Luis Velázquez
Veracruz 08 de marzo de 2019
Pepe Yunes Zorrilla se mantiene lejos de las pasiones partidistas. A distancia mira la elección del CDE del PRI. Pintó una raya y se respeta a sí mismo…, sin transgredirla. En ningún momento piensa desertar del tricolor, su partido. Y desde la mitad del año anterior, se reinventa. Espera el tiempo. Los tiempos… que diría el clásico.
El primero de julio de 2018 fue una gran lección.
Los errores históricos del tricolor con los abusos y excesos del poder lo descarrilaron, cierto, en las urnas, con todo y su limpia, impecable, trayectoria pública y partidista. Político honesto. Respetuoso de la dignidad humana.
Pero la candidatura fue oportunidad para conocer, una vez más, y como siempre, la firmeza en los principios, la firmeza en los ideales, y por añadidura, la integridad humana.
En una elección como candidato a senador fue derrotado en las urnas. Pero la segunda derrota, el año anterior, fue más borrascosa.
A partir, por ejemplo, de cuando él mismo conociera y padeciera la traición, cierto, al PRI, pero también, a él.
En 2016, cuando el PRI fue puesto a prueba una vez más con la elección ríspida ante Miguel Ángel Yunes Linares, varios priistas se fueron a su equipo.
Luego, en 2018, el primer revés fue cuando más priistas se fueron al PAN de Miguel Ángel Yunes Márquez.
Y conforme caminaba el proceso electoral, otros priistas se fueron con Cuitláhuac García Jiménez, el candidato de MORENA y AMLO.
Y entonces, Pepe Yunes conoció de las traiciones.
Una, la traición contra el partido tricolor.
Y la otra, la traición a él mismo, pues militantes, elites entre las elites que un día anterior le juraran con firmeza lealtad, al día siguiente ya estaban operando para MORENA.
Y Pepe y/o el PRI (o las dos partes juntas) sufrieron el peor estremecimiento de su vida.
Y sin embargo, a pesar de… tantas traiciones, Yunes Zorrilla mira para adelante.
La vida es así.
Además, son las derrotas y, claro, las traiciones, las que más enseñan en la vida y hacen que el ser humano madure en su dimensión estelar.
“TIEMPO AL TIEMPO”
Varios caminos sopesa y vuelve a sopesar.
Uno, claro, seguir en la política. Y en el PRI, su partido.
Dos, crear una fundación social. En ningún momento, una organización política que luego se volviera partido político.
Tres, crear una empresa, gran empresario su señor padre.
Cuatro, impartir, además, clases en alguna universidad.
Cinco, asociarse con sus amigos de siempre, conocidos por todos, entre otros, José Antonio Meade, Luis Videgaray y Aristóteles Núñez.
En el camino, “tiempo al tiempo”.
De su lado tiene la juventud. Y más aún, la experiencia. Experiencia que viene de las buenas, pero también de las malas, adversas diríase mejor, circunstancias.
Y el conocimiento profundo de la vida pública.
Y la honestidad que lo enaltece y dignifica.
Y los amigos, amigos entre los amigos, probados y comprobados que pudo conocer en las horas, días, noches, aciagas.
Así, ni modo de dejar en el camino y cerrar el libro de la política para siempre.
Y más con tantos surcos abiertos que lo han enaltecido.
En todo caso, habría de mirarse hacia François Mitterrand, presidente de Francia al cuarto intento, tres derrotas consecutivas.
Y hacia Luiz Inácio Lula de Silva, presidente de Brasil en la cuarta candidatura. Tres derrotas al hilo.
Y a Andrés Manuel López Obrador, presidente del país en la tercera cometida. Dos derrotas una tras otra.
Sólo José Vasconcelos, con toda y su filosofía y experiencia de vida, se doblegó a la primera derrota cuando pretendió ganar a Plutarco Elías Calles con su candidato presidencial.
Y lo peor, dejó embarcados a los jóvenes que lo seguían y creían en él (Adolfo López Mateos, Alejandro Gómez Arias y José Alvarado, entre otros) y huyó al extranjero, y cuando regresara mejor se volvió secretario de Educación Pública de Álvaro Obregón que luchar por sus ideales y principios.
YUNES ZORRILLA OXIGENA LOS PULMONES POLÍTICOS
Pepe Yunes se reinventa.
Mira, por ejemplo, hacia su señor padre. Un hombre independiente. Firme y bragado.
Por ejemplo, en la mesa principal de su casa en el rancho de Perote desayunaron y comieron todos los gobernadores de su tiempo.
Uno de ellos, le dijo:
–Dime el cargo público que quieras y te lo doy.
–Nada, gobernador, sólo su amistad. Yo soy empresario.
–Pero hay empresarios metidos a políticos.
–Yo soy empresario, insistió, y mi empresa es el campo. Yo, siembro. Creo trabajos. Y así, soy feliz.
Y por eso mismo, porque nunca pidió favores, don Pepe Yunes mantuvo su integridad y su honestidad, su autoridad moral, su ascendencia social.
Una cosita es la relación personal. Los amigos, por ejemplo. Otra, aceptar un cargo público. Y otra, pasar de la amistad a la empleomanía, así seas gato de angora.
Los días que caminan son efervescentes.
El PAN, está en un tris de una nueva elección. MORENA estrena nuevo liderazgo estatal. Del PRD, ni sus luces. Los otros partidos, sabrá el chamán. En el OPLE, quince solicitudes de organizaciones para volverse partidos. El PRI, de cara a la elección del nuevo CDE.
Pepe Yunes, lejos de las pasiones revolcadas donde asoma y prevalece y domina y predomina la naturaleza humana con todos sus talones de Aquiles.
Yunes Zorrilla se desoxigena y oxigena. Y limpia y purifica sus pulmones políticos. Volveré, dijo el general Douglas MacArthur, 1880/1964, el mariscal de campo más condecorado en la historia de Estados Unidos.