Luis Velázquez
10 de
septiembre de 2019
Javier Duarte sigue purificándose. Pero en su
ascensión, igual que los fanáticos de la fe religiosa, se inmola y latiguea. Y
confirma la tesis universal de que la política es sucia. Muy sucia. Demasiado
sucia. Como por ejemplo, su confesión de que en su tiempo pactó todo y con todo
con Miguel Ángel Yunes Linares, el autor de que esté preso en el Reclusorio
Norte de la Ciudad de México condenado a 9 años de prisión.
Primero, quiso exonerarse con llamadas
telefónicas a los medios, exclusivas, declaraciones y hasta invitaciones a
comer a un reportero en el penal. Ahora, publicó un artículo intitulado
“El PRI azul” y en donde “salió peor el caldo que las
albóndigas”.
Una: revela que como gobernador llevó a Yunes
con Enrique Peña Nieto, candidato presidencial, y pactaron, con todo y que
Yunes era el promotor de la candidata panista, Josefina Vázquez Mota.
Dos: dice que a partir del momento Yunes operaba
para Vázquez Mota, pero pasaba todas las coordenadas de la campaña electoral
panista al búnker peñista a través de su antiguo amigo, Miguel Ángel Osorio
Chong, ambos diputados federales bajo la batuta de la profe Elba Esther
Gordillo, y a quien ambos, dice, traicionaron.
Tres: asegura que cuando Peña Nieto triunfó en
las urnas, el primer favor a Yunes Linares fue asignarle 35 policías federales
como sus escoltas y escoltas de su familia.
Cuatro: revela que Yunes le pidió lo ayudara
para que Fernando Yunes Márquez fuera elegido Senador de la República porque Julen
Rementería del Puerto estaba muy fuerte y lo podía desbarrancar.
Pero, además, se volvería un peligro para
quedarse con la candidatura panista a gobernador en el año 2016.
Cinco: deja claro que Yunes y sus hijos traicionaron
al PAN desde que, además, el primogénito era coordinador estatal del programa
social “Oportunidades” y trabajaron a favor de Peña Nieto. Y por
tanto, “traicionaron a Felipe Calderón con su propio programa
social”.
Seis: si Yunes Linares llegó a la gubernatura se
debió, revela Duarte, a un pacto con Osorio Chong, entonces, secretario de
Gobernación de Peña Nieto, y por supuesto, con el visto bueno del presidente de
la república, a cambio de que Yunes sería promotor político de Osorio Chong
para la candidatura presidencial del año 2018.
Es decir, el estercolero puro. La política como
un cochinero. Los pactos y acuerdos y componendas por encima de todo. Y aun
cuando algunos teóricos dicen que la plenitud de la política son los acuerdos,
caray, vale un soberano cacahuate la traición.
Claro, Napoleón Bonaparte decía que la traición
es parte consustancial de la política.
Pero ¡qué cochinero!
Simple y sencillamente, da asco. Los políticos
son vomitivos dice el profesor Carlos Ronzón Verónica.
TODOS SON
TRAIDORES
El artículo de Duarte en un periódico local es
la Biblia de las traiciones.
Javier Duarte, traicionando a su partido, el
PRI, aliándose con Yunes.
Yunes, traicionando al PAN, aliado con Peña
Nieto, a través de Duarte.
Duarte, traicionando a las elites priistas
cuando favoreció a Fernando Yunes para senador.
Yunes, traicionando a Josefina Vázquez Mota, la
candidata presidencial del PAN.
Yunes, traicionando a Felipe Calderón, cuyo
sexenio terminaba buscando enroscarse con Peña Nieto.
Osorio Chong pactando con Yunes para la
gubernatura a cambio de que Yunes, gobernador, trabajara por Osorio Chong para
suceder a Peña Nieto.
La traición como eje rector, vaso comunicante,
de la política.
Nunca la traición en su nivel más alto tanto en
la historia local como nacional.
Y lo peor, como decía el filósofo José López
Portillo, “los políticos convertidos en unos cínicos”.
Todos, traicionándose como la acción más natural
del mundo, sin que nadie respingue.
Incluso, y a costa, y como revela Duarte en su
texto, el encumbramiento de Yunes Linares desequilibrando de por medio “a
la administración estatal que en aquel entonces yo encabezaba para posicionar
al yunismo como el único grupo opositor al régimen local”.
Y desde luego, “con los apoyos financieros
y mediáticos que desde la secretaría de Gobernación (Osorio Chong) brindaban a
Yunes Linares”.
Es decir, el dinero público desviado con todo y
todo para financiar campañas electorales. Y de la oposición.
Así lo escribió Javier Duarte, y si fue
necesario que estuviera preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México
para contar lo que ha contado, ni hablar, una cosita es vivir refundido en la
prisión y otra que mienta.
LA
GUBERNATURA DE 2 AÑOS
En otra parte del texto, el ex gobernador preso
habla de la modificación constitucional para pasar de 6 años la jefatura del
Poder Ejecutivo a dos.
Dice de Héctor Yunes Landa: “Osorio Chong
tripuló a Héctor Yunes convenciéndolo en que tuviera un discurso crítico y
agresivo contra mí, su argumento era que la única posibilidad de ganar iba a
ser si se deslindaba de mí (lo cual era una sandez inmensa ya que mi gobierno y
yo representábamos al priismo) al tiempo que le dijo que era su candidato a la
gubernatura de Veracruz, lo cual era evidentemente una trampa en la cual
ingenuamente Héctor cayó no obstante que yo se lo advertí en repetidas
ocasiones”.
De Pepe Yunes Zorrilla dice: “A Pepe lo
disciplinaron desde el centro, su amigo Luis Videgaray habló con él y con eso
tuvo para no insistir más en su aspiración gubernamental en el 2016, le
vendieron el 2018, lo que no sabía es que Osorio y Yunes Linares tenían otros
planes para esa elección (el chiquiyunes)”.
Pero…
Pero en el caso de Pepe Yunes, en aquel cabildeo
político y mediático siempre estuvo en contra de la gubernatura de 2 años
argumentando su inconveniencia política y económica.
Segundo, su decisión de abstenerse de participar
en una contienda de dos años fue cien por ciento personal sin influencias
externas, además como dejó constancia en su momento, y desde el principio, en
el discurso político.
Incluso, y luego de fijarse su postura decidió
con firmeza apoyar a Héctor Yunes Landa como el candidato de dos años para
evitar que Javier Duarte impusiera a su candidato.
“ENMIGOS
MORTALES” DE DUARTE
Y, bueno, más allá de los juicios de valor
de Duarte en su artículo periodístico, dice que a partir del lanzamiento de
Yunes Linares como candidato panista, “mi prioridad era mi supervivencia.
Sabía que tenía frente a mis dos enemigos mortales (como eran Yunes y Miguel Ángel
Osorio Chong) y no tenía a ningún aliado que pudiera hacerles contrapeso”.
Duarte, como se recuerda, buscó, cierto, la
supervivencia, pero terminó en el Reclusorio Norte, desde donde sigue
recordando a la diputada federal, Anilú Ingram Vallines, de quien dice que su
grupo político impulsó a Fernando Yunes Márquez para alcalde jarocho, y de
“quien es de todos sabido que es gente cercanísima a Miguel Ángel Osorio
Chong”.