Luis Velázquez
Veracruz.- Un hombre en Veracruz sueña con la justicia. Ya interpuso denuncia penal en la Fiscalía porque le publicaron una foto donde aparece desnudo. Pero este hombre, diputado local, está luchando contra los demonios de palacio como dice un legislador los hay. Peor tantito, está luchando contra fantasmas.
Más que demonios, quienes filtraron su foto, quizá photoshop en las redes sociales, fue desde el anonimato.
Y por añadidura, se trata, a primera vista, de una pelea sórdida y siniestra contra fantasmas y lo que, en todo caso, probaría que los fantasmas existen.
Claro, el hombre, diputado local por MORENA, “hijo de la cultura del esfuerzo”, tiene sospechas. Dice, por ejemplo, que bien puede tratarse de “un fuego amigo”.
“Fuego amigo”, en primer lugar, del presidente de la Junta de Coordinación Política de la LXV Legislatura, Juan Javier Gómez Cazarín, porque lo denunció como “un pelele” del secretario General de Gobierno.
“Fuego amigo” quizá de “El dos de palacio” porque involucró en las cañerías políticas de la izquierda.
“Fuego amigo”, digamos, de los chairos, pues en el tiempo de la república amorosa constituye “un delito de lesa humanidad” evidenciar, cuestionar, criticar, a las elites partidistas de MORENA.
“Fuego amigo”, acaso, de una alianza esotérica entre Gómez Cazarín y Éric Patrocinio Cisneros Burgos en la rebatinga por el control del poder estatal.
Por eso, y con todo y la denuncia penal del diputado Magdaleno Rosales en la Fiscalía, Jorge Wínckler tiene “la oportunidad de oro” para, digamos, vengarse con “hacha, calabaza y miel” de la Cuitlalandia que lo trae en la mira desde hace casi 4 meses cuando tomara posesión la LXV Legislatura y desde hace once semanas de la toma de posesión del nuevo gobierno.
FOTO DESNUDA, EL INFIERNO
Desde luego, cuesta difícil seguir la pista, la punta del iceberg, a la foto del diputado local filtrada en las redes sociales.
Se trata de una pelea desigual. Por eso, en “La mala hora”, de Gabriel García Márquez, de pronto, el pueblo, Comala, empezó a vaciarse y quedarse sin habitantes cuando en las noches, en la madrugada, manos anónimas filtraban pasquines por debajo de las puertas enlodando las honras ajenas.
Hacia el final del día y de la noche, el pueblo semivacío, trasciende que atrás de los pasquines estaban, oh paradoja, la gente de la izquierda militante y delirante, gran defensora de los derechos humanos.
Pero, bueno, la Fiscalía podría, digamos, seguir la pista a los chairos denostadores del diputado Magdaleno Rosales, quizá, con ayuda de la Interpol, el FBI, la DEA y hasta la KGB de Vladimir Putin para encontrar a los posibles autores, tanto físicos como intelectuales.
El Fiscal está, entonces, en el momento estelar del tan cacareado juicio político, simple y llanamente, para procurar justicia al pobrecito del diputado cuyo cuerpo desnudo circula a la misma altura, digamos, que las hermanitas Kardashian o que las fotos sensuales, desnuda, de Ana de la Reguera en revista para caballeros.
Y más, por la advertencia de Magdaleno cuando interpusiera la denuncia penal:
“Imagínense, si esto hacen con un diputado… que no harán con un ciudadano”.
TRIBUS, HORDAS, GRUPOS Y GRUPITOS
Más todavía:
Luchando contra los demonios, mejor dicho, contra los fantasmas, el diputado local de MORENA vislumbró, pontificó, aventuró, o en todo caso, lo dijo “más que con los pelos de la burra en la mano, con la burra completa”, de la siguiente manera:
Interpongo la denuncia penal, dijo, porque “si no se dejan antecedentes de este tipo de hechos van a seguir ocurriendo”.
La palabra del diputado, conocedor de la naturaleza y los alcances de las tribus, hordas, grupos y grupitos de la izquierda, expresa el Veracruz troglodita y carnívoro de los panistas y perredistas y panistas que un ciudadano común y sencillo sentiría estaba superado.
Y más, en el tiempo tan cacareado de la república amorosa y la Cartilla Moral.
La izquierda, entonces, igual que sus antecesores en el poder, sórdidos, siniestros, implacables, feroces, rudos, atroces y crueles… para conquistar el poder y mantenerse en las alturas.
Dañaron su imagen pública dijo Magdaleno Rosales. Dañaron a su familia.
Dijo:
“No se queden callados. Denuncien cualquier atropello, no importa que sea un civil o un funcionario de cualquier partido político que pertenezca. Ya no es cuestión de colores. Tenemos que denunciar”.
He ahí, pues, el retrato hablado de sus demonios, sus fantasmas, su fuego amigo.
¡Ah, la izquierda! ¡La izquierda comunista, la izquierda socialista, los puros, los impolutos, los ángeles de la pureza, la izquierda que llegó del Golfo de México a la gran Tenochtitlán!
EN MORENA QUIEREN EUNUCOS Y VASALLOS
Un hombre en Veracruz sueña con la justicia. Ya interpuso denuncia penal. Y aun cuando Cuitlandia trae pleito casado con el Fiscal, y el Fiscal tendría vientos favorables para agotar la investigación de la denuncia, el hombre, diputado local de MORENA, está consciente de otra realidad avasallante:
Magdaleno habló. Y estremeció a la izquierda en Veracruz. Cimbró a la elite gobernante en turno.
Y por añadidura, sabe, huele, intuye, olfatea, está seguro de que podría ser expulsado de MORENA por cometer un solo delito: ejercer su libertad, consciente de que toda vida democrática pasa por la discusión y ventilar los trapos sucios.
En ningún momento, el diputado piensa renunciar a MORENA. Ya van diez años de empujar la carreta del proyecto político de AMLO. Y si las tribus de Veracruz lo expulsan, ni hablar, por encima de todo, la dignidad humana.
Y más porque la vida ni la honra familiar ni la honra personal “es cuestión de colores”, las elites de MORENA en Veracruz que se creen hijas de Dios, paridas por dioses, dueñas del poder político y público y propietarias del destino social de todos.
En MORENA, todo indica, quieren esclavos, vasallos, eunucos.