➡ Fue jaloneado del brazo y la camisa, retirado de la institución como un delincuente; autoridades educativas pretenden que firme un acta administrativa por actitud “insolente” se lee en el documento.
Carlos Abad/El Piñero
El pasado viernes 22 de noviembre, ocurrió un hecho que indignó a la sociedad estudiantil y padres de familia del Centro de Bachillerato Tecnológico, Industrial y Servicios número 107 de Tuxtepec (CBTIS), cuando aproximadamente a las 9 de la mañana con 30 minutos, el Ingeniero Químico Fernando Antonio Amaya Sánchez en su calidad de Jefe del Departamento de Servicios Escolares del turno matutino “jaloneó” del brazo y de la playera hasta retirar del plantel como si fuera un delincuente, al alumno del quinto semestre de la especialidad de “mecánica industrial”, con solo 17 años de edad, José Cruz Ayala Martínez, quien vendía tortas de carne polaca y dulces para sufragar sus gastos en la propia institución; acto que bien podría tener repercusiones con derechos humanos.
Posteriormente el día lunes 25 de noviembre fueron citados al departamento de servicios escolares, tanto el alumno José Cruz Ayala Martínez y su señora madre Esther Martínez Lara, con el objetivo de imponerles un “acta administrativa o de hechos”, misma que se negaron a firmar, porque jamás les mostraron el reglamento del CBTIS 107 donde la institución sustente la sanción contra el menor de edad; y es que en el texto de dicho documento se lee lo siguiente: “SE LE SORPRENDIÓ CON UNA BOLSA COLOR NEGRA CON PRODUCTOS PARA SU VENTA DENTRO DE LA INSTITUCIÓN”, acción en la cual comparecían como testigos: el señalado por violencia contra un menor Antonio Amaya Jefe del Departamento de Servicios Escolares y la Trabajadora Social también del turno matutino de nombre María del Carmen Pérez Cruz.
Mientras tanto el alumno José Cruz Ayala Martínez narró para “El Piñero periodismo y debate”, la acción violenta que Antonio Amaya realizó en su contra “pasé al lado del ingeniero Amaya y fue donde me dijo ¡Dame tu bolsa!, a lo que respondí ¿Por qué?, Es que no puedes estar vendiendo aquí, pero por el miedo de que me las quitara le dije que las estaba regalando, me dijo, yo tengo evidencias tuyas donde estás vendiendo aparte de este día, no simplemente hoy, y me las intentó quitar, y le dije que no se las iba a dar, me sacó de la escuela y después me percaté de que tenía clases porque tenía que entregar un trabajo, pero le dijo al oficial/guardia ¡Este joven no puede pasar durante todo el día!
Instantes después y con el afán de entregar su trabajo, José Cruz reingresó al plantel sin su bolsa de tortas que el Jefe de Servicios Escolares le había “decomisado”, pero para sorpresa de él, el ingeniero Amaya volvió a tomar represalias contra el alumno, pero ahora de forma violenta jalándolo del brazo y de la playera para volver a sacarlo del plantel como si fuera un delincuente: “Me vio y me dijo ¿Qué haces aquí? Tú no puedes entrar, le dije pues ya me voy, pero me agarró del brazo y le dije suélteme, a lo que insistió en que no me iba a soltar y por instinto le quité el brazo porque no quería que me tocara, le dije ¡No me puede tocar! y él me dijo ¡Si puedo! Y me empezó a agarrar la playera, hasta que otro maestro de nombre o apellido Sides intervino para separarlo un poco y le dijo ¡Vamos tranquilízate!”, es decir que pese a que el alumno había aceptado retirarse por su cuenta, el Jefe de Servicios Escolares del CBTIS 107 utilizó la violencia para echarlo a la calle, tomado de la playera del uniforme y del brazo, como cuando sacan a una persona del antro o a un borracho de una cantina, pero en esta ocasión solo se trataba de un estudiante menor de edad, que por esa acción se quedó sin desayunar, sin clases y sin obtener ingresos para estudiar en la misma institución que lo “corrió como un perro”, dijeran en el barrio, y es que José Cruz confesó que el Director le ofreció disculpas y prometió levantar un acta contra el Jefe de Servicios Escolares porque su actitud no fue la correcta.
Por su parte su señora Madre de nombre Esther Martínez Lara manifestó su preocupación por el hecho de que la autoridad escolar echó a su hijo a la calle, y es que literalmente a las afueras del CBTIS está ubicado el boulevar “Benito Juárez”: “De ahí sacaba para su recreo, a veces yo no le doy para su recreo, le dije llévate las tortas y saca para tu recreo… Está mal pues, como es posible que nada más por unas tortas me lo saquen”.
Así mismo su padre César Ayala Hernández originario de Novara, Veracruz, con 20 años de haber llegado a esta ciudad, en ese momento como una ciudad próspera, ahora con la recesión económica ve como han bajado los clientes y los ingresos en Tuxtepec, motivo por el cual su hijo José Cruz incluso lo ayuda a trabajar en el “Taller eléctrico Ayala” y esto comentó para “El Piñero”: “no es justo porque es un muchacho que se dedica a estudiar y económicamente a como está Tuxtepec, no estamos bien, y yo estoy enfermo de diabetes e hipertensión, cuando no puedo trabajar, el hace su lucha por llevar dulces y tortas para sacar lo de su escuela o recreo… Él tiene muchas ilusiones de estudiar y ser alguien en la vida, a eso va a la escuela, no es justo porque eso lo perjudica a él por sus estudios… Le pido a la sociedad que no se dejen de maestros o gente que no esté capacitada para atender a un niño, no sirven”.
José Cruz Ayala Martínez tiene como principal sueño y meta en la vida, ser piloto aviador y para ello pretende estudiar en Puebla o en su caso en la base militar de Ixtepec, Oaxaca en el Istmo de Tehuantepec, pero antes de eso deberá juntar dinero, ya sea obteniendo recursos económicos en el taller eléctrico de su padre o vendiendo tortas y dulces, aunque esto último tiene estrictamente prohibido hacerlo en el CBTIS 107 de Tuxtepec, institución que le coartó el derecho de salir delante de manera honrada y que a decir del alumno, solo obtiene entre 60 a 80 pesos al día producto de la venta, mismo que ocupa para comprar material y desayunar en la escuela.
Y es que si bien es cierto el artículo 14 del reglamento interno del CBTIS establece la prohibición de hacer ventas de cualquier tipo dentro del aula o plantel, lo que no es válido es la forma de actuar del Jefe del Departamento de Servicios Escolares, quien hoy se ganó el repudió de la sociedad estudiantil y padres de familia.