Luis Velázquez
13 de agosto de 2019
La siguiente antología del terror y el horror describe a Javier Duarte y Miguel Ángel Yunes Linares.
Uno. Colinas de Santa Fe, la fosa clandestina más grande, no de Veracruz, tampoco del país, sino de América Latina: más de 300 personas enterradas.
Dos. Fosas clandestinas en El Arbolillo, Alvarado, y el predio La Guapota, Úrsulo Galván: más de setecientas personas asesinadas y sepultadas.
Tres. Más fosas clandestinas en El Arbolillo, Alvarado: 248 cadáveres.
Cuatro. Servicio Médico Forense: más de 500 cuerpos almacenados con la categoría NI (No Identificado).
Cinco. Reporte del Solecito de la maestra Lucy Díaz Genao, la distancia marcada siempre, siempre, siempre, de Duarte y Yunes: mil 600 carpetas de desaparecidos.
Seis. Reporte del Solecito: en el periodo 2016/2018, el bienio azul, el Fiscal Jorge Wínckler al frente;: alrededor de cuatrocientos desaparecidos. (Proceso 2232, Noé Zavaleta, reportaje, “Colinas de Santa Fe, el holocausto veracruzano”)
Así, y para redondear la política “humanitaria” de Duarte y Yunes, en la cancha pública manejan el siguiente dato estremecedor:
Los policías estatales del secretario de Seguridad Pública, el regio Hugo Gutiérrez Maldonado, la lumbrera de Nuevo León, están involucrados en la desaparición de un par de jóvenes extraídos de su casa en Mariano Escobedo.
Uno. Irving Reyes Martínez, de 22 años.
Dos. Brian Reyes Martínez, de 26 años.
Los restos del par de hermanos, entre las quince bolsas con restos humanos tirados en bolsas negras en Maltrata.
Días después, más restos humanos arrojados en bolsas en Vega de Alatorre.
El góber, sin embargo, “en su mundo color de rosa”.
La criminalidad, dijo, va a la baja. “Y estamos contentos, muy contentos”, porque “los tiempos bonitos, muy bonitos, los más bonitos, abuelita amada, ya llegaron”.
EXTERMINIO Y GENOCIDIO
Para las elites eclesiásticas y evangélicas, desde hace rato, Dios, su dios, borró a Veracruz de su buen karma y de sus bendiciones de cada día.
Por ejemplo:
Nada más aterrador en la vida de una familia cuando un hijo es plagiado y desaparecido y nunca, jamás, jamás, jamás, regresa a casa…, por más y más su intensa y frenética búsqueda.
Y todavía de ñapa, el pitorreo, la burla, el desdén y el menosprecio a los Colectivos integrados con padres con hijos tan desaparecidos, tan característico del Fiscal Jorge, “el oaxaqueño chaparrito” le llama Javier Duarte; el inepto, el corrupto, el haragán le dice el secretario General de Gobierno, Erick Patrocinio Cisneros Burgos.
Incluso, al grado de la más siniestra y sórdida práctica malsana de dividir a los Colectivos.
Antes, en la yunicidad, unos Colectivos con Yunes Linares, y otros, contra Yunes.
Ahora, unos con el góber de AMLO y MORENA en Veracruz, y otros con el Fiscal.
Y mientras, los meses y los años caminando con reducidas y limitadas esperanzas de los Colectivos para encontrar a sus hijos, vivos o muertos, entre otras cositas, para darles cristiana sepultura.
Nunca antes en Veracruz el peor exterminio y genocidio de personas, tipo José Stalin en Rusia, tipo Benito Mussolini en Italia, tipo Adolf Hitler en Alemania, tipo Augusto Pinochet en Chile, tipo Jorge Videla en Argentina, tipo Daniel Ortega en Nicaragua, tipo los hermanos Fidel y Raúl Castro en Cuba, tipo Manuel Parra, el jefe máximo de “La mano negra”, en el Veracruz de los años 40 del siglo pasado cuando la enconada lucha agraria con los latifundistas apoyados por el gobierno estatal dejara cuarenta mil campesinos y líderes asesinados.
Veracruz, en los peores capítulos sombríos en la historia de la humanidad.
HERMANOS SECUESTRADOS Y CERCENADOS
El 5 de agosto del año en curso, los hermanos Irving y Brian Reyes Martínez fueron secuestrados en su domicilio en Mariano Escobedo, el pueblo donde una mañana al despertar el presidente municipal, camino al palacio, descubrió un montón de cartulinas y lonas colgando de las casas y de los árboles advirtiéndole que malandro detenido… sería linchado en automático, reproduciendo acaso la misma filosofía social de Soledad Atzompa, donde los vecinos detuvieron, lincharon y quemaron vivos a 6 malosos, presuntos secuestradores de maestros.
Entonces, sus padres interpusieron la denuncia. Pero para entonces, los hermanos habían sido torturados y asesinados, todo indica, por elementos policiacos de la secretaría de Seguridad Pública.
Luego, cercenados y colocados en bolsas negras con otros cuerpos y tirados el jueves 15 (diez días después) en un paraje de Maltrata.
Pifia de la secretaría de Seguridad Pública del gobierno de MORENA en Veracruz:
Según ellos, ninguno de los cuerpos destazados y arrumbados en las bolsas negras eran de Veracruz. Incluso, ubicaron su procedencia en Puebla.
Pero en las bolsas estaban los restos de los hermanos de Mariano Escobedo.
Otros dos pedacitos cercenados correspondían a un padre y a su hijo, originarios de Río Blanco. Clemente M. M., de 61 años, y Jonathan M. D., de 28. Clemente, el padre, ex policía.
Así, igual, igualito a los peores días y noches del duartazgo, primero, con Hugo Gutiérrez Maldonado, negar lo innegable.
Después, satanizar a los muertos.
Y de pronto, ¡zas!, la terrible y amarga verdad.
Ninguna diferencia, entonces, entre el pasado duartista y el presente morenista.
DIOS BORRÓ A VERACRUZ DE SU LISTA
En medio de los restos embolsados de Maltrata, los hermanos fueron identificados por sus tatuajes.
Uno, el tatuaje de “La Santa Muerte”. Y el otro, el tatuaje del diablo.
De ser así, estamos ante el primer caso de desaparición forzada en la era MORENA en el palacio de Xalapa. El delito de lesa humanidad. Los policías, aliados con los carteles y cartelitos, los malosos y los malandros, los sicarios y los pistoleros, para desaparecer personas.
Caray, un policía de Mixtla de Altamirano (la SSP trascendió como ex policía, ajá), presunto asesino de la presidenta municipal, y de pronto, ¡zas!, se suicidó con su pistola.
Por eso, ninguna duda, Dios ya borró a Veracruz de su lista favorita de privilegiados en el mundo.