Luis Velázquez
14 de septiembre de 2019
A tono con la canción de “si Benito Juárez no hubiera muerto… todavía sería presidente”, entre más se empequeñece solito, quizá limitado, Cuitláhuac García, más se agiganta el recuerdo de algunos ex gobernadores.
Por ejemplo:
La dimensión de Estadista de Fernando Gutiérrez Barrios, quien en 40 días pacificó Veracruz y la seguridad fue restablecida y se respiraron aires de paz y confort ya sin “La Sonora Santanera” precursora de los carteles y cartelitos de hoy.
La estatura política de Dante Delgado Rannauro, quien trepado en la Solidaridad de Carlos Salinas, logró la más ambiciosa política de servicios públicos en todos los municipios, poblados, comunidades y rancherías, como nunca nadie antes ni después.
La proeza económica de Patricio Chirinos Calero, quien con todo y permanecer el sexenio en Los Pinos como asesor de Carlos Salinas (Porfirio Muñoz Ledo le llamó “La ardilla”) dejó en SEFIPLAN un aproximado de 40 mil millones de pesos para Gutiérrez Barrios según asegura el priista Mario Tejeda Tejeda.
La gran habilidad política de Fidel Herrera Beltrán, quien con todo y su “plenitud en el pinche poder”, dejó felices a todos, o en todo caso, a la mayoría, además de una obra pública inusitada, pero más aún, con todos los bemoles, un pacto con los carteles, de tal forma que nunca se llegó al infierno como con Javier Duarte.
Y más allá de “La Sonora Matancera”, su peor error descomunal, Agustín Acosta Lagunes con la obra pública impresionante en puentes, caminos y carreteras, y los que a diferencia del fidelato, nunca se cayeron al primer huracán de paso en la tierra jarocha.
La gran leyenda política con que Fernando López Arias llegó a la gubernatura con su pasado histórico como Procurador General de la República y la Senaduría, orador incendiario de fuego y con fuego, como aquel agarrón en la Sala de Cabildos del Ayuntamiento de Veracruz con el mítico periodista, José Pagés Llergo, director general del semanario Siempre!, al fungir como presidente de una generación de la Facultad de Periodismo de la U.V.
Bajito de estatura, gigante en la mirada y la prospectiva, electrizaba y paralizaba a todos, igual, igualito, digamos, que Gutiérrez Barrios, El Quijote de la vida pública.
Los dos Fernando, los dos priistas, los dos conocedores de la naturaleza humana, los dos enfrentando los graves problemas sociales del país (los ferrocarrileros, los médicos, la guerra sucia, los pintores iconoclastas, Lucio Cabañas, Genaro Vázquez, Lecumberri, etcétera) desparramaron su experiencia política en Veracruz.
Grandes entre los grandes. Tiempos heroicos para Veracruz. Ninguno de ellos jamás alcanzado, nunca rebasado.
Ellos, gigantes. Cuitláhuac, el pequeñito.
GIGANTES DE VERACRUZ
Gigantes también el siglo antepasado. Incluso, desde el primer gobernador de Veracruz. Guadalupe Victoria, a su vez, el primer presidente de la república.
Antonio López de Santana, tres veces gobernador y once veces presidente de la república, así hayan sido algunos periodos cortos y limitados.
Miguel Alemán Valdés y Adolfo Ruiz Cortines. De gobernadores, a secretarios de Estado y a jefes del Poder Ejecutivo Federal.
Figuras ascendentes que desde Veracruz crecieron y se multiplicaron, incluyendo, claro, a don Jesús Reyes Heroles, Heriberto Jara y Manuel Maples Arce.
Por el palacio de gobierno de Xalapa pasaron y dejaron constancia y testimonio de su grandeza política y social.
Y desde aquí, volaron a las grandes ligas. Y honraron a Veracruz.
Y más allá de los resbalones políticos, sociales, económicos, morales, de cada uno, trascendieron en el tiempo y el espacio y todos entraron a la historia local, y otros, ganaron la gloria y la inmortalidad.
Juan Maldonado Pereda, 4 veces diputado federal, lo decía así:
“No es el puesto el que hace al hombre, sino el hombre al puesto”.
Nueve meses y 14 días después, Cuitláhuac, Veracruz mejor dicho, sigue pagando el precio del aprendizaje político de la primera generación de la izquierda en la silla embrujada del palacio, aquella, se recuerda por millonésima vez, que enloquece a todos, a unos más y a otros menos, como decía Eufemio Zapata, el hermano menor de Emiliano, y por lo que, aconsejaba, debía quemarse… para acabar con tantas tentaciones y deslices.
UN POLÍTICO REDUCIDO A LA NADA
No basta, entonces, que el presidente de la república te vitoree y levante la mano y gritonee a los cuatro vientos que eres honesto, honesto, honesto.
Tampoco que en 9 meses lleve diez giritas en Veracruz, consciente y seguro de que ha de levantarse la expectativa electoral para MORENA de cara a la elección de alcaldes y diputados locales y federales en el año 2021, porque su hombre en Xalapa está rebasado.
Bien lo dice el himno jarocho:
“Para bailar La Bamba se necesita un poquito de gracia y otras cositas”.
Y si se trata de bailar salsa, todavía peor.
Por eso, quizá, bien podría la dinastía política de MORENA en Veracruz documentar su vida pública leyendo y releyendo las biografías de algunos exgobernadores, historia pura local, para reinventarse, porque simple y llanamente, la silla les quedó demasiado grande y trepados en un caballo brioso y bragado (mil 400 muertos, secuestros, desapariciones, feminicidios, infanticidios, fosas clandestinas, impunidad, desempleo, subempleo y salarios de hambre, baja calidad educativa, peor calidad de salud pública, más peor impunidad), la izquierda en el palacio de Xalapa sigue resbalando.
Podrán oficiar misa concelebrada el gabinete legal y ampliado de Cuitláhuac, Cuitláhuac como el santo patrono.
Podrán merecer las 8 columnas de los titulares mediáticos glorificando alguna simple y burda declaración.
Podrán vender esperanzas, jamás cumplidas.
Podrán jurar y perjurar que pronto, antes de que el gallito cante 3 veces, Veracruz será de nuevo el paraíso terrenal.
Pero los hechos mandan. Y de acuerdo con el INEGI y el CONEVAL, 6 de los 8 millones de habitantes de Veracruz están en la miseria y la pobreza.
Y así se oficie misa, tal es la realidad, y en donde, lo peor, medio millón de habitantes solo hacen dos comidas al día y mal comidas de tan jodidos que están.
Y medio millón de habitantes son analfabetas.
Y un millón de paisanos son migrantes sin papeles en Estados Unidos.
Y Veracruz sigue ocupando el primer lugar nacional en la producción y exportación de trabajadoras sexuales que han de vender su cuerpo para llevar el itacate y la torta a casa.
Cuitláhuac no puede. Está rebasado. Su inteligencia y talento inventando un misil en Alemania para su posgrado, reducidos a la nada. Y si algún fan dice que es un político leal, ¡vaya consuelo verdulero!