Por Ivonne Mateo
La Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, ha sido señalada en diferentes
ocasiones de maquinar una imagen altruista para conseguir recursos públicos
mediante proyectos culturales en beneficio de la sociedad, pero aún más en
beneficio de su propia economía.
Pocas veces se ha hablado del llamado “cacicazgo” que domina la cultura en la
entidad, y aunque este existe, se ha preferido hacer caso omiso a la
controversia y supeditarse a las mediáticas bondades de la FAHHO.
El artista plástico Markoa Vásquez, platicó a Los Díaz de Juárez, sobre el
altruismo falso de tales personajes, su manipulación en la cultura y la
aprobación ciudadana ante tales hechos.
“El cacicazgo cultural lleva de la mano volver a la cultura elitista, solo
ciertos grupos absorben recurso y a los nuevas generaciones con gran potencial
no se les da apoyo para impulsar la cultura desde sus perspectivas. Es decir,
se forma una especie de monopolio y solamente yo puedo hablar de cultura, solo
yo sugiero. Como el cacique que conocíamos, que se adueñaba de grandes
extensiones de tierra para seguir explotando a nuestros campesinos, así pasa
con esto, se posesionan, imponen y manipulan.” explica Markoa.
El artista nos comenta que externar una actitud altruista y benefactora es lo
que ha logrado que la sociedad ignore los intereses económicos de la fundación,
pues nos dice que estos utilizan el mismo recurso para pulir un nombre, hacer
crecer sus empresas, y adherirse conciencias.
“En Oaxaca tenemos personajes que se han vuelto los dueños de la cultura, como
broma uno de estos caciques dice que Oaxaca, ya no es Oaxaca de Juárez, sino es
Oaxaca de HARP. Aquí empezamos a entender. Se van a las comunidades donde hay
ex conventos del siglo XVI y XVII, prometen restaurarlos, cuando realmente los
remodelan con recurso público, mientras los solicitan en comodato por casi cien
años, en serio, cien años.” comenta el también activista cultural.
En San Lucas Quiaviní, el presidente municipal en el 2014, señaló que la
Fundación Alfredo Harp Helú, llegó a restaurar su Iglesia, anunciando un costo
de 4 millones de pesos, la fundación entonces solicitó al municipio dos
millones argumentando que posteriormente ellos pondrían el resto, sin embargo,
al final la intervención arrojó un costo de sólo dos millones de pesos.
“Son unos caciques culturales, falsos altruistas, que en esa obra de la iglesia
de San Lucas Quiavini no pusieron nada. Ahi te das cuenta cómo se juega con el
recurso de la cultura. La destrucción del Hotel San Pablo que era un edificio
de tres niveles, su fachada de cantera verde la desaparecieron y en su lugar
vemos una pared de concreto, a la que le llamo “El muro de los lamentos”, queda
frente al parque San Pablo; el Museo del Ferrocarril que donó el 1902 el
General Porfirio Díaz Mori, esta fundación lo toma en comodato, y antes de
hacer una restauración hacen una remodelación sin poner un sólo peso, aplaudo
el beneficio a los niños pero condenó el arrebato de historia y de cultura.”
expone Markoa.
Y en efecto, en un primer momento, mediante la figura jurídica del comodato,
(que es un contrato mediante el cual se entrega gratuitamente un bien no
fungible por cierta y determinada finalidad), se le otorgó a la FAHHO el
Estadio de beisbol “Eduardo Vasconcelos”, posteriormente la Biblioteca Fray
Francisco de Burgoa, el complejo de Santo Domingo de Guzmán, la Casa de la
Ciudad y el Planetario Nundehui, todos estos situados en el Municipio de Oaxaca
de Juárez, otros inmuebles históricos los han adquirido vía compra directa.
La fundación del empresario mexicano de origen libanés, Alfredo Harp, cuenta
también con el “Archivo Histórico de Oaxaca”, y recientemente presentó la
remodelación, (originalmente anunciada como restauración) del Antiguo Museo del
Ferrocarril, renombrándolo Museo Infantil de Oaxaca, el cual publicito con el
eslogan “Oaxaca soy, Oaxaca es MIO”.
