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Expediente 2018: Vísceras son vísceras

El Piñero

 

Luis Velázquez

12 de mayo de 2018

 

La ebullición es el estado natural del gobernador Yunes. Volcán en permanente erupción. Vivir con la bilirrubina a mil por hora.

Y lo peor, Veracruz tiembla. Es un temblor político y social, digamos, como el movimiento estudiantil del 68 y que está por cumplir 50 años.

Y es que desde el mes de diciembre del año 2016, fecha de su ascenso al poder, muchas cosas han ocurrido.

Un gobernador que ha encarcelado a tres antecesores. Dante Delgado, Flavino Ríos Alvarado y Javier Duarte.

Y a treinta y tres duartistas en el penal de Pacho Viejo.

Impuesto a su hijo como candidato a la silla embrujada del palacio, que nunca antes en la historia del país desde 1929 con Plutarco Elías Calles, “El turco”, heredando el poder a un hijo, gobernador de Nuevo León.

Y en nombre del sexenio anterior lanzando con todo una renovación moral cuando él mismo tiene tres denuncias penales (interpuestas por Javier Duarte y sus diputados federales) en la Procuraduría General de la República, PGR.

Avasallante, es su propio secretario de Seguridad Pública y su propio Fiscal y su propio secretario de Infraestructura y Obra Pública y su propio vocero.

En 17 meses, “sin necesidad de guerras y magnicidios se han roto (en Veracruz) todos los moldes” (Jan Martínez Ahrens).

Incluso, la gubernatura es “un show en sesión continua”.

Y un show electrizante, tenso, frenético, impetuoso, con la urticaria en dimensión estelar.

Así es Yunes.

Yunes y su estilo personal de ejercer el poder.

Genes son genes y vísceras vísceras.

 

PELEADO CON TODO MUNDO

 

El gobernador Yunes está peleado con los alcaldes de MORENA en municipios claves. Coatzacoalcos, Minatitlán, Poza Rica y Xalapa. En este último, el rafagueo por la política de seguridad con su Mando Único y sus videocámaras, anexos, conexos y similares.

Pelea con el coordinador de MORENA, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, por los monederos Chedraui y su “Veracruz está contigo”.

Peleó con Javier Duarte.

Desde hace más de veinte años pelea con Fidel Herrera Beltrán.

Hizo llorara a Moisés Mansur Cisneyros, el prestanombre de Duarte.

Hizo llorar a su ex amigo, Juan Antonio Nemi Dib, cuando su policía lo trasladaba de Atlixco, Puebla, a Pacho Viejo.

Trae aturdida a la pobrecita de Karime Macías, con todo y que merecía abundancia.

Mantiene los guantes puestos con Arturo Bermúdez, el súper secretario de Seguridad Pública de Duarte, el político que más odia en su vida luego de Fidel Herrera.

Trae en la obsesión a los diputados federales, Antonio Tarek Abdalá y Alberto Silva Ramos.

Doblegó a los duartistas Vicente Benítez, Juan Manuel del Castillo, Érick Lagos, Jorge Carvallo y Adolfo Mota.

Corretea a José Nabor Nava Olguín, el último secretario de Seguridad Pública de Duarte y por el que ofrece un millón de pesos de recompensa por datos que lleven a su captura.

Pactó con Dante Delgado atrás del objetivo familiar.

Congeló la delegación federal de la SCT para Marcelo Montiel Montiel.

Electrocutó a la ex alcaldesa de Soledad de Doblado, Marta Utrera Ortega, quien soñaba con la diputación federal por el distrito de Huatusco.

 

EL SEDUCTOR

 

Doblegó a Ramón Poo como alcalde de Veracruz.

Sedujo a la rectora de la Universidad Veracruzana, Sara Ladrón, refundida al silencio después de tantas cacayas contra Javier Duarte, y no obstante que la yunicidad ni un centavo le ha pagado de la deuda ancestral.

Doblegó a elites panistas con cargos públicos y prebendas conocidas y desconocidas para todos.

Encantó a los diputados locales, que eran de MORENA, Sebastián Reyes, Eva Felícitas Cadena y Miriam Judith González Sheridan (ahora se llama July Sheris) y se fueron a su bando.

Encantó a los últimos veinte alcaldes del PRI y Morena que están ya, ya, ya en la cancha azul con su hijo, el primogénito.

Tiene abiertas denuncias penales en la Fiscalía en contra de unos quinientos ex servidores públicos y en funciones del duartismo a la fecha.

Y tiene a un número incalculable de priistas acorralados en el limbo y el bajo perfil y a los que en la cancha roja llaman los priistas de clóset.

 

SUEÑO IMPERIAL Y FARAÓNICO

 

El gobernador Yunes rompió con el concepto tradicional de la política.

La mesura, la prudencia, el diálogo para escuchar a todos con resultados sociales, jubilado en Veracruz.

Los días y noches atrapados y sin salida en una turbulencia. La suya.

El más loco tiempo huracanado.

“El Chucky” le llamaba Fidel Herrera Beltrán.

Igual que Donald Trump, “sus normas se reducen al poder y la humillación del enemigo” (Ahrens).

Todo, con un solo objetivo. La reelección a través de los hijos. Y por dos sexenios. Lo dijo su esposa: “Seré madre de dos gobernadores”.

Una realidad está clara: a estas alturas de la campaña electoral para la gubernatura es el coordinador total y absoluto de la jornada cívica de su hijo.

Y aun cuando en nombre del nepotismo le han revirado AMLO, Rocío Nahle, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, Cuitláhuac García, Américo Zúñiga y Pepe Yunes Zorrilla (ni una palabra de July Sheris), bien pudo desatarse una crisis institucional.

Pero desde cuando Pepe Mancha, presidente del CDE del PAN, soltó que el hijo mayor era “la única carta fuerte del PAN”, la yunicidad sobrevive y con buena salud y sueña con la reelección.

Si el hijo gana, el padre ganará.

Y si el hijo pierde, el padre perderá.

Y ni modo que Miguel Ángel Yunes Linares deje suelta la oportunidad de oro.

Y más, cuando la utopía está a unos cuantos pasos con los Yunes Márquez hasta el año 2024.

El sueño imperial y faraónico más intenso de un gobernador en la historia nacional.

“El turco” Plutarco Elías Calles solo tuvo fuego para nombrar a sus hijos gobernador, diputado federal y ministro de Estado.

“El turco” Yunes es un volcán erupcionando lava política en permanente combustión y si Ricardo Anaya ganara Los Pinos, estará a su lado en el gabinete legal.

El ciclón azul del Golfo de México.

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