Luis Velázquez
Veracruz.- Javier Duarte ya fue sentenciado a nueve años de cárcel por delincuencia organizada y asociación delictuosa.
Más el embargo de cuarenta propiedades.
Y al pago de una multa millonaria y que, bueno, dado el embargo que ya tiene de algunos bienes, resulta lo de menos.
Y aun cuando tirios y troyanos se atribuyen la captura y el proceso penal y la sentencia en contra del exgobernador de Veracruz, la realidad es una sola:
La firmeza y tozudez del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares fue y es la única razón para que su antecesor haya sido extraditado de Guatemala a México y sujeto a proceso penal y condenado a 9 años privado de su libertad, por lo pronto, en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México.
Gracias a la persistencia del Yunes azul, Duarte está pagando los abusos y los excesos del poder… por más y más que antier en la noche cuando fue sentenciado persistiera en “curarse en salud”.
Ha de recordarse, por ejemplo, que en el primer trimestre del año 2013 la Auditoría Superior de la Federación, ASF, con Juan Manuel Portal de titular, Duarte fue denunciado por la vía penal en la Procuraduría General de Justicia de la Nación, PGR.
Y nunca, jamás, procedió la denuncia por más y más que el senador Fernando Yunes Márquez ventiló el asunto en la tribuna senatorial.
Es más, de acuerdo con la ley, la ASF está obligada a cursar recibo a la secretaría de Hacienda y Crédito Público, entonces Luis Videgaray Caso, para que la dependencia embargara las participaciones federales al gobernador y sin embargo, nunca, jamás, procedió la SHyCP.
Y cuando la tozudez de Yunes Linares fue continúa y firme, sin que le temblaran las corvas ni dejarse intimidar por el aparato gubernamental federal, y hasta amenazó con estremecer a México, mejor dicho, a las elites políticas del PRI con aquella versión de que Duarte había financiado con recursos públicos la campaña electoral de Enrique Peña Nieto, el Peñismo liberó la caja de Pandora y Duarte comenzó a vivir el infierno penitenciario que ahora lo tendrá tras las rejas 9 años.
Con todo, su abogado, y que es su tarea, dijo antenoche que dada la buena conducta de Duarte litigará para que solo esté preso de unos 4 a 4 años y medio.
Es su abogado y es su chamba, luego de que Duarte despidiera al abogado de la profe Elba Esther Gordillo por incompetente.
OTROS MÁS EN LA MIRA
La tozudez y la firmeza de Yunes también tiene en el penal de Pacho Viejo a más de cuarenta políticos, jefes policiacos y policías acusados de delincuencia organizada, lavado de dinero, desvío de recursos, asociación delictuosa y desaparición forzada y que constituye el más grave delito de lesa humanidad.
El proceso penal en contra de todos ellos sigue su tiempo y ya se verá si el tiempo que le resta es suficiente para que también les sea dictada la sentencia correspondiente.
De lo contrario, y mientas Jorge Wínckler siga en el cargo como Fiscal dada la amenaza de juicio político de los 29 diputados locales de MORENA y el góber electo, Cuitláhuac García Jiménez, el tiempo permitirá conocer la solidez de las pruebas aportadas en contra de ellos para ver el destino de todos y cada uno.
Incluidos, claro, los 355 funcionarios del duartazgo acusados por la Contraloría y el Órgano de Fiscalización Superior de desvíos millonarios.
Incluidos, los secretarios del gabinete legal y ampliado que andan amparados.
Incluidos, los ex diputados federales, Antonio Tarek Abdalá y Alberto Silva Ramos, acusados de desvíos millonarios, y a quienes el gobernador Yunes les avisó que “los esperaría a la salida” del Congreso de la Unión, ya sin fuero, para su detención y que al momento pronto se cumplirá un mes y nada de nada.
Pero, bueno, la sentencia a Duarte se llevó unos seis meses y ya fue consumada, en tanto Yunes ha solicitado a la PGR acelere el proceso de extradición de Karime Macías de la Gran Bretaña, donde vive en la ciudad más cara del mundo.
16 EXGOBERNADORES MÁS, EN LA MIRA
Los duartistas que andan “libres de polvo y paja” se duelen de que algunos funcionarios claves del sexenio anterior ligados a posibles ilícitos como Érick Lagos Hernández, Jorge Carvallo Delfín, Adolfo Mota y Gabriel Deantes Ramos, andan tan felices y campantes como ángeles de la pureza.
Se trata, claro, de la fama pública de que eran “uña y carne” del exgobernador y presuntos participantes en el desvío de recursos.
Unas versiones son de que ellos pactaron con Yunes Linares para quedar exonerados a cambio de información documentada para “apretar tuercas” a Duarte.
Verdad o mentira, media verdad o media mentira, Duarte ha revelado sentirse traicionado por los suyos, y en el caso, la historia demuestra que los únicos que en la vida traicionan son los amigos, pues los enemigos, ya se sabe, enemigos son, y con tantas ironías de la vida que a veces los enemigos se vuelven amigos entrañables, “a prueba de bomba”.
Por lo pronto, nadie puede regatear a Miguel Ángel Yunes padre su legítimo triunfo con la sentencia de nueve años de cárcel a Javier Duarte, el único jefe del Poder Ejecutivo que encarceló a su antecesor considerando que hay en el país dieciséis gobernadores más acusados de ilícitos y trastupijes, algunos presos (Roberto Borge Angulo, Tomás Yarrington, Eugenio Flores Hernández y Andrés Granier), pero sin sentencia.
Y por más y más que las elites priistas siempre gritonearon que se trataba de una feroz persecución, la realidad avasallante “ha caído por su propio peso”.
Antenoche quizá, Yunes habría destapado varias botellas de champagne.