Luis Velázquez
Veracruz.- El doctor en Economía, Hilario Barcelata, académico e investigador de la Universidad Veracruzana mudado en político, merece un nicho en el altar de la patria.
Por ejemplo, con todo y las barbies florecidas en el duartazgo (algunas usufructuaron hasta tres y cuatro cargos públicos en menos de un sexenio) el director del Instituto de Pensiones, IPE, ha glorificado por completo a las reinis.
Incluso, y en un descuido, habría quitado su bandera a las feministas de Veracruz y del país.
Nadie como él cree, siente, está convencido de que las mujeres con vocación política son las más honestas en la tarea pública.
Más aún: las más eficientes y las más leales y fieles.
Por lo pronto, y un año después de la yunicidad nombró a diecisiete mujeres en cargos en el IPE.
Diríase, todavía más, que el poder femenino se ha instaurado en la dependencia más generosa del gobierno del estado, luego del DIF, y antes que la secretaría de Desarrollo Social.
Si seis de cada 10 habitantes del territorio jarocho (y del país) son mujeres, entonces, las políticas y las ONG han de declarar al director del IPE la versión jarocha de sor Juana Inés de la Cruz, aquella que los jesuitas denostaban su inteligencia y talento sólo porque era mujer.
En ninguna secretaría del gabinete legal y ampliado de la yunicidad… tantas mujeres en cargos públicos.
Por vez primera se hace justicia a todas ellas.
Y más por lo siguiente:
En el aparato gubernamental hay unas siete mil mujeres, muchas, muchísimas con maestría y doctorados, que cada sexenio sueñan con ser consideradas para un ascenso.Ahora, Hilario Barcelata las ha mirado, aun cuando, claro, en el viaje bienal, llegara con nuevas reinis.
NOMBRES Y CARGOS DE LAS BARBIES
La lista de las mujeres empoderadas en el IPE es la siguiente:
Laura Nohemí Martínez Cruz, analista de oficina, pero en funciones como secretaria particular.
Beatriz Alejandra Vaughan Hernández, analista a, secretaria en dirección.
Inés Adelia Rojas García, analista de oficina, como secretaría ejecutiva en la subdirección de Bienes Inmuebles.
Ing. Mercedes Santoyo Domínguez, analista de oficina, subdirectora de la Unidad de Género.
Lic. María de Lourdes Fernández Martínez, subdirectora jurídica, y en donde ya va la tercera titular.
C.P Nelly Viveros Vela, subdirectora administrativa.
LAE. Xóchitl Martínez Ávila, jefa de Departamento de Recursos Humanos.
Lic. Mirna María Sánchez Cuevas, jefa del Departamento de Adquisiciones e Inventarios.
Lic. María del Pilar Aceituno Vázquez, jefa del Departamento de Tecnologías de la Información.
L.E. Itzel Osiris Lira Morado, subdirectora de Prestaciones Institucionales.
Lic. Ileana Junue Magaña Cabrera, jefe del Departamento de Vigencia de Derechos.
Lic. Rocío Arenas Nadal, analista de oficina, a cargo del asunto de los pensionados.
L.E Maricela Hernández Hernández, jefe del Departamento del Banco de Datos.
Lic. María Fernanda Matus Figarola, jefe del Departamento de Prestaciones Económicas.
Lic. Luz Esther González Castillo, subdirectora de Finanzas.
Lic. Rosa Laura Montero Córdoba, jefe del Departamento de Recursos Financieros.
Lic. Lady León Cruz, analista de Oficinas, operativa en los bancos.
Sueldo mensual de las analistas de oficina, 22,150.00
Sueldo de los subdirectores, 38,158.19 pesos.
Sueldo de los jefes de Departamento, 36,466.51 pesos.
Posdatita:
En la página de transparencia y acceso a la información del IPE están los sueldos y salarios.
“EL SON QUE CANTA EN EL RÍO”
De acuerdo con las versiones, en once meses y 13 días, el director del IPE ha contratado unas cincuenta personas y al mismo tiempo ha despedido a unas veinte, algunas ocasiones, se afirma, porque Xalapa amaneció nublado y con lluvia.
Por ejemplo, el par de cambios en la subdirección jurídica como son los licenciados Celestino Ojeda y Magdiel Martínez Monge.
Las malas entrañas dicen que Martínez Monge fue despedida porque al director le ganaron los celos profesionales, pues Magdiel tiene un doctorado y le daba envidia que en el IPE existiera una mujer con tales prendas académicas.
La versión en el pasillo es que algunas de las barbies apenas, apenitas, se están empapando de sus tareas pues ni idea tenían de la administración pública.
Incluso, hay burócratas sorprendidos porque la tónica oficial pareciera ser ocuparse de superficialidades como, por ejemplo, la obsesión por corregir los errores gramaticales en los oficios en vez de recuperar préstamos.
Pero, bueno, cada grupo político en el poder imprime su sello personal neurológico y vivencial, y ni hablar, “es el son que canta en el río”.
Por lo pronto, y con todo y lo que se diga, el director de la dependencia ha de ser elevado a la categoría universal de un feminista por excelencia dada la confianza absoluta en las mujeres para purificar la vida pública.