximino Ávila Camacho, hermano del presidente de la república, Manuel, bien briago en la casa solariega de su rancho, solía treparse en la espalda de su gabinete legal y ampliado gritando “Relincha, caballo, relincha”, para pasearse en hombros.
En Chiapas, la Chiapas del subcomandante Marcos, el gobernador priista y verde, Manuel Velasco Coello, fue paseado en los hombros de los indígenas, porque tal era el tributo al tlatoani güero.
En el sexenio de Rafael Hernández Ochoa, 1974/1980, el líder cenecista, Ernesto Medel, se trepaba en los hombros de un campesino para pasar el río con aguas turbulentas en el fondo.
Era aquella la servidumbre humana dice el politólogo Carlos Ronzón Verónica.
El domingo 29 de abril, en la colonia Venustiano Carranza, de Boca del Río, Miguel Ángel Yunes Márquez y Ricardo Anaya llegaron al dren B donde fue levantado el centro ceremonial, el estrado, la pasarela política, trepados (ellos, güeritos) en los hombres de un par de guardias pretorianos (los dos prietitos), cuello duro de toro, espalda fornida, altos y robustos, fuertes, Charles Atlas, el hombre más perfecto del mundo.
Los iluminados. Los mesiánicos. El clasismo en su más dimensión estelar. Yo soy más que tú y por eso me has de cargar en hombros con el mejor estilo faraónico.
Es la pirruriscracia dice Ronzón.
AUTORITARISMO PLENO
En las redes sociales treparon una fotografía con una escultura del danés Jens Golschiot.
Un hombre viejo y gordo, senos colgando, panza voluminosa que creció con libertad total, piernas gordísimas, con un báculo en la mano izquierda y la balanza de la justicia en la derecha, es cargado en hombros por un hombre pobre, jodido, en la miseria absoluta, desnutrido y sometido.
Representa a la justicia obesa.
Y desde el anonimato del Internet tal fue la respuesta al iluminismo de Anaya y Yunes Márquez paseados en hombros en la colonia Carranza del municipio, ajá, más exitoso de Veracruz, ubicado en Boca del Río, con todo y que el pueblo de Orizaba fue más exitoso en el tiempo del priista Juan Manuel Díez y sin andar cacareando por todos lados.
Se llegó a la servidumbre humana.
Y es que, dice Ronzón, la circunstancia bien puede evitarse cuando hay principios y valores, respeto a la dignidad de los otros, formación cívica y moral, y cuando en todo caso, previendo lo imprevisible, los políticos se blindan a los lados para evitar tales desaguisados, y/o en todo caso, la tentación de las sirenas camino a Itaca.
Si Manuel Velasco Coello fue paseado en hombros de los indígenas fue porque lo aceptó.
Y si Anaya y Yunes junior también se debió a que lo aprobaron.
Nada que ver, entonces, con el sentido republicano de la política.
Ni con la grandeza humana.
Menos, mucho menos, con la humildad.
Tampoco con la discreción.
Y de postre, les vale.
Son las elites políticas en el autoritarismo pleno.
Mexicanos de primera, de segunda y de tercera y de cuarta.
¡QUE SIRVAN IGUAL PARA TODOS!
Nicolás Maduro, en hombros. Hugo Chávez, en hombros. Daniel Ortega, en hombros. Rosario Murillo, su esposa vidente, en hombros. Evo Morales, en hombros. Calígula, en hombros. Su caballo Incitatus, Cónsul de la República.
La historia es universal y como decía Federico Engels siempre se repite y como le reviró Carlos Marx, unas veces se reproduce como tragedia y otras como comedia.
Se dirá que si los aztecas paseaban a Moctezuma II en hombros y a Huitzilopochtli ofrendaban doncellas y vírgenes, y de ñapa, confundieron al sifilítico Hernán Cortes con Quetzalcóatl, entonces, la devoción religiosa del pueblo mexicano para adorar a sus héroes celestiales y terrenales carece de fronteras.
Y “si a medianoche el pueblo dice que es de día las farolas han de prenderse” como gustaba repetir Fernando Gutiérrez Barrios.
Sabrá el chamán la militancia (que será azul) de los guardias pretorianos de la colonia Carranza cargando a Ricardo Anaya y Yunes junior, nomás para demostrar el fervor religioso por sus, digamos, héroes civiles.
Nadie descartaría que les pagaron como parte del reality-show, en tanto las botargas en el paseo de “Los lagos” de Xalapa enviadas al candidato de MORENA, PT y Pes cumplían su objetivo.
La vida, en todo caso, es un carnaval y lo único importante es pitorrearse un rato y pasar lo mejor posible.
Malo, porque como dice Ronzón, fue el inicio de la campaña electoral para gobernar un pueblo donde uno de cada 3 jefes de familia llevan el dinerito y la torta a casa con el changarro de tortas y picadas y refrescos de cola en la calle, sin ninguna expectativa laboral de crecer cada día.
En todo caso, cuando se vive frente al mar, la felicidad de cada habitante pasa por el desmadre, la chunga y el despapaye.
Y por fis, ¡que sirvan igual para todos!