Luis Velázquez
Veracruz.- En el PRI, las tribus y las hordas, de espaldas a la militancia, buscan la presidencia del CDE. Pero como perros y gatos en la pelea hay un trío de tendencias:
Una, el PRI de Cuitlalandia. Dos, el PRI de Miguel Ángel Yunes Linares. Y tres, el PRI de los priistas.
PRI de Cuitlalandia:
Si Javier Duarte y Fidel Herrera Beltrán tuvieron un PAN y PRD rojo, rojo duartiano y rojo fidelista, entonces, el gobernador de MORENA también podría, digamos, tener su PRI guinda, su PRI morado.
Y de ser así, un vaso comunicante es o sería el diputado federal, Héctor Yunes Landa, de quien se afirma es un cabildero de Cuitlalandia, digamos, desde aquel día cuando luego de un bloqueo para subir al templete de AMLO en Xalapa llegara solito al palacio de Xalapa para ponerse a las órdenes del gobernador en turno, pues, de acuerdo con la cultura tricolor, está prohibido pelearse con el jefe del Poder Ejecutivo local o federal.
El PRI de Yunes que sería…está, digamos, más fuerte que nunca.
El Yunes azul, por ejemplo, se adueñó del CDE del PAN con Pepe Mancha impuesto por segunda ocasión con todo y estar impugnado por su adversario y enemigo, Joaquín Guzmán Avilés.
También, por añadidura, se apropió del PRD desde el momento en que Rogelio Franco Castán haya quedado seducido y embrujado.
Ahora, va por el PRI.
Y más, porque con el juicio político al Fiscal, ya trae en su cancha al diputado local del PES, antiguo aliado, Gonzalo Guízar Valladares, y quien muchos favores debe a Yunes Linares desde cuando, y por ejemplo, fue diputado federal y estuviera a punto de perder la curul por su credencial de elector con sede en Xalapa en vez de Coatzacoalcos.
Y en su cancha, los siguientes priistas son sus caballos de Troya…
CABALLITOS DE TROYA DE YUNES
A: Juan Carlos Molina Palacios, el diputado, ajá, de los campesinos, quien durante la campaña electoral a gobernador el año pasado llegó al desparpajo de despachar en el búnker de Miguel Ángel Yunes Márquez.
B: Marlon Ramírez, regidor en el Ayuntamiento porteño, al servicio del alcalde Fernando Yunes Márquez.
C: Alejandro Montano Guzmán, ex diputado federal y ex delegado federal de la secretaría de Gobernación, tiempo de Miguel Ángel Osorio Chong, y tiempo cuando tuviera una rara y extraña armonía con Yunes Linares, el gobernador.
Y D: La diputada federal, Anilú Ingram Vallines, tan evidenciada en el Congreso federal cuando una homóloga la denunciara como cabeza visible de una mafia en el poder peñista en Veracruz con los programas sociales, con todo y el blindaje del senador Miguel Ángel Osorio Chong, su gurú y tlatoani.
El cuarteto, aseguran en la cancha priista, al servicio de Yunes Linares para adueñarse del CDE del PRI, camino a la candidatura de alguno de sus dos hijos a la gubernatura en el año 2024.
La cabeza visible del cuarteto para la presidencia del CDE del PRI es Marlon Ramírez.
Y más, porque desde la elección municipal en el año 2017, Marlon Ramírez, Anilú Ingram y Ramón Poo se tendieron al piso de la yunicidad para que Fernando Yunes arrasara en las urnas.
Incluso, la versión de que el vaso comunicante entre Marlon y Fernando Yunes fue Mariano Acosta, el medio hermano del ex panista y ex diputado federal y ex socio del senador Julen Rementería, Rafael Acosta Croda, además, claro, de que fue uno de los principales contratistas de Javier Duarte y Fidel Herrera Beltrán.
Pero más aún, en el carril priista juran que Mariano Acosta es hasta prestanombre del duartista Jorge Alejandro Carvallo Delfín, otro de los intocados e intocables en la yunicidad.
EL PRI DE PRIISTAS
En el redil priista hay algunos militantes apostando a crear y recrear una presidencia del CDE con priistas.
Entre ellos, los siguientes:
Uno. Silvia Domínguez, la ex senadora suplente de Héctor Yunes Landa, secretaria de Estado en el Fidelato.
Dos. Adolfo Ramírez Arana, ex presidente municipal y diputado local de Paso de Ovejas.
Tres. Guadalupe Porras, ex alcaldesa de Minatitlán y ex diputada local por el distrito.
Cuatro. Zayda Lladó, presidenta de la Fundación Colosio, ex diputada federal y ex secretaria General del CDE del PRI en tiempo del ex priista Miguel Ángel Yunes Linares.
Cinco. Raúl Díaz Diez, ex líder priista jarocho.
Y seis. Damara Gómez Morales, regidora priista en el Ayuntamiento de Minatitlán, con el sello de Elizabeth Morales, ex alcaldesa y ex diputada federal.
UN PRI, DERECHITO A LA TUMBA TOTAL
La elección del presidente del CDE del PRI depende, claro, de factores internos y externos.
Internos: los estatutos hablan de que la elección ha de aplicarse en base a una consulta a la base, asamblea de delegados y/o un consejo político y lo que, todo indica, el trío de opciones será descabezado para dar paso al famoso dedazo.
Los factores internos giran alrededor de dos ejes:
El primero, la elección del presidente del CEN del PRI y que por ahora disputan el candidato de Claudia Ruiz Massieu (Carlos Salinas) y Miguel Ángel Osorio Chong (uña y carne de Yunes Linares), a saber, el diputado federal, René Juárez, ex gobernador de Guerrero.
El candidato de los gobernadores priistas y en donde lleva la delantera el góber de Campeche, Alejandro Moreno.
Y los candidatos, digamos, independientes, Ivonne Ortega y Ulises Ruiz.
Y el segundo, el secretario General del CEN del PRI, Arturo Zamora, quien nombrara a delegado en Veracruz para la sucesión del CDE, Hugo Contreras, tres veces secretario de Organización del CDE en Jalisco y ex presidente del partido y ex diputado federal.
Arturo Zamora tiene a su lado como operador político a Alfredo Ferrari Saavedra, ex presidente del CDE del PRI en Veracruz y ex secretario de Desarrollo Social de Javier Duarte.
Y Alfredo Ferrari está vinculado a Jorge Alejandro Carvallo Delfín y Marlon Ramírez.
Además, claro, de que Arturo Zamora también es amigo de Érick Lagos Hernández, empleado de Javier Duarte y Fidel Herrera.
Por eso, quizá, cuando el 6 de enero, la dirigente nacional, Claudia Ruiz Massieu presidió en el café de La Parroquia, 207 años, la conmemoración de la ley agraria, le sentaron a los lados a los yunistas Juan Carlos Molina Palacios, Érick Lagos, Joel Arcos y Daniel Galindo.
Los dados, entonces, estarían echados para el CDE del PRI en Veracruz, aun cuando todavía hay ilusos soñando con sus ideales democráticos.
En política, decía Juan Maldonado Pereda, profundo catador de hombres, “nunca llega el más capaz, sino el que más conviene”.
De ser así, noqueado como está el partido tricolor, de consumarse el dedazo, su tumba se abrirá más hacia el fondo de la tierra.