Luis Velázquez
Veracruz.- En vez de que el gobernador esté disfrutando las mieles del poder, todo indica, a menos que todo se le resbale, cincuentón y soltero, que cada día es un camino al Gólgota.
Por ejemplo: casi un semestre después, y como desde un principio, quedó entre la espada y la espada. Fracturado por todos lados. De entrada, además de que los carteles siguen adueñados de la agenda pública, por un gabinete legal impuesto.
Tanto que en algunos casos aplicó la misma estrategia de Javier Duarte y Fidel Herrera Beltrán de nombrar contrapesos de poder con más, mucha más fuerza, digamos, política, de los titulares, para frenar a los otros.
En la cancha política hay la versión, entre otras cositas, que sus brazos y piernas le fueron cercenadas.
Los secretarios General de Gobierno, de Salud y Turismo fueron nombrados por la secretaría de Energía, la zacatecana avecindada en Veracruz, Norma Rocío Nahle García, efímera senadora de la república y diputada federal.
El secretario de Finanzas y Planeación llegó al cargo vía el jarocho Emilio Barriga, amigo y compañero de trabajo de Carlos Urzúa, el titular de las Finanzas con AMLO como jefe de Gobierno en la Ciudad de México y secretario de Hacienda y Crédito Público, ungido como el segundo de abordo en la Auditoría Superior de la Federación.
La directora del DIF, tan cuestionada, llegó al cargo vía el ex panista, ahora morenista, Oscar Lara, ex diputado local y a cargo del World Trade Center de Boca del Río, aun cuando otros la acreditan al visto bueno del diputado federal y constructor, Ricardo Exsome Zapata.
El secretario de Seguridad Pública vino de Monterrey, Nuevo León, donde un empresario y político de apellido Treviño le habría abierto la puerta.
El secretario de Desarrollo Económico es parcela de poder del senador, ex priista Ricardo Ahued Bardahuil, quien luego de la presidencia municipal de Xalapa y la diputación local y federal, renunció al PRI porque le negaron la candidatura senatorial y en MORENA le fue tan bien que, primero, la curul, y luego, la SEDECO, y ahora, en un par de ocasiones, la versión de que está llamado a mudar en el gobernador sustituto cuando el titular sea llamado al gabinete federal.
Así, el góber quedó con algunos puestos claves, entre otros, la secretaría de Educación con su amigo stripero y la secretaría de Infraestructura y Obra Pública, concesionada a uno de sus amigos, hijo de un ex alcalde alemanista en Poza Rica y dueño de un hotel de 5 estrellas.
Su margen de maniobra política quedó limitado, reducido.
Un día, en la campaña presidencial, Miguel de la Madrid envió a Manuel Bartlett Díaz como secretario General del CEN del PRI, Javier García Paniagua presidente.
Entonces, el hijo del ex secretario de la Defensa Nacional renunció al partido tricolor y habló a De la Madrid por teléfono y le dijo:
“Quédate con todo”.
ABAJO LA MERITOCRACIA
El reparto del gabinete demostró, además, que en la política “nunca llega al poder el más capaz, sino el que más conviene” a los intereses cupulares.
Incluso, comprobado quedó que los méritos, la honestidad, la lealtad probada, la eficiencia y la eficacia, y los años de servicio en la causa valen para un cacahuate, pues por encima de todo está la fuerza política de los grupos, las tribus y las hordas.
Fuera de toda duda, por ejemplo, los méritos singulares, extraordinarios, de la senadora Gloria Sánchez y del súper delegado federal, Manuel Huerta Ladrón de Guevara y del diputado local, Amado de Jesús Cruz Malpica.
Incluso, los tres con más biografía pública del poder en todo y con todo para desempeñarse como gobernadores.
Asombra, por ejemplo, que “en menos de lo que canta un gallo”, Rocío Nahle fue diputada federal, senadora y secretaría de Energía y, de ñapa, le concedieran tres secretarías del gabinete legal del gobierno de Veracruz, además de estar manejando a los alcaldes de Coatzacoalcos, Minatitlán, Nanchital y Poza Rica según publicara el diario digital, Eje Central.
Es decir, como un huracán avasalló con Gloria Sánchez, Manuel Huerta y Amado Cruz.
Asombra que el antiguo vendedor de automóviles en el sur de Veracruz, Javier Gómez Cazarín, fue impuesto como presidente de la Junta de Coordinación Política de la LXV Legislatura por encima de Amado Cruz.
Y que Zenyazen Escobar, el stripero de todos los tiempos, sin autoridad moral ni política, fue impuesto como secretario de Educación por encima de Gloria Sánchez, con méritos desde la Escuela Normal.
Incluso, difícil de entender, a menos que por la vía del financiamiento, que Ricardo Exsome y Ricardo Ahued fueran concesionados con la dirección estatal del DIF y la SEDECO.
Pero ni hablar, la fuerza de Nahle García se impuso y ahora sueña con el 2024, sin ningún contrapeso enfrente.
Incluso, con un gobernador doblado y doblegado.
Y más, porque el sexenio es de Cuitláhuac García y Cuitláhuac será quien rinda cuentas de su nombre, su crédito, su prestigio, su tiempo sexenal.
CUITLÁHUAC HA DE RESCATAR SU NOMBRE
El gobierno de Veracruz pareciera un barco donde cada marinero “lleva agua a su molino”.
Incluso, parece “un costal de perros y gatos rabiosos” en la primavera ardiente.
Cada parte manipulando a su gabinete, a sus diputados locales y federales, a sus líderes, a sus colonias proletarias y a sus medios, en tanto el destino social al traste.
En el casi primer semestre, ninguna obra pública, la sospecha de que el erario estaría sudando por ahí, y un vacío de poder ocupado, claro, por los carteles.
Y para festín de unos, las renuncias del Comisionado de la Búsqueda de Desaparecidos y de la directora del Instituto de las Mujeres que por presiones del secretario General de Gobierno.
Las elites, soñando con el 2024, igual, igualito que en el priismo cuando la sucesión comenzaba el mismo día del ascenso al poder.
Y aun cuando en la lógica del poder, el más cercano a AMLO puede ser el más lejano y el más lejano el más cercano al corazón presidencial, pareciera que de todos, la secretaria de Energía está en el tuétano de AMLO, pero como el camino al Gólgota es largo, lleno de cardos, y el Gólgota es peor, ya se verá el desenlace.
La política como la ruleta rusa.
Grupos cerrados donde nadie entra, y si entran, entran los menos.
El reparto de parcelas en Cuitlalandia expresó que el poder político se comparte así seas el gobernador y nunca llega a tenerse el poder total y absoluto.
Y en el juego, los más importantes son los operadores electorales, los cabilderos políticos, los expertos en el póker político.
Los juegos del poder, donde hay un gobierno visible, pero también un gobierno invisible que opera en las sombras y que rara vez, acaso, es descrito en los medios.
Por eso, la duda y la suspicacia queda con la pregunta de si Cuitláhuac es el gobernador se ha abstenido de lanzar una ofensiva aguerrida, un manotazo, para rescatar su nombre y prestigio.