Luis Velázquez
30 de marzo de 2019
El niño tenía once años de edad. Vivía en Las Choapas, a una hora de Coatzacoalcos, el peor infierno de Veracruz.
El miércoles 27 de marzo, cuando ya iban 533 asesinatos, entre ellos, 60 feminicidios, el niño fue enviado a su padre por su señora madre con un mandado.
Pero el niño nunca llegó a la casa de su padre.
La familia se alarmó. Y lo empezó a buscar.
Incluso, recurrió a las redes sociales. Hablaron con la autoridad municipal. Y la policía.
Horas después, el cadáver del niño fue encontrado en un callejón detrás de un hotel en la misma colonia popular, Aviación, donde fuera levantado.
Con indicios de violencia sexual.
Envuelto en unas sábanas.
Desnucado. Rotas varias cervicales.
Al momento, cuarenta menores asesinados de norte a sur y de este a oeste de Veracruz.
La policía, claro, investiga, de igual manera, digamos, como continúa rastreando pistas de tantos homicidios, secuestros y desaparecidos.
En uno de los momentos más difíciles de la yunicidad, cuatro niños fueron asesinados, con sus padres, en una colonia popular de Coatzacoalcos, asegún, como una venganza porque el padre, se dijo en el boletín oficial, era malandro.
Entonces, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares exclamó la siguiente frase:
“¡Bestias!”.
Ahora, ni una palabra.
El silencio oficial.
POBLACIÓN CIVIL, LA VÍCTIMA
En la feroz, afirman, guerra de la secretaría de Seguridad Pública del gobierno del estado en contra de los carteles y cartelitos, y sicarios, pistoleros, malandros y halcones, la población civil es la víctima.
Mujeres asesinadas.
Niños asesinados.
Jóvenes asesinados.
Ancianos asesinados.
Hombres asesinados.
El decibel de violencia es tan crudo y atroz que, por ejemplo, CANACINTRA aseguró que hay migración de familias completas de Veracruz a otras entidades federativas.
De igual manera, un montón de casas y mansiones desde Tampico Alto hasta Las Choapas y desde la ciudad de Veracruz hasta Maltrata y Mariano Escobedo están en venta, y lo peor, sin venderse.
Ene número de comercios y negocios han quebrado y sus establecimientos están cerrados.
Cada vez, los restaurantes están vacíos, quizá, y además, por la contracción de la economía.
En muchos pueblos hay virtuales Estado de Sitios y Toques de Queda.
Las fiestas tradicionales de varias demarcaciones han sido canceladas como en Minatitlán y Tierra Blanca el carnaval y hasta el gobierno local ha convocado a un Estado de Indefensión para evitar los actos públicos.
Por un lado, la inseguridad, la incertidumbre y la zozobra creciente y multiplicada.
Y por el otro, la impunidad.
EL PEOR DE LOS MUNDOS
Un niño secuestrado, desaparecido, ultrajado, asesinado y tirado su cadáver en un callejón de Las Choapas son palabras mayores.
El peor de los mundos.
Un boletín por ahí cacarea que el sospechoso es un hombre enfermo de sus facultades mentales.
Pero, bueno, y de ser así, ni tan enfermo… para cometer las cuatro atrocidades.
Y más cuando, caray, pretenden inculpar a un enfermo mental para crear y recrear la sensación y la percepción de que en ningún momento la violación y el crimen fueron cometidos por los malandros, sino por una persona con problemas en el tinaco mental.
¡Vaya forma de “lavarse las manos”!
Incluso, ofenden la dignidad ciudadana.
Y más cuando el presidente municipal de Xalapa, militante de MORENA, ha puesto en la cancha social y política que para disminuir la violencia los ciudadanos “se cuiden unos a otros”.
La vida cotidiana está podrida en Veracruz.
Se vive y padece uno de los peores capítulos de la inseguridad.
TIERRA FÉRTIL PARA LOS MALANDROS
En el bienio azul, la esposa de un ganadero fue secuestrada en Las Choapas.
Entonces, el ganadero organizó a los suyos, amigos y conocidos, paisanos, en una guardia comunitaria y se avocaron a la búsqueda de la señora.
La yunicidad se ocupó y luego enseguida envió refuerzos policiacos para la búsqueda y al mismo tiempo el secretario de Seguridad Pública aterrizó en el pueblo para desistirlos de su guardia comunitaria.
En el duartazgo apareció una guardia comunitaria en la montaña negra de Zongolica y el entonces secretario General de Gobierno, Erick Lagos Hernández, cabildeó con la autoridad municipal, citaron al jefe de la sublevación en Xalapa y ahí fue convencido, sabrá el brujo el método, de desistir.
En Soledad Atzompa, los vecinos se organizaron y detuvieron y lincharon y quemaron vivos a seis malandros acusados de secuestrar profesores.
Los días han transcurrido y ningún trascendido hay del o los secuestradores, violadores y asesinos del niño de once años de Las Choapas.
A mayor inseguridad y lo peor, a más impunidad, los malosos se multiplican en tierra fértil.