Luis Velázquez /Escenarios
07 de septiembre de 2019
UNO. Crear empleos, “tomadura de pelos”
El gobierno de Veracruz (Sedeco) alardea la creación de empleos.
Pero si se escudriña con microscopio la sección de “Empleos” de un periódico impreso el resultado es el siguiente:
Por ejemplo, el día primero de septiembre del año que corre:
“Se solicita joven mayor de edad para cuidar un rancho en Monterrey. Sueldo, mil 700 pesos semanales.
Se solicitan guardias de seguridad en Los Robles, Boca del Río y Veracruz. Contratación mediata.
Solicito operador para camón torton con experiencia mínima de 5 años.
Empresa solicita personal para área de producción (etiquetado y envasado). Edad, de 20 a 40 años, máximo.
Solicito auxiliar de enfermaría, cuidadora, persona de intendencia.
Solicito cocinera y viva en zona norte de la ciudad.
Solicito cocinera para restaurante céntrico.
Urge taquero pastorero.
Importante empresa restaurantera solicita personal ambos sexos para área de loza, limpieza, cocina y capturista.
Solicito lavacoches. Sueldos más comisión.
Solicito auxiliar de cocina y mesera.
Se solicita repartidor de tortilla con motocicleta y licencia.
Solicito operador de grúa articulada y de grúas.
Solicito doméstica se queda a dormir.
Solicito lavalosas”.
DOS. Espejitos de la Izquierda
En un seguimiento de varios días arroja las mismas solicitudes de empleo. Quizá, pudiera variar de un día para otro en el tipo de empleos. Pero por lo regular es la constante. En vez de empleo, subempleos. Y desde luego, con salarios de hambre. Salarios jodidos, con todo y el famoso aumento a 101 pesos de salario mínimo por día autorizado por la secretaría de Trabajo y Previsión Social del gobierno federal.
Hay trabajo, claro, pero cuidado con los espejitos.
Bien lo establecieron el INEGI y el CONEVAL: uno de cada 3 jefes de familia llevan el itacate a casa con el ingreso derivado del trabajo en el changarro vendiendo fritangas todas las tardes y parte de la noche picadas, gordas y tacos.
Y, claro, sin Seguro Social ni INFONAVIT, ni tampoco el legítimo derecho de antigüedad para tener derecho a la llamada pensión.
Además, los empleos ofertados en el periódico impreso descritos líneas arriba son temporales. Duran un instante, pues si una característica tienen es la fugacidad laboral, la inestabilidad, el despido a la vuelta de la esquina.
Por eso, la población de Veracruz sigue migrando a Estados Unidos y sin papeles. Al momento, un millón permanecen allá con tantos vientos favorables que, por ejemplo, la tierra jarocha ocupa el primer lugar nacional en remesas por encima de los ingresos derivados por los tres cultivos básicos, que algún día lo fueron, como son la industria cañera, el café y los cítricos.
TRES. La población seguirá esperando
Un ex secretario de Desarrollo Económico dice que para crear un empleo a veces significa un año, dos años, tres años, cuatro años, cinco años, seis años de gestión, y con frecuencia, termina el sexenio y nada de nada.
En todo caso, igual como la filosofía de Adolfo Ruiz Cortines, “se siembra para el futuro”.
Vamos ahora en el décimo mes del gobierno de MORENA y el único gran empleo creado y recreado fue para ex titular de la SEDECO, Ernesto Pérez Astorga, quien brincó a Senador de la República y ya hasta candidato a gobernador pudiera mirarse o se mira.
Y, bueno, bendito sea el chamán porque las elites empresariales y política siguen encumbrándose, como el caso de Ricardo Ahued Bardahuil, a quienes negaron la candidatura priista a Senador, se la dieron en MORENA y ahora lo bendijeron con la dirección general de Aduanas, un súper contra fregonsísimo cargo público.
La población bien puede seguir esperando. Mínimo, ganará indulgencias.