Luis Velázquez/2
Veracruz.- La consultora KPMG lanzó una encuesta a 812 líderes de negocios en el país, entre grandes y medianos empresarios, y de los cuales el 55 por ciento planea, tiene listos ya algunos, para invertir este año y los próximos dos años de norte a sur y de este a oeste del país.
El resultado fue el siguiente:
El 27 por ciento del total de industriales creará y/o ampliará empresas en el estado de Querétaro.
El 24 por ciento, Guanajuato.
El 23 por ciento, Jalisco.
El 23 por ciento, Nuevo León.
El 18%, Estado de México.
El 18%, Ciudad de México.
El 13%, Aguascalientes.
Y el 12 por ciento, San Luis Potosí.
En ninguno de los primeros 8 lugares preferidos por los empresarios nacionales figura Veracruz.
Peor tantito:
Con todo y que el gobierno creó tres Zonas Económicas Especiales, ZEE, en que incluyó a Veracruz, para favorecer el desarrollo en las zonas del país con mayores rezagos sociales, y al mismo tiempo, pródigas en recursos naturales (como tanto cacarean los funcionarios públicos y los candidatos a un puesto de elección popular), Veracruz quedó fuera.
Mejor dicho, sigue fuera del paraíso.
Y eso que semanas anteriores, Veracruz fue decretado como una potencia energética mundial luego del yacimiento petrolífero en la Cuenca del Papaloapan.
Y eso que Javier Duarte festinaba su descubrimiento de que Veracruz estaba llamado a convertirse, bajo su égida, en el Houston de América Latina y en una gran potencia económica mundial, luego de que ya, ya, ya era líder del turismo de aventura en el continente y que, por cierto, tanto boletinara María Georgina Domínguez Colio, la vocera durmiendo en el penal de Pacho Viejo.
Por eso, cuando se le preguntaba al maestro y dos veces doctor en Economía, Alfonso Velázquez Trejo, las razones por las cuales Veracruz sigue llegando con más de cien años al atraso de la civilización económica, contesta con frase lacónica:
“Un gobernador ha de andar de perra flaca atrás de la inversión privada y con el visto bueno del gobierno central”.
EL GOBERNADOR, UN CABILDERO
Dice Velázquez Trejo:
A: Nunca, jamás, el jefe de un Poder Ejecutivo Estatal ha de pelear (como el panista Javier Corral, de Chihuahua) con el presidente de la república.
El desarrollo industrial de su estado depende en mucho del huésped principal de Los Pinos.
Le va bien al gobernador, va bien a su entidad federativa. Le va mal, también al estado.
B: El gobernador ha de cabildear ante el presidente de la república proyectos concretos y específicos, elaborados, de entrada, por la secretaría de Desarrollo Económico (en Veracruz, “un club de tomadores de café”), y en segundo término, por un despacho especializado.
C: El gobernador, a través de la SEDECO, ha de pulir y volver a pulir proyectos fondeados con recursos públicos.
D: Y luego enseguida, cabildear la relevancia de tales proyectos en los organismos empresariales.
E: Y más porque un mandatario local es ajeno a la gran política económica, facultad del gobierno central, para, entre otras cositas, fijar las tasas de interés, el tipo de cambio, los precios públicos, los aranceles, la política exterior y los instrumentos económicos.
F: Un gobernador podrá lamentarse, como Miguel Ángel Yunes Linares, que su antecesor, Javier Duarte, desfondó por completo la economía y las finanzas.
Y tendrá razón.
Y tendrá razón, por ejemplo, para erguir que la secretaría de Finanzas y Planeación está sin dinero para los pendientes sociales básicos y elementales.
Okey.
Pero al mismo tiempo, nadie puede descartar que los bancos tienen recursos para prestar, la única manera de seguir pa´lante.
Y para lograr el objetivo, ha de convencerse al Poder Legislativo (de por sí, sumido al Poder Ejecutivo) de autorizar el renglón crediticio necesario.
VIVIR DEL CHANGARRO
Los estados con menos desempleo en el país, dice Velázquez Trejo, son Querétaro, Guanajuato, Nuevo León, Puebla y Aguascalientes.
Algunos de ellos crecen en materia económica, por ejemplo, porque están cerca de Estados Unidos, pero al mismo tiempo, miran hacia EU para canalizar el empeño institucional.
Y en el caso de Veracruz, y para citar una referencia, cierto, hay un millón de paisanos en el país vecino como migrantes, la mayoría indocumentados, y quienes han partido acosados por el desempleo, el subempleo, los salarios de hambre, la pobreza, la miseria y la jodidez.
Bastaría recordar, además, que de los 800 mil dreamers, jóvenes hijos de padres migrantes que allá crecieron, 600 mil son mexicanos, y de los cuales, una parte considerable son originarios de Veracruz, y en donde la negligencia y la indolencia y la desidia de las secretarías General de Gobierno (encargada del área), de Desarrollo Social y Desarrollo Económico de la yunicidad, ni idea tienen del número correspondiente.
Y si los cinco estados citados líneas arriba registran el menor desempleo se debe, entre otras cositas, a que hay una política económica ocupada del asunto de manera sistemática.
En Veracruz, observa el académico de la Universidad Veracruzana, Alfonso Velázquez, las instituciones públicas han sido rebasadas, y con mucho, por la demanda laboral.
Lo peor: han pasado los últimos dieciséis meses echando pestes de Javier Duarte sin asumir su tarea histórica, cuando, caray, la mitad de la población y la otra mitad ya sabe que el duartazgo ha sido el peor sexenio en la historia local, cierto, pero más aún, en la historia nacional.
Y simple y llanamente, la población está harta de que el gabinete económico y social de la yunicidad siga “lavándose las manos”, mientras que, y por ejemplo, un dato resulta estremecedor:
Una de cada tres personas económicamente activa sobrevive de la informalidad, es decir, del changarro, la mayor parte con su puestecito de tacos, picadas y gordas con un refresco de cola, ¡vaya desperdicio de la inteligencia, el talento y la capacidad física de cada veracruzano!