Luis Velázquez
13 de abril de 2019
Primero fueron los católicos de Córdoba en procesión silenciosa en calles y avenidas rezando por la seguridad, ocupados y preocupados con la incertidumbre y la zozobra.
Luego, la población de Coatzacoalcos en caminatas y plantones ante el palacio municipal clamando la tranquilidad perdida.
Después, los indígenas de Soledad Atzompa haciéndose justicia por mano propia, deteniendo, linchando y quemando vivos a un sexteto de malandros acusados de secuestrar profesores.
El domingo 7 de abril fueron los cristianos marchando por la paz en la región de Misantla, pidiendo un alto a la violencia, exigiendo frenar los robos, extorsiones, secuestros, desapariciones y asesinatos.
Y, bueno, considerando que AMLO pertenece a la religión cristiana, la religión que salvó a Yuri, y toda vez que el presidente de la república les concesionará una televisora nacional y se reúne con los líderes de los pastores, quizá, quizá, quizá el gobierno de Veracruz pudiera escuchar las plegarias ignoradas hasta anoche.
“¡Paren la violencia!” clamaron los cristianos en una marcha en Misantla y que congregara a feligreses de Chiconquiaco, Naolinco, Martínez de la Torre y Vega de Alatorre.
Y más, cuando ellos revelaran que “los cuerpos policiacos son burlados por los delincuentes”.
“Queremos paz” decían en unas pancartas.
“Jesucristo te ama y pide que te arrepientas” escribieron en otras desfilando en las calles.
Ya se verá, entonces, si el gobernador escucha las plegarias.
Veracruz es el infierno. Todos los días y noches. A toda hora.
VERACRUZ, TIERRA FÉRTIL PARA MALANDROS
Los cristianos de Misantla y alrededores denunciaron robos violentos, secuestros, ejecuciones, balaceras y robos a mano armada, los mismitos que se están cometiendo de norte a sur y de este a oeste de cada rincón de Veracruz.
Cierto, cuando el góber de MORENA entró al palacio de Xalapa, los malos ya estaban aquí reinando en tierra fértil.
Pero al mismo tiempo, 4 meses y medio después, los malosos todavía continúan aquí. Y lo peor, con un nuevo cartel, Cartel del Siglo, operando en el paraíso terrenal que fuéramos.
Y si vienen más carteles, simple y llanamente significa que les está yendo bien con todo y que en el boletín oficial siguen repitiendo lo mismo que en el duartazgo.
Es decir, que la violencia ha aumentado… porque desde el gobierno la combaten, y por eso mismo, los carteles reaccionan con furia.
Quizá.
Pero de igual manera, el tsunami de violencia ha alcanzado los más altos decibeles.
Por fortuna, hay la fe y la esperanza de que como ahora los cristianos tomaron las calles y avenidas de Misantla para expresar su indignación social sean escuchados.
De lo contrario, en cadena la protesta subiría de tono hasta llegar a los pastores nacionales de la cristiandad y meterse al Palacio Federal.
Sería terrible que desde el altiplano el manotazo fuera asestado por el desdén y el menosprecio al sentir popular de la comunidad religiosa recordando que Jesucristo ama a todos y todos han de arrepentirse, menos el gobernador.
Y es que la negligencia también es un delito de lesa humanidad, porque en medio de la incompetencia, principio de Peter, se “deja hacer y se deja pasar”.
LA MANO TENDIDA…
Los católicos con sus obispos fueron a la calle y nunca los escucharon.
El arzobispo de Xalapa ha levantado su voz y su vocero también y desoídos.
La población civil de Coatzacoalcos se ha sublevado y tendido puentes y los han dejado con la mano tendida.
Varios ONG han tocado puertas para restablecer la paz pública y las puertas siguen cerradas.
Se están formando guardias comunitarias como en el Valle de Uxpanapa en contra de la violencia y en el palacio de Xalapa están sordos.
Los cristianos con su marcha en la región de Misantla renacen la posibilidad por la liga religiosa de AMLO para ser escuchados por el gobernador de MORENA y AMLO en Veracruz.
Y más cuando el góber alardea de que con sus homólogos de Tabasco y Chiapas formaron el “Sureste Power”, el trío de mandatarios más cercano y con más fuerza política y social ante el presidente de la república.
La fe y la esperanza social resucitando antes que el Día del Juicio Final cuando, se afirma, los muertos se levantarán de sus tumbas.
Tengamos fe y esperanza. Pronto, “vendrán tiempos bonitos”. El canto de los gallos se escucha ya como las trompetas de Jericó. ¡Hosanna, hosanna!
Quizá la estrategia cristiana sea reproducir en otras latitudes geográficas de Veracruz la misma marcha de Misantla.
Caray, si así fuera, entonces significaría una política diplomática de presión social para que en el palacio de Xalapa se limpien la cerilla en los oídos y escuchen la plegaria religiosa.
Y es que la seguridad se ha convertido en un asunto de seguridad nacional. En un factor clave para la vida diaria. En un legítimo reclamo social, aun cuando al paso que vamos parece una utopía, las famosas utopías que nunca en la historia de la humanidad se cumplieron.
Pero, bueno, ya se verá si la fuerza cristiana resulta milagrosa…