Luis Velázquez
Veracruz.- Con 284 muertos (32 feminicidios, 40 secuestros) hemos tenido suficiente en la Cuitlamanía.
Todos en Veracruz estamos unidos. La izquierda y la derecha. Los extremos y el centro. Los guindas y los azules y los rojos. Católicos y evangélicos, en contra de la violencia.
La propaganda mediática, igual que con Javier Duarte y Miguel Ángel Yunes Linares, tiene harta al ciudadano común que todos los días vive con sencillez.
Todos deseamos que el gobernador escuche y cumpla la demanda social.
“La gota que derramó el vaso” se advierte en la numeralia de la muerte. Tantos crímenes (secretaría de Seguridad Pública), tanta impunidad (la Fiscalía), los voceros del mal, los mensajeros de la muerte.
Un día llegará cuando tanta protesta social llegue a las urnas con votos en contra de MORENA, la elite encumbrada en el poder sexenal.
En el pulso social, la Cuitlamanía va perdiendo espacios, confianza, credibilidad y esperanza.
Carrera insólita del góber… para tirarla por las sucías cañerías del descrédito.
Trepado en las valencianas de AMLO derrotó a Yunes Linares, quien a su vez derrotara al PRI de Javier Duarte…, para que ahora la inseguridad, la violencia, los malandros, la incertidumbre y la zozobra lo derroten a él.
VERACRUZ, PEOR QUE AFGANISTÁN
AMLO, el presidente, se lanzó a la guerra contra los huachicoleros y ha recibido amenazas de muerte, pero ha advertido que nada le harán porque Dios lo cuida.
El góber, en contraparte, complaciente con los malandros festinando, por ejemplo, el regreso del Águila de Veracruz, el deporte favorito del país por decreto, claro, en tanto, ni modo, los Tiburones Rojos se ahogan de derrota en derrota.
En dos meses, los peores momentos. Crímenes, mujeres secuestradas, violadas, torturadas, asesinadas, tiradas en despoblado. Políticos y líderes ejecutados.
El jueves 31 de enero, en Tierra Blanca, un caos vial de cinco horas. Tiroteo entre policías y malandros. Versión oficial: cuatro muertos. Versión extraoficial, 10 muertos.
El mismo día, en Playa Vicente, otro fuego cruzado. Resultado, tres malandros asesinados. Pero también, tres personas secuestradas y que en la versión oficial apresurada, ajá, fueron ejecutadas por los malosos.
¡Cuánta razón asiste a Donald Trump! ¡México (Veracruz, por añadidura) está peor que Afganistán!
Y si la población electoral encumbró al góber en las urnas, el góber, no puede con la violencia.
El principio de Peter, arrasando con su nombre y prestigio.
PANTEONES ESTÁN CRECIENDO
Magullado, el gobernador es el político más poderoso de Veracruz. Motor de vida pública. El hacedor. En sus manos y en su hígado, el destino social de los políticos.
Diferencias irreconciliables, cierto, en muchos casos. Con la derecha, sobre todo. Pero quizá negociables con un PRI descarrilado, acaso moribundo.
Y sin embargo, es el jefe máximo y lo será por seis años. Y pasará, claro, a la historia local y nacional. Es el primer gobernador de la izquierda en Veracruz. Derrotó al invencible Yunes. Noqueó al PRI. Exhibió al PRD, casi desapareció al Movimiento Ciudadano, y los malandros le siguen ganando la batalla, la más importante en la vida cotidiana.
Pero el góber mira al frente. El béisbol, que gusta a AMLO. El festival de salsa, que le fascina. El sabadaba, su talón de Aquiles, solterón de 50 años. Su foto, en la fila para subir como pasajero al ADO en La Tapo de regreso a Xalapa, alimentando su frivolidad. Su foto, en las redes sociales con un obradorista del gabinete federal, su petulancia.
Pero todos los días hay muertos en Veracruz y los panteones y los Forenses están creciendo.
MUNDO COLOR DE ROSA
Quizá el góber mire la violencia como uno más de los numerosos baches en la tarea de gobernar. En todo caso, simples gajes en el ejercicio del poder.
Total, Patricio Chirinos y Miguel Alemán y Fidel Herrera, “los dejaron hacer” y habrían pactado. Javier Duarte se alió con ellos. Miguel Ángel Yunes Linares, los habría combatido, y ni modo que el actual mandatario sea más papista que el Papa.
Así ejerce el liderazgo. Así se impone y sigue. Su actitud, su filosofía, es la ley. ¡Y ay de quien piense diferente! ¡Y más si depende de la vida pública para vivir!
El halago de los suyos le suena a salsa celestial. Que otros ladren, el góber cabalga en su mundo color de rosa. Las balas no le llegan. Ningún feminicidio sustituye a una palmada de AMLO, el cielo de las barbies. El góber, el estadista, ajá, que piensa en grande, digamos, a largo plazo, aunque el plazo de 6 años tenga plazo y que le llevaría a exclamar como aquel alcalde, “dejé de ser gobernador y dejé de ser pobre”.
En menos de dos meses, los demonios, los traidores, los desleales, los enanos del tapanco, los enemigos, la fauna del diputado José Manuel Pozos Castro, han pronosticado su caída. Que AMLO se lo llevará al gabinete. Y el senador Ricardo Ahued Bardauil, con fama de marchantito, “tiró su espada en prenda” jurando lealtad.
El secretario General de Gobierno ya lo descubrió como un góber beisbolero, igual que AMLO.
Pero entre la espada y la espada, nunca antes, el mal fario para que un gobernador en tan poco tiempo haya sido renunciado.
Con todo y que mientras AMLO puso en la cancha legislativa la revocación del mandato y la declaración patrimonial, el góber y los suyos, ni fu ni fa.
Allá otros que traguen sapos.
Blindado en las urnas, los únicos que lo descarrilarían son los malandros con la polvareda que años anteriores llegara desde Tamaulipas.
VERACRUZ, UNA RATONERA
Hay en Veracruz un paisaje urbano desgastado, propio de una posguerra. Hay miedo. Horror. Terror en el diario vivir.
Nadie daba la vida por el góber antes del primero de julio del año 2018. “Yo ganaré, pero ustedes no me creen” decía.
Pero entonces, como hoy, la violencia ha eclosionado y convertido a Veracruz en una ratonera, donde todos los ciudadanos pueden ser cazados como tantos otros que han sido cazados.
Veracruz, “abismado en la recesión” (El País) social y de seguridad y de justicia.
Han tocado al góber episodios dramáticos.
“El rebrotar del terrorismo” de los malandros.
“Una oposición levantisca”.
Pero nada lo empaña. Es el jefe, el tlatoani, el gurú.
Y en tales circunstancias “sólo le queda recular para coger impulso”.