Luis Velázquez
04 de mayo de 2019
Cinco meses después de MORENA gobernando Veracruz, poco a poco, la ilusión de la gente viene hacia abajo. En caída libre. Fueron muchas, demasiadas las expectativas levantadas, y así ha sido, es, el resbalón del desencanto. La generación poílitica en el poder está llena de improvisación e inmadurez en la tarea de gobernar. Y por tanto, en la soberbia y la frivolidad con la victoria electoral del primero de julio del año anterior. Igual que en su tiempo los priistas y los panistas. Jodidos, los 8 millones de habitantes, 6 de los cuales, han dicho el INEGI y el CONEVAL, en la miseria y la pobreza, el desempleo, el subempleo y los salarios de hambre, y en la baja calidad de la salud y la educación pública.
Y lo peor entre lo peor, la terrible, espantosa y creciente inseguridad con su hermanita gemela, la impunidad.
Malas noticias todos los días.
La ola de violencia, con todo y Guardia Nacional en el sur de Veracruz, fuera de control.
Cierto, cierto, cierto, los carteles ya estaban aquí cuando MORENA se posesionó en la silla embrujada del palacio, pero 5 meses después, los carteles aquí siguen, tierra fértil para ellos, y bastaría recordar que el trasfondo de la matanza de Minatitlán con 13 asesinados en dos minutos se debió a que el dueño de un bar en el pueblo primero vendió droga para un cartel y luego para otro y la venganza se antepuso.
Y entonces, un cartel buscó al dueño del bar, un transgénero, ubicado en la fiesta familiar de Minatitlán y sobrevino la masacre.
La vida, igual o peor que nunca, prendida con alfileres.
Nadie está seguro. Nadie puede gritar que la libró porque la muerte acecha a la vuelta de la esquina.
EL DESENCANTO CON MORENA
Cinco meses después, el desencanto. Las familias, desencantadas. Las personas, desencantadas. La población, desencantada.
El desencanto (y discúlpese la repetición del concepto) es más grande y trasciende la defensa apasionada de “Los siervos de la nación”, los chairos y la elite gobernante en turno en el palacio de Xalapa, ocupando la silla embrujada a la que según Eufemio Zapata, el hermano menor de Emiliano, había de prenderse fuego porque a todos, sin excepción, enloquece, a unos más.
En el caso de Veracruz, los mismos males de la caja priista de Pandora, encarnados en MORENA.
Uno, el nepotismo. Dos, el amiguismo y el cuatismo. Tres, el tráfico de influencias. Cuatro, el conflicto de intereses. Cinco, la soberbia. Sexto, el desdén y el menosprecio. Siete, una elite que se cree parida por los dioses.
Y todavía, de ñapa, el presidente de la república lanzando vivas al gobernador y por partida doble y levantándole la mano como su héroe patrico y asegurando que es honesto, limpio y transparente…, “la mesa que más aplauda, la mesa que más aplauda”.
Y es que, lo descubrió el modesto y sencillo campesino morelense de Eufemio Zapata, la silla del palacio es peor que la silla de montar de un caballo cerrero, pues apenas se sienta el jinete se marea, pierde la noción de la realidad, sus neurona y corazón se revuelcan en la petulancia, dueños del destino social que llegan a considerarse y a quienes, por añadidura, se les ha de rendir tributo y sumisión.
Por eso el desencanto, pues mientras cada vez más el mayor número de familias lloran a un pariente secuestrado, desaparecido y asesinado, la vida loca de MORENA en Veracruz celebra el festival de la salsa en Boca del Río, a la que el góber declara “la capital mundial de la salsa”.
MUNDO COLOR DE ROSA
En 5 meses, ninguna obra pública. Ni siquiera, vaya, en proceso. Y la locura y el frenesí cuando festinaron la inauguración de unas callecitas mamonas reencarpetadas.
Y lo peor, en tanto el dinerito federal fluye y también el pago de los impuestos locales, pareciera, digamos, que se está repitiendo la jugada económica de otros tiempos, por ejemplo, Agustín Acosta Lagunes, cuando durante los dos primeros años de aquel sexenio los recursos públicos fueron puestos a sudar en el mundo bursátil estrangulando las finanzas de los presidentes municipales.
Y más por lo siguiente:
Además de que ningún empleo ha sido creado, muchos empresarios están migrando de sus pueblos y cerrando negocios, hartos de la inseguridad.
Y además de que la población sigue teniendo salarios de hambre con un creciente desempleo y subempleo, estar viviendo todos los días en el infierno de los carteles.
Y en el discurso oficial creando y recreando mundos color de rosa en los que simple y llanamente, nadie cree.
Por el contrario, sirven para que la población se pitorree de los ilusos en el palacio de Xalapa quienes continúan mostrándose como los enviados de Dios, los iluminados, los mesías que llegaron para redimir a la gente de la corrupción histórica y legendaria de priistas, panistas y perredistas.
Incluso, con todo y los famosos programitas sociales que en vez de enseñar a pescar simplemente regalan el pescado del subsidio, la respuesta de la población se conocerá en el año 2021 con la elección de presidentes municipales y diputados locales y federales y para entonces, será demasiado tarde.
Lo mismito pasó a Javier Duarte y Miguel Ángel Yunes Linares.