Luis Velázquez
Veracruz.- En menos de una semana, los tránsfugas de la política emergieron desde el fondo de la caverna en la LXV Legislatura.
Llegaron a la curul por un partido y apenas rindieron protesta estaban en otro.
Nadie pensaría que su capacidad camaleónica, tipo Gregorio Samsa en Kafka, se debe a que pensaron en el millón de indígenas, los dos millones de campesinos y los tres millones de obreros en la pobreza y la miseria para, digamos, enaltecer su calidad de vida.
Son los mismos que Giovanni Sartori definía como los convenencieros y que, de paso, descarrilan toda posibilidad democrática…y que, de paso, y desde luego, a nadie de ellos interesa.
Insólito: nadie esperaba que los diputados locales de MORENA (19 más cinco del PT y cinco del PES) se fracturaran, en la rebatinga por la Junta de Coordinación Política y la coordinación de la bancada legislativa de izquierda.
Son los sátrapas de la política.
Más ahora cuando de acuerdo con la ley pueden reelegirse por tres ocasiones, siempre y cuando llegaran al Poder Legislativo por la vía de las urnas, pues entre ellos hay, muchos, diputados pluris, y lo peor, diputados elegidos en “La tómbola”, el gran invento democrático de AMLO.
Ni hablar, exclama un personaje en la novelística de Carlos Fuentes Macías, “¡la vida es así y qué le vamos a hacer!”.
Por eso es, entre otras múltiples razones, que en Veracruz hay una espantosa desigualdad social, económica, educativa, de salud, de seguridad y de procuración de justicia.
Los diputados, atrás de sus intereses particulares, y punto.
Y que nadie, porfis, se desgarre las vestiduras en nombre de la patria chica, pues quedarán como unos demagogos y farsantes.
LOS TRÁNSFUGAS
Ellos son, entre otros, los siguientes:
Juan Manuel Pozos Castro, presidente de la Mesa Directivo del Congreso y presidente del Club de Tobi junto con Alexis Sánchez, del Movimiento Ciudadano como vicepresidente, y el hectorizado Jorge Moreno, del PRI, como secretario, y con lo que asestaron “puñalada trapera” a las 25
mujeres diputadas, interrumpiendo “la cuota de género”, pues durante tres periodos consecutivos anteriores las mujeres estuvieron en la Mesa Directiva.
Elegido diputado por el Partido del Trabajo, luego enseguida renunció al PT y se incorporó a MORENA.
Pero su vida camaleónica es amplia. Fue priista, por ejemplo. Y también fue panista. Luego, petista. Y ahora, caray, insólito, de MORENA.
Florencia Martínez Rivera. Llegó al Congreso por la vía pluri del PRD y renunció al sol azteca para formar una nueva bancada con nombre estrafalario de “Del lado correcto de la historia”, en alusión y pitorreo y escarnio a la leyenda de MORENA de “Juntos Haremos Historia”.
Gonzalo Guízar Valladares. Fue priista y panista. Ex diputado local y federal, aterrizó en el Congreso una vez más, ahora por el PES. Y en la primera semana en la LXV Legislatura decidió formar su bancada y renunció al Pes.
Rubén Ríos Uribe. Cobijada en el PES para formar parte del nuevo Congreso, se alió con Guízar Valladares y Florencia Martínez para formar su bancada.
Érick Iván Aguilar López, el diputado del PT que llegó al Palacio Legislativo el día de la toma de posesión con un mariachi cantando “El Rey” y “Sin Fortuna”, desertó del Partido del Trabajo y se afilió a la súper bancada llamado “Del lado correcto de la historia”.
En la rebatinga de la JUCOPO, MORENA se fracturó o fue fracturada desde el búnker del gobernador electo. En un lado, el diputado Amado Cruz Malpica con 8 diputados, y en el otro, el diputado de Cuitláhuac García Jiménez, el vendedor de coches en abonos, Javier Gómez Cazarín, apodado “El Carón”.
Y en la bancada del antiguo vendedor de coches están así diputados de MORENA, del PT y Encuentro Social, en tanto Cruz Malpica quedó con puros de MORENA.
En tanto, el diputado de MORENA, Magdaleno Rosas, denunció que Gómez Cazarín había recibido “órdenes del gobernador electo para convencer con monederos electrónicos a legisladores de MORENA para que lo nombraran coordinador de la bancada” (Diario de Xalapa, Itzel Molina).
Las bancadas originales de los partidos políticos en el Congreso, descuartizadas y despedazadas.
La única diputada que se ha mantenido firme es la doctora Andrea Yunes Yunes.
Lo dijo así:
“A mí no me maneja nadie. Ni tengo jefes políticos. Ni me voy del Partido Verde” (Notiver, miércoles 7 de noviembre).
Ese mismo día, Andrea Yunes fue la única diputada que al mediodía estaba en el Palacio Legislativo.
Y es, además, la única diputada sin bancada.
PEPENA LEGISLATIVA
La pepena legislativa, entonces, mudó en seis bancadas.
Una. El PAN, con trece diputados, por lo pronto, inalterables y unidos.
Dos. El PRI, con sus tres diputados, los tres por la vía pluri, pues si hubieran contendido en las urnas serían derrotados, igual que los veinte valientes que creyeron ganar.
Tres. MORENA, con su primera bancada, 8 diputados, Amado Cruz Malpica.
Cuatro. MORENA, con su otra bancada, 18 diputados, Javier Gómez Cazarín.
Cinco. La bancada de Gonzalo Guízar, “Del lado correcto de la historia”.
Seis. La fracción del Movimiento Ciudadano y PRD, integrada por Ivonne Trujillo Ortiz, Alexis Sánchez García y Brianda Cristel Hernández Topete como coordinadora.
Así, los diputados locales mostraron el puño y el músculo y su apostolado social.
Una mística que los llevará a las alturas del quehacer legislativo.