*A Fanny la han buscado no sólo en fosas, también en table dances, en Centros de Readaptación Social, locales y federales. Silvia Ortiz, su madre, cuenta que incluso una vez tuvo que vestirse de “chola”, para entrar a un barrio donde le dijeron que podría estar su hija. Hoy, cuando cumpliría 31 años, su madre le dedicó una carta.
Un día como 13 de septiembre , pero de hace 32 años, nació Silvia Stephanie de Sánchez Viesca Ortiz. De acuerdo con su madre, hoy debería ser médico pediatra, pero alguien se la arrebató de entre las calles de Torreón y hace 14 años que en su casa hay una silla vacía.
En lugar de cantarle las mañanitas, su madre, Silvia Ortiz, le hizo una carta donde recuerda cómo era el proyecto de vida de Fanny hasta aquél 5 de noviembre cuando la vieron por última vez antes de irse a una clase deportiva en el Colegio Español, en Saltillo, Coahuila.
“Fue creciendo y, su forma de ser no cambiaba. Con miedo siempre, inocente y vulnerable. Hoy debería ser médico pediatra, pues era su proyecto de vida. Hoy debería estar una bebé abrazándola, diciéndole feliz cumpleaños mamá. Hoy deberíamos hacer planes para festejarla con la familia y sonreír. Ella debería seguir planeando su futuro y el de su bebé”, escribió Silvia Ortiz.
Las autoridades estatales no han dado respuestas claras sobre el paradero de Fanny, por lo que desde 2015 su madre,encabezó la fundación de Grupo Vida (Víctimas por sus Derechos en Acción), un colectivo de familiares de personas desaparecidas que hasta hoy han descubierto más de 24 fosas clandestinas en la Laguna con cientos de restos óseos, lugares que, según se ha revelado, fueron utilizadas como campos de exterminio.
“Alguien trunco su proyecto de vida y decidió por ella. Alguien con mente torcida quito de tajo toda una ilusión. Alguien sin escrúpulos y lleno de maldad se la llevó. Dónde estás hija mía, hija nuestra ¿¿?? Que te hicieron ¿¿?? No sabemos de ti y la vida nuestra no existe sin ti. Ahora que haces ¿¿?? Ahora que te obligan a hacer ¿?? Ahora, estás ¿¿??” (sic), se lee en el escrito de Silvia Ortiz.
A Fanny la han buscado no sólo en fosas, también en table dances, en Centros de Readaptación Social (Ceresos) y Centros Federales de Readaptación Social (Ceferesos). Silvia Ortiz cuenta que incluso una vez tuvo que vestirse de “chola”, para entrar a un barrio donde le dijeron que podría estar su hija.
“Hija escucha bien lo que te digo: confía en Dios a pesar de la obscuridad, cree en él y deja que guíe tu camino. Tú no eres culpable de nada, ellos podrán decirte muchas cosas, pero Dios es más poderoso. Ahora lucha por ti. Yo, nosotros a la distancia pediremos por ti, que Dios te de fuerza, sabiduría y discernimiento. Esto si aún estás entre nosotros”, subraya la madre de Fanny.
“Si ya no estás entre nosotros, creo en Dios y en la nueva vida; estoy segura que estás rodeada de ángeles y arcángeles, en bellos jardines con exquisitos aromas caminas ahora. No hay dolor ni miedo. Dios padre acuna ahora tu descansar y a su lado gozas de su amor”, dice la carta.
Cuando se cumplieron 13 años de búsqueda de Fanny, Silvia Ortiz informó que en el 2016, siguieron la ruta de una denuncia anónima que indicaba que su hija había sido detenida en Playa del Carmen para después trasladarla a prisión en las Islas Marías: No encontraron nada.
Y así, la búsqueda que hoy cumple 14 años, 10 meses y cuatro días hasta, se ha extendido sin éxito en lugares como Jalisco, Michoacán, Zacatecas, Chihuahua, Tamaulipas, Morelos y Texas, EU.
“Hija nuestra, en casa te extrañamos y sufrimos tú ausencia. Nada consuela, el dolor y la ira están estacionados en el corazón por lo que te hicieron. No creemos en la justicia, no confiamos”, asienta Silvia en la carta.
Anticipando que sólo la muerte la separará de la búsqueda de Fanny, Silvia Ortiz convocó a una misa para pedir por su paradero en el Memorial de los Desaparecidos de Torreón.
“Hija, te amamos. No descansaremos hasta encontrarte, mientras tengamos vida para hacerlo: nada nos detendrá, solo la muerte. En ocasiones la quiero por si estás allá y poder volver a abrazarte. Hija mía, hija nuestra, hermana nuestra, donde quiera que estés te mandamos nuestro amor, nuestro abrazo, nuestra fuerza. No olvides ser fuerte. Perdónanos por aún no encontrarte. Perdónanos. Perdónanos”, concluye la madre en su carta.