Luis Velázquez
Veracruz.- Unas semanas antes del primero de octubre del año que corre, el titular del ORFIS en el Duartazgo, a quien sirvió en todo, Antonio Lorenzo Portilla Vázquez, envió al gobernador Yunes una copia, o el original, digamos, por respeto o decencia, una copia del dictamen sobre la Cuenta Pública del año 2017.
Y a góber azul se le prendió la casta y enfureció.
Por una sola razón:
De acuerdo con el reportero, el daño patrimonial en el primer año de la yunicidad ascendió a unos dos mil 800 millones de pesos.
Quiso, claro, Portilla ser aplicado y honesto en el informe, pero, bueno, quizá le habría faltado tacto político, visión futurista, perspectiva histórica y social, para maquillar y someter a una química contable el informe.
Entonces, de pronto, zas, recibió la respuesta.
Y la respuesta en ningún momento fue con un telefonema ni una invitación para sentarse a platicar, sino a través de las llamadas por AMLO, el presidente electo, “benditas redes sociales”, y que al mejor estilo de Donald Trump significa apretar el botón nuclear y zarandear al mundo con unos tuitazos.
El tuitazo fueron unos audios circulando en el mundo cibernético donde aparecía un hijo de Portilla Vázquez asegurando que cobraba en la secretaría de Finanzas y Planeación, y lo que bueno, era verdad, en el duartazgo, donde sus hijos (una mujer y un hombre, ambos contadores públicos y fiscalistas) eran gestores del ORFIS (en manos de su papá) y solían arreglar cuentas a los funcionarios públicos, tipo, digamos, Mauricio Audirac Murillo en sus mejores tiempos, como el químico contable, por ejemplo, de Marcelo Montiel Montiel y Alberto Silva Ramos.
Además, claro, de que era gestores, también auditores, y auditaban y arreglaban todo como buenos químicos.
Y ni hablar, luego de los audios, Portilla Vázquez y sus hijos se acalambraron.
Y el titular del Orfis habría, digamos, entendido el calambre.
EXHIBIÓ EL ORFIS A YUNES
El caso es que cuando el informe del ORFIS sobre la Cuenta Pública del año 2017 de la yunicidad apareció en la cancha política y mediática la cuenta estaba maquillada.
Y de 2 mil 800 millones de pesos bajado, reducida, achicaba, ni más ni menos, que a un daño patrimonial de trescientos 98 millones de pesos (398 m).
Claro, de igual manera, el gobernador volvió a irritarse, pues sonaba inadmisible, incongruente quizá, que si por un lado sostenía una feroz campaña de renovación moral contra los trastupijes de Javier Duarte y Karime Macías, anexos, conexos y similares del gabinete legal y ampliado, por el otro, resulta que el ORFIS lo exhibía.
El góber azul apretó tuercas, pero le faltó endurecerse a su mejor tradición y cultura y estilo personal de ejercer el poder.
Portilla aguantó vara, pero al mismo tiempo, filtró un dato escalofriante y que en el mejor de casos, será “oro molido” para el gobernador electo, Cuitláhuac García Jiménez y los 29 diputados locales electos de MORENA.
Y más, porque está claro, Cuitláhuac, Éric Patrocinio Cisneros, Amado Cruz Malpica, Manuel Huerta Ladrón de Guevara y Rocío Nahle, los guardias pretorianos de AMLO en Veracruz, actúan por órdenes superiores, además de por ellos mismos, pues “para bailar la bamba se necesita un poquito de gracias y otras cositas más”.
AMLO, APÓSTOL DEL PERDÓN, NUNCA OLVIDA
El góber quedó o está peído con Portilla Vázquez, pero más peído AMLO con Yunes.
En todo caso, al Yunes azul se le olvidó el principio universal de don Fernando Gutiérrez Barrios de que “quien traiciona una vez traiciona siempre”, aun cuando Judas, lleno de remordimientos, se ahorcó de un árbol o se tiró a un pozo artesiano de agua dado de baja en el rancho que comprara con las treinta monedas de los fariseos por entregar al hijo de Dios.
Pero AMLO, el apóstol del perdón, nunca olvida.
Nunca ha olvidado, por ejemplo, aquella frasecita célebre de que era un “Viejo guango”.
Menos, mucho menos, la estrategia política del Yunes azul para que su hijo mayor ganara la gubernatura el primero de julio de este año.
A, el cooptamiento al diputado local de MORENA, Sebastián Reyes, a quien volvió panista.
B, la emboscada a la diputada de MORENA, Eva Felícitas Cadena, y que ha merecido hasta un libro.
C, la seducción a la diputada de MORENA, Míriam Judith González Sheridan para volverse candidata a gobernador del PANAL del “Señor de las maletas voladoras”, el chileno Vicente Benítez.
D, el acoso del Fiscal Jorge Wínckler a la senadora Rocío Nahle para citarla a la Fiscalía y declarar sobre el caso de Eva Felícitas, Lady Bolsitas, y quien revelara que ella entregaba el dinero a la futura secretaría de Energía y ella, a su vez, a AMLO.
Citatorio… que fue conjurado cuando la Nahle embraveció y devolvió madrazo por madrazo y Wincker reculó.
TRAE AMLO ATRAVESADO A YUNES
Ahora, de acuerdo con las versiones y como resultaría lógico en un cambio de gobierno, el Yunes azul anda o andaría apurado con su gente tapando baches y hoyancos y cráteres.
Primero, porque los 29 diputados locales de MORENA serán jefes máximos en la LXV Legislatura y exigirán una zambullida contable en la Cuenta Pública del año 2017.
Segundo, porque ellos revisarán y dictaminarán sobre la Cuenta Pública del año 2018, la última del periodo constitucional de la yunicidad.
Tercero, porque el gobernador será Cuitláhuac García, de MORENA.
Cuarto, porque la orden superior de AMLO es revisar con lupa todo de Miguel Ángel Yunes Linares.
Quinto, porque los morenistas tendrán “el látigo en la mano” y seis años para escudriñar con lupa el bienio azul, considerando que AMLO tiene atravesado a Miguel Ángel Yunes Linares.
Muchos duartistas sacarán el sillón tlacoltapeño a la banqueta de sus casas para “mirar pasar el cadáver del enemigo” teniendo la Biblia abierta en el capítulo de que “Los carniceros de hoy serán las reses del mañana”.