Respecto de esta última intervención, la administración capitalina no cuenta –
según declaraciones del edil – con información referente a los términos del
convenio entre la FAHHO y el Municipio, pues argumenta que fue Javier
Villacaña, ex presidente municipal, quien supervisó todo el procedimiento, e
incluso señala que la información se encuentra en poder de la fundación. [1]
Paradójicamente, la ciudadanía oaxaqueña, principalmente los jóvenes,
frecuentan los inmuebles intervenidos por la FAHHO, pues con talleres y eventos
culturales acompañados de publicidad masiva, han logrado aceptación social y
ser los principales actores de una escena benefactora y altruista en Oaxaca.
“Un verdadero altruista no sobre explota y no hace más pobres a los pobres para que ellos se hagan más ricos. Los jóvenes que afortunadamente han aprovechado su estancia en los espacios de los caciques, ¡que bueno!, me alegro, pero no se puede tapar el sol con un dedo. A ellos les digo, crean una parte y la otra parte búsquenla y sabrán qué pensar conforme al amor a su tierra y a su autoestima. De otro modo colaboramos a que Oaxaca se siga volviendo Oaxaca de Alfredo Harp Helú.” concluye al respecto, Markoa Vásquez, quien en el 2013, protestó con una huelga de hambre para impedir que se le diera en comodato el Antiguo Museo del Ferrocarril.
Diversos actores de la escena cultural han señalado en otras ocasiones los
intereses económicos que persigue Helú con base en el altruismo, por ejemplo,
el ensayista Jorge Pech Casanova, relato para Cronos que “cuando encabezó la
Dirección de Cultura del municipio de Oaxaca de Juárez, durante la gestión del
edil Luis Ugartechea Begué, fue a la Casa de la Ciudad – donada en “comodato” a
la FAHHO por “casi cien años – y lo recibió ‘una mujer muy agresiva’ que le
dijo que él ‘no tenía nada que hacer ahí’, que no creyera que el ayuntamiento podría
dar órdenes en ese sitio, porque a ellos [los empleados de ese espacio] les
pagaba su sueldo Harp Helú” refiere haberse enterado así que la Casa de la
Ciudad se había convertido en propiedad de Harp y añadió “me arrojaron unos
papeles para que yo solicitara el espacio (…) en esos papeles lo primero que se
leía era que la Casa de la Ciudad es una entidad que pertenece al ayuntamiento
de Oaxaca de Juárez, resultaba una situación muy extraña que siendo aquélla una
entidad municipal te dijeran que el ayuntamiento no tenía nada que hacer ahí.”
[2]
La Fundación ha propuesto diversos proyectos culturales ante las instituciones
gubernamentales, percibiendo recurso municipal, estatal y federal para
desarrollarlos, sin embargo, las acusaciones por actuar solamente bajo sus
intereses económicos también vienen por parte de la ciudadanía.
“De altruista no tiene nada, Harp es inteligente, es hábil, aprovecha los espacios donde el gobierno no invierte, y gana de ellos por años.” “ Es un hombre de negocios, con disfraz de mecena se va adueñando de Oaxaca.” es lo que han mencionado al respecto Iraís Hernández y Judith Rosas, miembros de la sociedad civil pendientes del progreso cultural en la entidad.
Así pues, gran cantidad de edificios históricos son manejados y presuntamente
explotados por la FAHHO, la controversia por los intereses del empresario se
expande cada vez más, pues aunque ha aportado al acceso cultural de la
ciudadanía, se afirma que el deseo de crecimiento en su economía es la que lo
motiva a emprender cada proyecto ostentado como donación.
Cuando en Oaxaca se habla de cultura, pareciese imposible no pensar en la
Fundación Alfredo Harp Helú, quienes por años han dominado los recursos que se
destinan a este rubro, siendo entonces los actores principales del llamado
cacicazgo cultural.