Luis Velázquez
Veracruz.- La policía de Cuitláhuac García Jiménez ya alcanzó dimensión mundial. Y fue con dos hechos concretos y específicos. Uno, el atropello de los policías de Hugo Gutiérrez Maldonado, el secretario de Seguridad Pública, en contra de 7 ciudadanos de Estados Unidos, y mexicanos, detenido, golpeados, acusados de posesión ilegítima de armas de uso exclusivo del Ejército y que fue, lo peor entre lo peor, un fotomontaje.
Incluso, la Embajada de Estados Unidos debió intervenir. Y por eso, los dejaron en libertad.
Primer gran, terrible, espantoso, agravio en el tiempo de AMLO, presidente.
Por menos, Donald Trump estallaría.
El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón, soñando en la candidatura presidencial del año 2024, en la picota diplomática para atemperar los ánimos políticos en el país vecino.
Fue en Actopan. Y el agravio cometido por los policías estatales y la Fuerza Civil, a la que tanto aclamara Javier Duarte cuando la fundara. Lo mejor de lo mejor, dijo. Casi casi al nivel de la Gendarmería Civil que anda formando el presidente de la república.
El mes de diciembre y los días que corren cerraron con 136 muertos, de los cuales, diecinueve feminicidios.
Ahora, de pilón, jugando a las 5 estrellas, el atropello de la policía de Veracruz a siete norteamericanos, todos, con apellidos aztecas, pero nacionalizados en EU, la nación más poderosa del planeta.
Y con un Trump cachando el mínimo agravio para armar escándalo.
En tanto, el secretario de Seguridad Pública, venido de Nuevo León, diciendo a la mitad de la población y a la otra mitad que “vamos a arreglar la situación porque Veracruz no se merece esto. La gente ha sufrido mucho con el crimen organizado y vengo a ayudar a que todos recuperen la paz”.
La paz del tolete y la macana que ahora han vivido como una pesadilla siete ciudadanos de Estados Unidos, migrantes mexicanos.
¡Pobrecito Éric Patrocinio Cisneros, diciendo que hay policías malos por culpa de Miguel Ángel Yunes Linares y Javier Duarte! ¡Sus neuronas en cortocircuito!
NARCOPOLICÍAS Y NARCOREPORTEROS
Nada, sin embargo, puede esperarse en un Veracruz huracanado y turbulento cuando, y por ejemplo, la policía se lanza contra unos norteamericanos, les hace un fotomontaje y le siembra armas, y hasta la Embajada, gracias “a las benditas redes sociales” (¡Oh, AMLO, te queremos!), ha de intervenir, pues de lo contrario, sabría el chamán el destino de todos ellos.
Y más, cuando se leen y releen las declaraciones del secretario Hugo Gutiérrez a Notiver publicadas el miércoles 2 de enero.
Por ejemplo, “oro molido” como dijo aquel:
“Así como existen policías malos, probablemente hay periodistas malos que podrían estar al servicio de, o, coaccionados por la delincuencia organizada, y eso preocupa porque estarían distorsionando información a sueldo.
Yo pienso que a veces la delincuencia organizada puede estar presionando o puede estar diciéndole algo a algún periodista que me pregunte o que eche y más cuando venimos con las intenciones de atacarlos de frente.
Entonces, en esa situación yo les mencioné que los iba a atacar de frente y ningún periodista sacó la nota esa. Entonces, eso sí me sorprende”.
De entrada, el titular de la SSP sembrando la duda, la sospecha y la suspicacia en contra del gremio reporteril y mediático, se ignora si también incluyendo a los magnates de la prensa escrita, hablada y digital.
Y lo peor, repitiendo casi casi “al pie de la letra” el mismito discurso de Javier Duarte, condenado a 9 años de prisión en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México, cuando, y por ejemplo, empezaron a matar a uno y a otro y a otro reportero en su sexenio hasta llegar a diecinueve, más tres desaparecidos.
Entonces, “y para lavarse las manos”, Duarte aseguró, igual que Miguel Ángel Yunes Linares con sus 5 reporteros ejecutados en dos años, que varios de ellos, muchos, la mayoría estaban ligados a los carteles, sin que nunca, jamás, jamás, jamás, lo demostrarán con pruebas irrefutables.
Por el contrario, están probadas, hasta por la DEA, las ligas de varios ex gobernadores del país, como por ejemplo, de Tamaulipas y Quintana Roo, con los malandros, y con ellos, sus jefes y comandantes policiacos y policías.
Bastaría referir que Yunes Linares encarceló a 68 policías en el penal de Pacho Viejo, acusados de desaparición forzada y que a luz del derecho universal significa la alianza sórdida y siniestra de políticos, jefes policiacos, policías y la delincuencia organizada y común.
A primera vista, el titular de la SSP tuvo resbalón inusitado filtrando, asegurando, enunciando “la probable existencia de periodistas malos”… al servicio de la delincuencia organizada.
EL REGRESO DE LOS “¡PINCHES PERIODISTAS!”
En contraparte, ¡vaya paradoja indicativa y significativa, acaso chanfle fifí y salsero!, el gobernador tiene proyectado levantar un Memorial de Reporteros Asesinados en el duartazgo y la yunicidad y que, acaso, construiría en el Parque Lerdo de Xalapa, y al que, según las versiones, cambiaría de nombre para llamarse Parque Regina Martínez, la corresponsal de Proceso asesinada el 28 de abril del año 2012, sin a la fecha ningún detenido, pues el único que estaba fue liberado por falta de pruebas, háganos favor.
Además, si el Memorial es levantado (el Solecito también sueña con un Memorial con tantos desaparecidos en los últimos 8 años), entonces, ninguna duda habría de que sería una mezcolanza donde trabajadores de la información de todo tipo, con fama revolcada, bajo sospecha y suspicacia, serían mezclados y entremezclados, confundiendo a la población.
Pero, bueno, luego de que el titular regio de la SSP inculpa a la prensa de su fama de policía con pistola al cincho en una escuela en Coatzacoalcos, y de paso, declarara que hay en Veracruz, digamos, reporteros narcos, la política de Comunicación Social de la Cuitlamanía ha quedado expresa por completo.
Casi casi como cuando Arturo Bermúdez Zurita, el secretario de Seguridad Pública de Javier Duarte, exclamara en una comparecencia en el Palacio Legislativo su frase bíblica de “¡Pinches periodistas”, y cuando advirtiera a un fotoperiodista que su lugar era la cárcel por tomar las gráficas de unos guardias comunitarios en los Llanos de Sotavento.
Creíamos que Arturo Bermúdez era el último dinosaurio del México bronco, tipo Rubén Figueroa Figueroa, pero, caray, y como decía Octavio Paz, la vida y la historia son una caja de sorpresas…
